¡El 24 de mayo nos presentamos a las elecciones con Santiago Jiménez como candidato!

Tras cuatro años de aplicar una política de izquierdas, sin despidos ni pérdida de derechos, remunicipalizando servicios sociales que estaban privatizados, impulsando la participación real de los vecinos en la gestión municipal y rechazando los recortes viniesen de donde viniesen, la dirección de Izquierda Unida de Sevilla, ha excluido de la candidatura para las municipales al actual alcalde, Santiago Jiménez, y a los seis concejales de IU que dirigen el Ayuntamiento de Villaverde del Río (Sevilla) tras haber obtenido la mayoría absoluta en las elecciones municipales de 2011.

Ante esta situación inaceptable, los afiliados de IU de Villaverde del Río han decidido crear la agrupación de electores La Voz de Villaverde - La izquierda que lucha. Para conocer más en detalle los hechos y las propuestas de unos compañeros de probada trayectoria a favor de los trabajadores entrevistamos a Santiago Jiménez (alcalde), Paky Bejarano, Antonio Ruíz Martos, Enrique Casas, Aguas Santas Méndez, Aguas Santas Campos y Sonia Yáñez (concejales).

El Militante.— ¿Qué balance hacéis de la gestión de estos cuatro años de gobierno de la izquierda en Villaverde del Río y cuáles han sido vuestras realizaciones más sobresalientes?
Respuesta.— La primera idea que queremos destacar es que durante estos cuatro años hemos dirigido el Ayuntamiento de Villaverde defendiendo un programa y unos métodos  revolucionarios, los que defiende también la corriente marxista El Militante, basados en la permanente participación de los vecinos en las decisiones municipales y la oposición frontal a las políticas del capital impuestas por gobiernos y empresas. Un programa obrero que se ha puesto a prueba en la arena de los hechos, en el día a día, en la gestión municipal, con notables logros y mejoras para el pueblo. Pero sobre todo ha sido el instrumento necesario para defender de manera consecuente los derechos sociales y laborales de las familias trabajadoras. La lucha contra los recortes capitalistas ha ocupado un lugar fundamental en nuestra acción política.
El chantaje de los ajustes presupuestarios, de los despidos, del aumento de la jornada laboral, la suspensión de los derechos de convenio o la supresión de la paga extra, han encontrado en el gobierno municipal la más completa insumisión, una firmeza que nos ha granjeado el apoyo de los empleados públicos. Ninguna de las leyes de recortes del PP se ha aplicado en el Ayuntamiento de Villaverde, incluidas las limitaciones en el gasto público por mandato constitucional. A la prohibición de contrataciones temporales hemos respondido con 14 bolsas de trabajo y más de 300 contrataciones anuales. ¡En Villaverde la prioridad son las familias desempleadas, no los bancos! Pero desafiar las leyes injustas, organizar de manera democrática las bolsas de empleo y acabar con el despilfarro y la corrupción sólo ha sido posible con la más amplia participación de los trabajadores y del conjunto de la población en las decisiones y tareas municipales. En centenares de asambleas obreras, ciudadanas o sectoriales convocadas por el gobierno municipal, los vecinos han podido intervenir y decidir sobre el empleo, la vivienda, los impuestos o los servicios y obras públicas. Unos métodos que han sido aceptados y respaldados por la mayoría. Estos parlamentos obreros se han convertido en órganos de poder de los ciudadanos y también en plataformas de reivindicación y lucha. La política asamblearia ha sido clave también en la erradicación del enchufismo y el trato de favor.
El reparto democrático de los contratos en comités y asambleas bajo el control de los propios trabajadores, ha acabado con esas lacras históricas que aún perviven en la mayoría de las administraciones públicas. Sobre estas mismas bases, el control obrero y la participación, el mantenimiento de los derechos salariales y laborales, se han municipalizado los servicios que estaban privatizados y se organizan las obras y los servicios públicos consiguiendo que todo funcione mejor. Durante nuestro mandato, el Ayuntamiento de Villaverde ha sido un bastión en defensa de las políticas obreras y una muestra de la capacidad de la clase trabajadora para dirigir la sociedad. Sí, claro que podemos organizar la producción y los servicios sin renunciar a nuestros derechos y sin necesidad de que nos exploten.
EM.— Finalmente al aparato de IU en Sevilla os ha excluido de la lista municipal, despreciando las decisiones democráticas de la militancia de IU en Villaverde. ¿Qué razones hay para este comportamiento burocrático?
R.- Sin duda, la actuación de los responsables provinciales de IU, el grupo llamazarista de Izquierda Abierta, ha estado en todo momento guiada por sus intereses burocráticos. Para conseguir sus objetivos lo han intentado todo. Asediar la asamblea de Villaverde, reclutando y apoyándose en esquiroles y elementos ajenos a IU, que quieren abrir el ayuntamiento a las viejas prácticas caciquiles y clientelares; y cuando se han visto en absoluta minoría, han impuesto una lista a las municipales que excluye al alcalde y a los concejales que sí cuentan con el respaldo de la militancia y el apoyo de los vecinos. Es un completo escándalo que los mismos que han colaborado activamente en la deriva oportunista que supuso la entrada de IU en el gobierno de la Junta, sosteniendo un gobierno de recortes a cambio de cargos institucionales, intenten aplastar a una asamblea de IU ejemplar.
Nuestra exclusión es su desprecio a una política de izquierdas consecuente, pero también a los más de 140 militantes y simpatizantes que eligieron el pasado 11 de febrero, en votación democrática, a nuestro alcalde Santiago Jiménez como candidato de IU a las municipales. Nuestra posición crítica respecto al pacto y los recortes que estaban avalando los representantes de IU en el gobierno andaluz, ha sido recibida con permanente hostilidad por estos dirigentes. En lugar de defender el ejemplo y las conquistas de IU en el gobierno de Villaverde, nos han visto como una amenaza que dejaba en evidencia sus intereses materiales, su obsesión por las poltronas, y que convenía silenciar. Estos mismos organizadores de derrotas electorales que comparten la responsabilidad de los malos resultados de IU en las elecciones andaluzas, son los que han decidido excluir a los que conseguimos la mayoría absoluta para IU en las municipales de 2011, y a los que hemos demostrado nuestro compromiso con un programa de transformación social. Pero no podrán acallar nuestra voz. Sentimos el afecto y el entusiasmo de los militantes de IU y del PCA, de los trabajadores y la juventud de nuestro municipio y por eso, entre todos, hemos decidido organizar La Voz de Villaverde - La izquierda que lucha para las elecciones del 24-M.
EM.— ¿Cuáles son los ejes fundamentales de La Voz de Villaverde - La izquierda que lucha?
R.- Seguiremos manteniendo una posición firme en defensa de los trabajadores, organizando y animando a los vecinos para que participen en las tareas municipales mediante la democracia directa. Por supuesto que el empleo seguirá siendo una prioridad. La crisis capitalista continúa destruyendo fuerzas productivas y condenando a grandes masas de trabajadores al desempleo crónico y la precariedad. El terreno está abonado para nuevas luchas como estamos viendo con los operarios y técnicos de las subcontratas de Telefónica. Las próximas elecciones municipales y autonómicas cambiarán el mapa político con la aparición de plataformas de convergencia de la izquierda, que pueden acelerar la derrota del PP. Nosotros somos parte de esta corriente de cambio y transformación, y pondremos la experiencia revolucionaria de Villaverde al servicio de la lucha.
No olvidamos los numerosos frente abiertos en la gestión municipal y que centrarán toda nuestra atención, como la dotación de nuevas infraestructuras en calidad y depuración de aguas, numerosas actuaciones de ordenación urbanística como continuación de la aprobación del Plan General o las instalaciones culturales, deportivas, arreglos de calles, parques y zonas públicas que aún están pendientes. Pero dados los escasos recursos de los que disponen los ayuntamientos, cada conquista en este campo tendrá que apoyarse en la participación activa y consciente de la población. En este sentido, la lucha por el derecho a la vivienda será determinante. Recientemente hemos concluido la redacción del proyecto de recuperación y terminación de los 58 pisos que nos abre el camino para reanudar la lucha por su expropiación.
EM.- ¿Cómo veis el próximo gobierno de la Junta de Andalucía y qué mensaje trasladáis a los militantes de Izquierda Unida y Podemos?
R.- El gobierno del PSOE en solitario, con apoyos puntuales y negociados con otras fuerzas políticas (especialmente con el PP y Ciudadanos), no puede mantenerse más que como un gobierno inestable, una inestabilidad que se verá acrecentada por la enorme presión que van a protagonizar todos los colectivos sociales y empleados públicos afectados por los recortes en la etapa anterior. Estos y otros frentes de la lucha de clases se presentan como una oportunidad para la intervención de los diputados de IU y Podemos, pero es necesario que se aprenda de la experiencia más reciente para sacar las conclusiones pertinentes: el parlamento debe ser el altavoz de la lucha de masas, de las necesidades y aspiraciones de los oprimidos.
El parlamento andaluz ni es el templo de la democracia ni es un fin en sí mismo, ni ninguno de los males que aquejan a los trabajadores tiene solución vía parlamentaria y decreto ley. Necesitamos la unidad de la izquierda pero bajo unos métodos y un programa revolucionario. Los diputados de los partidos a la izquierda del PSOE deben comportarse como verdaderos representantes del pueblo, convirtiendo el parlamento en una tribuna obrera para llevar la voz de los trabajadores en lucha y para denunciar la farsa de la democracia burguesa y la complicidad del gobierno PSOE con los poderes económicos y las políticas del capital, una colaboración extensible a PP y Ciudadanos que no podrán ocultar a pesar de su demagógica oposición. En el caso de IU, esto supone dar un giro radical hacia una política consecuente, de clase, que se sitúe inconfundiblemente frente a los recortes vengan de donde vengan. Sólo de esta manera IU podrá empezar a recuperar la credibilidad perdida.

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