¡La candidatura de unidad popular gana el Ayuntamiento de Madrid!

Después de 24 años ininterrumpidos de gobierno de la derecha en el ayuntamiento de la capital, después de haber conseguido las alcaldías de la mayoría de los municipios obreros del sur de Madrid y de haberse impuesto claramente en 20 de los 21 distritos de la ciudad de Madrid en las elecciones de 2011, el PP ha sufrido un sonoro batacazo electoral que anticipa un fuerte giro a la izquierda en las ya cercanas elecciones generales de noviembre.

Giro a la izquierda en los barrios obreros

La derrota del PP en Madrid ha sido inapelable. Desde el casi 50% obtenido en la capital en 2011, con 757.000 votos, el PP se ha despeñado hasta un 34,5%, perdiendo más de la cuarta parte de sus votantes. Y en los municipios del sur no le ha ido mejor. En Fuenlabrada, Getafe, Móstoles, Pinto y Parla, que reúnen a cerca de 800.000 habitantes, ganan claramente las candidaturas de la izquierda, y en otros municipios importantes del sur, como Alcorcón o Leganés, el PP sólo podrá gobernar a través de pactos con Ciudadanos y algunas candidaturas locales.

La victoria de la izquierda en la capital ha sido rotunda en los distritos obreros del este y sur de la ciudad. Desde San Blas hasta Latina, en 11 de los 21 distritos de Madrid se ha impuesto con rotundidad la candidatura de unidad popular Ahora Madrid, desplazando no sólo al PP sino también al PSOE, que pierde casi una tercera parte de sus votantes de 2011 y se ve relegado al tercer puesto todos los distritos.

Era un resultado previsible. En las zonas populares, en los barrios más castigados por el paro, donde de una forma más trágica han golpeado los recortes en educación, sanidad y gasto social, allí donde los desahucios o los cortes del suministro de luz y gas están a la orden del día, las candidaturas de unidad popular como Ahora Madrid o Leganemos, impulsadas y apoyadas por miles de activistas vecinales, por miles de jóvenes y trabajadores que desde el inicio de la crisis se han ido sumando a la lucha contra las políticas del PP, han concentrado el interés y el entusiasmo de las familias trabajadoras.

La movilización social se traslada a la lucha política

Una ola de movilización social está sacudiendo la Comunidad de Madrid desde el surgimiento del 15-M. Esta movilización espontánea de indignación, que congregó a decenas de miles de personas que expresaban su malestar por el continuo deterioro de sus condiciones de vida, fue continuada por las diversas Mareas – muy especialmente por la Marea Verde de la Educación y la Marea Blanca de la Sanidad -, por la lucha de la PAH contra los desahucios, por las Marchas de la Dignidad, por luchas obreras ejemplares como las de los barrenderos y jardineros de Madrid y otros municipios, o como la lucha de Coca-Cola o los trabajadores de subcontratas de Telefónica. Esta movilización ha impulsado un sentimiento unitario y ha hecho consciente a amplísimos sectores de la población de que desalojar al PP de las instituciones sólo sería posible con la unidad de la izquierda que lucha.

Por eso, allí donde fue posible constituir candidaturas como Ahora Madrid, el escepticismo y la desconfianza ante la política, alimentados durante los últimos años por las políticas desmovilizadoras de CC.OO. y UGT y por la incapacidad de las organizaciones mayoritarias de la izquierda para presentar una alternativa al PP, han dejado paso a la movilización y el entusiasmo.

Los resultados del PSOE en la ciudad de Madrid lo demuestran. Mientras que en las elecciones autonómicas, donde la izquierda concurría por separado, el PSOE consiguió en la ciudad de Madrid 416.000 votos, en las elecciones locales consiguió menos de 250.000. Nada menos que 167.000 electores socialistas, la inmensa mayoría residentes en los barrios obreros del sur, prefirieron dar su voto a Ahora Madrid antes que al candidato socialista a la alcaldía, conscientes de que la victoria de Manuela Carmena era la vía más segura para echar a la odiada Esperanza Aguirre y para reforzar la lucha por reconquistar los derechos perdidos bajo los gobiernos de Zapatero y Rajoy.

Pero no sólo el PSOE demostró su incapacidad para entender los efectos de la intensificación de la lucha de clases en Madrid. También un sector de IU, precisamente el sector más íntimamente vinculado a la burocracia de CC.OO., el sector que durante años pactó con el PP la composición de los órganos de dirección de Caja Madrid – la actual Bankia -, pagó un alto precio por su decisión de presentarse a las elecciones al margen de los movimientos de unidad popular. De los 164.000 votos conseguidos en la ciudad de Madrid en 2011, en estas elecciones IU sólo ha conseguido conservar 27.869. Sin duda, la inmensa mayoría de la base social de IU compartió el criterio defendido por la mayoría de la militancia: el lugar de IU está en los agrupamientos unitarios de la izquierda que lucha.

La lucha por transformar Madrid continúa

La victoria de la izquierda en Madrid va a significar un poderoso estímulo para las luchas sociales y obreras de Madrid. Las 5 medidas propuestas para los 100 primeros días de alcaldía de Manuela Carmena contemplan el fin de los desahucios, la asistencia sanitaria pública para toda la población de Madrid - con independencia de su status legal -, o la garantía de que nadie será privado de luz o agua por no disponer de ingresos suficientes. Son medidas que chocan frontalmente con los intereses de los grandes poderes económicos – bancos, eléctricas, etc. Igualmente, el compromiso de Carmena de apoyar a los trabajadores de las subcontratas de Telefónica en su lucha contra la precarización y los salarios miserables que pretende imponer la multinacional, va a ser una clara inyección de ánimo a todos los trabajadores que deciden hacer frente a la ofensiva patronal.

Una situación como ésta no puede afrontarse solo con entusiasmo y voluntad de lucha. La clave para que esta victoria electoral se consolide reside en contar con un programa que asegure la transformación social, y en una organización unitaria de la izquierda que lucha, arraigada en los barrios, y que promueva y se apoye en las asambleas ciudadanas, asambleas en las que el nuevo gobierno municipal debe delegar las más amplias capacidades de decisión, para que efectivamente los ciudadanos de Madrid podamos dar con firmeza los primeros pasos para hacernos dueños de nuestro destino.

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