El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) ha dictado una segunda resolución sobre la solicitud de Habilitación Personal de Seguridad de Xaquín García Sinde, un sindicalista de los astilleros ferrolanos fundador de GanemosCCOO y militante marxista desde hace más de treinta años. Y lo que tras la primera resolución era una sospecha más que fundada, ahora es una certeza absoluta: el CNI reconoce que su veto es por motivos políticos.

Esto sólo puede calificarse de caza de brujas y de ataque contra todos quienes luchamos por un cambio social profundo y real. Entrevistamos al compañero Xaquín para conocer sus opiniones.

El Militante.- ¿Qué valoración haces de esta segunda resolución?
Xaquín García Sinde.- Me parece realmente grave. El CNI reconoce explícitamente que su veto se debe a que he demostrado “una continuada participación en organizaciones y grupos cuyos ideales defienden una estrategia revolucionaria: de clase, anticapitalista e internacionalista. Si bien esta participación es lícita, se considera discordante con la protección de la información clasificada”. Si estamos en una democracia, como se supone, si yo no cometí ningún delito y si el propio CNI reconoce que mis actividades políticas son lícitas, ¿por qué tengo que sufrir limitaciones profesionales? La democracia no significa “eres libre de pensar como quieras, pero atente a las consecuencias”; la democracia es poder pensar como uno quiera sin sufrir consecuencias. El PP ni siquiera es coherente con la farsa de la democracia burguesa (tú di lo que quieras, vota cada cuatro años… que los gobiernos ya harán lo que les digan los grandes intereses económicos) porque me está criminalizando por motivos ideológicos. La resolución del CNI evidencia que, como Franco (que decía que su régimen no era dictadura, sino una democracia orgánica), también el PP entiende la democracia a su manera. Esta resolución del CNI es propia de la policía política de una dictadura porque convierte a una persona en peligrosa solamente por sus ideas. Con Franco te etiquetaban de “desafecto al régimen”; con el PP, de “riesgo para la seguridad nacional”. El fondo es exactamente el mismo: represaliar a quien lucha contra ellos. Esto es lo grave. Y como dice el famoso poema: “Primero vinieron a por los comunistas...”.
EM.- ¿A qué crees que se debe que el PP se haya sacado la careta de esta manera?
XGS.- Me decía una periodista estos días: “Reconocer que te vetan por motivos políticos, ¡qué torpeza!”. Yo creo que no es torpeza. La resolución no la firma un becario recién llegado ni el pequeño Nicolás. La firma el director del CNI, que es un alto cargo político; de hecho, tiene rango de secretario de Estado y, por tanto, es miembro del gobierno del PP (el gobierno no lo forman solamente los ministros, sino también los secretarios de Estado). Mi resolución es una gota más en la deriva autoritaria del PP, que no sólo recorta los derechos laborales o sociales, sino también los democráticos. Ahí están la criminalización de los escraches, las multas abusivas a manifestantes, la persecución penal contra sindicalistas y trabajadores por luchar, la ley Mordaza, etc. La derecha necesita recortar los derechos democráticos para dificultar las luchas contra sus políticas, y lo hace sin escrúpulos. En Galicia fue muy sonada la multa impuesta en 2013 a una anciana preferentista de 82 años que sufre osteoporosis y necesita andador. El subdelegado del Gobierno en Pontevedra la multó ¡por saltar una valla para agredir a un policía! Actúan así porque saben que, aunque al final un juez acabe anulando la multa (como de hecho pasó en abril de este año), el disgusto, la preocupación y la tensión sufrida por esta señora, su familia y su entorno social durante todo este tiempo tienen determinados efectos. El PP quiere amedrentar, que la gente se retraiga, que no salga a la calle por miedo a tener problemas con el Estado o a ser despedido, que es lo que me habría pasado a mí si fuese un trabajador de las compañías auxiliares.
EM.- ¿Qué respuesta le vas a dar a este segundo ataque del CNI?
XGS.- Por supuesto, los voy a volver a denunciar. También voy a seguir con la denuncia pública para que se sepa lo que está pasando y que un día se acaben estos abusos dictatoriales. Pero es evidente que este es un tema político puro y duro: el PP me veta por ser de El Militante y por mi trabajo sindical desde Ganemos­CCOO. Por tanto, la respuesta importante es la respuesta política. Si creen que mi compromiso va a flaquear, se equivocan. Todo lo contrario. Mi respuesta a esto va a ser todavía más militancia para que Comisiones vuelva a ser el sindicato de clase, combativo y asambleario que fue en sus orígenes, en vez de la gestoría sindical (mala, además) en que la han convertido las direcciones de las dos últimas décadas. Y también más compromiso y más militancia para levantar internacionalmente un movimiento de izquierda revolucionaria que acabe con el capitalismo. Pero la lucha no puede descansar sobre individuos. Frenar todos los ataques exige la organización de toda la clase obrera para luchar. Por eso la mejor respuesta a este ataque es que más y más trabajadores y jóvenes se organicen con nosotros para fortalecer lo que la clase dominante más teme: las ideas del marxismo y un sindicalismo de clase combativo.

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