Es evidente que la burguesía española confía hoy más que nunca en su aparato policial para desmantelar a ETA. El aparato estatal y el ejército fueron heredados de la dictadura franquista sin ningún tipo de depuración ¿Aceptarían el ejercicio del dere Las elecciones autonómicas vascas que se celebrarán en mayo del 2005 están en el punto de mira de todas las fuerzas políticas.

La burguesía vasca sigue adelante la tramitación de su Plan Ibarretxe dilatando el proceso al máximo. Su mensaje ha perdido fuerza al perder las elecciones generales el PP y ganar el PSOE. La burguesía vasca quiere tranquilidad para hacer negocios y sobre todo restablecer las relaciones con el gobierno de Madrid ahora encabezado por Zapatero. Los abrazos de Ibarretxe al monarca, su presencia en la cumbre de presidentes autonómicos, el apoyo a la Constitución Europea —a pesar de que no contempla el tema del reconocimiento de las lenguas minoritarias como el euskera ni los derechos de las nacionalidades históricas— para dar sensación de normalidad, lo reflejan claramente.

El Plan Ibarretxe, lejos de ser un instrumento para avanzar en la conquista de los derechos democrático-nacionales del pueblo vasco, es un auténtico ariete con el que la burguesía vasca pretende romper y dividir a la izquierda abertzale y capturar sus votos en las autonómicas. El mensaje es claro: “habrá consulta en un escenario de ausencia de violencia” o éste otro: “la izquierda abertzale será la responsable de que este pueblo no se pueda pronunciar sobre su futuro” si no apoya el Plan Ibarretxe y vota, junto con el PP y el PSOE, en contra.

La izquierda abertzale

Ante esta situación la dirección de Batasuna ha intentado tomar la iniciativa. La asamblea celebrada por la izquierda abertzale en el Velódromo de Anoeta en San Sebastián con más de 15.000 asistentes ha servido a la coalición ilegalizada para tratar de agrupar fuerzas, levantar la moral, hacer un balance de las luchas en los últimos 25 años y proponer una salida del atolladero en que se encuentra.

Arnaldo Otegui declaró que el objetivo es lanzar una propuesta para establecer compromisos con los que acordar un “escenario que posibilite el tránsito gradual hacia un nuevo marco político”. Pero, ¿qué significa exactamente eso del tránsito gradual hacia un nuevo marco político?

El balance que se hace de la dirección de Socialista Abertzaleak (SA) es que han sido precisamente los éxitos de su política lo que ha logrado una situación histórica donde todo se mueve en torno a planteamientos defendidos por parte de la dirección de la izquierda abertzale los últimos 25 años, tales como la invalidez del Estatuto, la reforma de la Constitución española, la reclamación del PNV del derecho de autodeterminación, que se hable al menos de la unidad territorial de Euskal Herria, de tener voz propia y de que se pueda reconocer el euskera en el ámbito de la Unión Europea.

Sin embargo este panorama y la oleada de represión que se vive tras la ilegalización tiene otro punto de vista. Por un lado está la realidad que pintan algunos destacados dirigentes de ETA como Pakito y otros desde las cárceles aludiendo a que jamás la organización armada se vio en una situación de tanta debilidad y de parálisis.

Por otra parte, las bases de la izquierda abertzale ven cómo la orientación casi obsesiva de su dirección al PNV no está dando frutos y se ve la necesidad de distanciarse de la derecha vasca, denunciando su carácter de clase en todos los terrenos, incluyendo su programa liberal de privatizaciones y los ataques a la clase obrera.

Cada vez se ve más claro que el único objetivo de la burguesía vasca es romper y despiezar a la izquierda abertzale, utilizándolo además como moneda de cambio para sus negocios en Madrid.

