Frente a los nubarrones negros de la crisis económica, los bancos se blindan como pueden para no caer en pérdidas, y para ello cuentan con la colaboración de los gobiernos. Recordando las sublimes palabras de Zapatero la noche electoral: "Vamos a ayudar a quienes más lo necesitan, a los que menos tienen", sólo unos días después han desempolvado un viejo artículo de la Ley Hipotecaria  de 1982 pero que no se aplicaba y que ahora, después de tanto tiempo han convertido en decreto ley: se refiere a la obligatoriedad que tiene el contratante de una hipoteca de ampliar la misma si el precio del bien hipotecado desciende más de un 20% respecto a la tasación inicial y, por lo tanto, deja sin garantía parte del préstamo, en cuyo caso se verá obligado a ampliar la cuantía de la hipoteca con otros bienes (incluyendo nómina) hasta cubrir por completo la deuda.
Por eso a los bancos no les tembló la mano al otorgar hipotecas por encima del 80% del valor de tasación ni al aceptar tasaciones claramente infladas que excedían del valor de mercado del inmueble manipulándolo; en el fondo sabían que el riesgo de estas operaciones recaía más en el tomador del préstamo que en el banco que lo otorga, ya que la ley protege al más fuerte.

banneringles

banneringles

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas