El bloque reaccionario emprendió su campaña electoral en Euskal Herria buscando la provocación directa para escenificar su “reconquista franquista” en el resto del Estado. Pero la respuesta ha sido contundente. La derrota de la derecha españolista ha sido más fulminante en Hego Euskal Herria (CAPV y Nafarroa) que en ningún otro sitio.  No han obtenido ningún escaño en la CAPV y sólo dos en Nafarroa, del total de 23 que corresponden. El PP se queda como fuerza extraparlamentaria en la CAPV por primera vez en la historia. La suma del voto de PP, Cs, Vox y UPN ha bajado en todos los territorios respecto al obtenido en 2016 por los mismos partidos (exceptuando que Vox no se presentaba). Pierden 26.738 votos en la CAPV y 2.697 en Nafarroa.

Los datos hablan por sí solos. Basta comparar el total de votos del bloque reaccionario – PP, Cs, Vox y Navarra Suma – 287.631 - con el número de sufragios que suman EH Bildu y Unidas Podemos -550.558-. Si a esta cifra se le suma el voto al PSE, que en todas las provincias ha visto incrementado sus resultados fruto del efecto del voto para cerrar el paso al bloque reaccionario, el resultado alcanza 897.661. Incluso los buenos resultados cosechados por el PNV, que ha tratado de presentarse como una opción “moderada” de la derecha y otra forma de frenar al bloque de la reacción – con 416.777 votos sumando los de Geroa Bai – quedan muy alejados de la suma del voto de la izquierda.

El PSE ha podido revertir la debacle electoral que sufrió en las generales de 2016, ganando casi 125 mil votos más en Hego Euskal Herria. Sin duda, el contexto en que se han desarrollado a nivel estatal estas elecciones les ha permitido incrementar los resultados. Muchos trabajadores han visto en el PSOE de Pedro Sánchez el voto “útil” para parar al bloque reaccionario. En absoluto se puede entender esto como un apoyo a las políticas de los dirigentes del PSOE que en sus ocho meses al frente del Gobierno han sido incapaces de desmontar las contrarreformas sociales del PP, revertir los recortes o poner fin a la agenda de la austeridad. Tampoco a las políticas de derechas que aplica en Euskadi como socio fiel al PNV.

La cuestión nacional en la lucha contra la derecha franquista

El discurso franquista de la “España una, grande y libre” auspiciado por la derecha alienta la lucha por el derecho a decidir que en amplios sectores de la clase trabajadora y la juventud es entendida como parte de la batalla contra las políticas capitalistas. Por primera vez en la historia, ERC gana las elecciones generales en Catalunya con 15 escaños. Por su parte, EH Bildu cosecha un avance importante respecto a las elecciones de 2016. Pasa de 184.713 a 258.840 votos y de 2 escaños a 4, casi ganando el quinto en Nafarroa. Si bien su discurso en la campaña electoral ha sido marcar como objetivo el “ser determinantes en Madrid”, lo cierto es que el hecho de haberse presentado de la mano de ERC o de haber colocado a Bel Pozueta  - madre de Altsasu - como cabeza de lista por Nafarroa también sido un importante mensaje para tratar de vincularse al movimiento en defensa de la república catalana o de las movilizaciones masivas de Altsasu.

La fuerte irrupción de Elkarrekin Podemos en las elecciones generales de 2016 en Euskal Herria –así como la de En Común Podem en Catalunya– convirtiéndose en primera fuerza política con el 29% de los votos en la CAPV y la segunda en Navarra con el 28,3%, se basó en un discurso que unía la lucha contra los recortes, y el régimen del 78, con la defensa del derecho a decidir. Pero los acontecimientos les han puesto a prueba, y la equidistancia y el desprecio que adoptó a la hora de la verdad ante el levantamiento del pueblo catalán, así como su discurso de defensa de la constitución y el abandono de toda lucha en la calle les ha pasado factura. Así se explica el retroceso del voto a Elkarrekin Podemos, que pierde 139.362 votos y tres escaños en Hego Euskal Herria –con una caída de 21,5 puntos porcentuales en la CAPV y de 10 en Navarra– yéndose una parte al PSE y otra a EH Bildu.

El PNV no es nuestro aliado

La victoria de las elecciones en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se la lleva el PNV, que pasa de tener 287.014 (24,9%) votos a 394.627 (31%), sacando 1 escaño más y 6 en total. Sin duda, el discurso del bloque reaccionario que amenaza incluso “los privilegios autonómicos” que nacieron del régimen del 78, es aprovechado por el PNV. Aparece ante la opinión pública como la derecha responsable y progresista que sabe garantizar la paz social y la convivencia entre las clases. Pero sin duda, la ayuda más valiosa para este lavado de cara proviene de la propia izquierda, de la ausencia de una oposición contundente de los dirigentes de EH-Bildu o Unidas Podemos.

Es un completo error tomar como aliado al PNV en ningún terreno, como plantean los dirigentes de EH Bildu o Podemos. La experiencia de los últimos años en Euskal Herria demuestra un grandísimo nivel de movilizaciones, en los sectores privatizados y precarizados de la administración y en la industria, pasando por el 8M, las impresionantes movilizaciones de los pensionistas. Todas estas luchas han sido de abierta confrontación con las políticas del PNV y han tenido efectos muy profundos.

Por eso el papel de los dirigentes de EH Bildu y Podemos debería ser el de desenmascararles y combatirles, no dar espacio y credibilidad a su discurso hipócrita e impulsar la movilización social, promoviendo la unificación de todas estas luchas. Si algo ha demostrado la experiencia de los últimos años es que sólo en las instituciones no vamos a poder cambiar nuestra realidad. Eso sólo es posible con la movilización masiva en las calles.

Por una alternativa revolucionaria

Como ocurre a nivel estatal, con una polarización política en ascenso, en Euskal Herria la creciente lucha de masas, tarde o temprano, va a poner al PNV y a sus políticas capitalistas contra las cuerdas.

La clase trabajadora y la juventud en Euskal Herria han demostrado que son capaces de desalojar a la derecha de las instituciones y mucho más.  La experiencia ha demostrado que no es posible gobernar para dos amos a la vez: o con los capitalistas o con los trabajadores. Votar no es suficiente. Debemos continuar con la movilización masiva y construir una izquierda combativa, con un programa revolucionario, que pueda llevar la confrontación con los grandes poderes económicos y políticos a la trasformación socialista de la sociedad.

¡Es la hora de la lucha y la organización!

¡Únete a Izquierda Revolucionaria!

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