La situación actual conduce a un callejón sin salida. La represión está haciendo mella por la sencilla razón de que por el camino emprendido no se ven salidas. Es una pescadilla que se muerde la cola. La dirección de Batasuna afirma una y otra vez “Si el PNV quisiera...”. Pero el PNV no quiere ni querrá enfrentarse con los mismos que hace negocios y comparte consejos de administración. La burguesía vasca sin embargo sí está dispuesta a enfrentarse a cara de perro a la clase trabajadora vasca y lo está haciendo. Quieren liderar estos ataques en Euskadi respecto al Estado español al igual que los quería liderar el Partido Popular en el Estado español respecto a Europa.

Ésta, además, es su forma de contribuir a mejorar las relaciones con la burguesía española y europea. La construcción nacional para la burguesía vasca es, ante todo, la acumulación de ganancias y beneficios a costa de la clase trabajadora.

¿Cuáles han sido

las propuestas lanzadas

en el Velódromo de Anoeta?

Lo más novedoso es la referencia a “dos espacios diferenciados para el diálogo y el acuerdo”, uno “entre los agentes, políticos, sociales y sindicales para acordar el camino, el tránsito gradual de la actual situación a un nuevo marco“, y el segundo espacio que “corresponde a ETA y a los Estados, que se circunscribirá en exclusiva a acordar un proceso de desmilitarización del conflicto y de superación de sus consecuencias”.

¿Qué significa esto? Pues que ETA puede negociar su disolución y la cuestión de los presos. Por su parte la dirección de SA junto con todas las demás fuerzas (y esto incluye a todos según esta propuesta) deberían sentarse para hablar de los temas en litigio como el derecho de autodeterminación y todo lo demás.

Los marxistas no estamos en contra de que se busquen salidas. Algunos dirigentes del PSOE como Genma Zabaleta y Odón Elorza han tenido la valentía de pedir al Gobierno que sea receptivo a los mensajes que se le envían. Creemos sin embargo que la única solución auténtica a los problemas actuales sería que el Partido Socialista, junto con Izquierda Unida, adoptasen un programa y una política auténticamente socialista que implica también la defensa de los derechos democráticos como el derecho de autodeterminación, apoyándose en la fuerza y movilización de la clase obrera.

Si el PSOE no rompe con el Partido Popular decididamente, la reforma Constitucional será un mero ejercicio de maquillaje. El ejército seguirá siendo el “garante de la unidad de España”, y la “economía de mercado” seguirá impidiendo que los trabajadores podamos acceder a una vivienda, a un trabajo digno y una educación de calidad.

Es evidente que la burguesía española confía hoy más que nunca en su aparato policial para desmantelar a ETA. El aparato estatal y el ejército fueron heredados de la dictadura franquista sin ningún tipo de depuración ¿Aceptarían el ejercicio del derecho de autodeterminación?

Sólo mediante la acción de masas como hizo la clase trabajadora contra la dictadura franquista se puede lograr la conquista de los derechos democráticos, incluyendo los derechos de las nacionalidades históricas.

En la historia, los derechos democráticos nunca han caído como peras maduras cuando llega su tiempo. Son el fruto de una relación de fuerzas favorable a quien los defiende.

Si con la fuerza, el apoyo y la representación que tuvo la izquierda abertzale no logró conquistar el derecho de autodeterminación. ¿Qué puede hacer pensar que ahora en una mesa se logrará? La vuelta a los atentados por parte de ETA beneficiaron al Partido Popular tras la ruptura de la tregua y lo volverían a hacer en el futuro. Lenin y los bolcheviques lucharon contra la táctica del terrorismo individual conscientes de que debilitaba la lucha y dividía el movimiento.

La clase trabajadora vasca está luchando y ha luchado de forma titánica contra la opresión y la explotación en todas sus formas. Lo vemos en la lucha del sector naval y en la de Caballito y en tantas otras. El 61% de las jornadas perdidas por huelgas que se dan en el conjunto del Estado se producen en Euskadi.

Sólo la clase obrera luchando por el socialismo unida por encima de fronteras nacionales logrará acabar con la opresión y la explotación en sus diversas formas transformando por completo la sociedad.

Eloy Val del Olmo

Ezker Marxista · Gasteiz

banneringles

banneringles

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas