Europa, EEUU, Sudáfrica…

Al igual que los jóvenes en el Estado español iniciamos hace varios cursos un período de protestas contra las contrarreformas franquistas del PP que acabaron, tras veinte huelgas generales de estudiantes, con Wert fuera del Ministerio de Educación y con una desaprobación completa de sus principales leyes (LOMCE y 3+2) ante los ojos de la inmensa mayoría de la población, nuestros compañeros estudiantes de una buena parte del mundo también han emprendido movilizaciones para exigir una educación pública y de calidad para los hijos de los trabajadores.

Europa: los hijos de los trabajadores en primera línea de la movilización social

Un año especialmente caliente han tenido nuestros compañeros en Italia en lucha contra la reforma educativa del gobierno Renzi, que plantea otorgar prácticamente plenos poderes en la organización de los centros docentes al director, que entre otras cosas podrá elegir directamente a los profesores. Este año 2015 se han convocado ya varias protestas, la última con movilizaciones masivas en Roma el 13 de noviembre, en la que confluyeron profesores y estudiantes. En Grecia, años de recortes y ataques por parte de la troika han llevado al país a ser el que menos presupuesto dedica a la enseñanza pública de la OCDE, con solo un 4,3% del PIB, cifra muy por debajo de la media de la Unión Europea, y que se ve casi doblada por países como Dinamarca. Especialmente relevante es, en este contexto, la movilización de miles de estudiantes de secundaria el pasado 2 de noviembre que realizaron un mitin en el centro de Atenas, junto a los profesores, para protestar por los recortes y la escasez de profesores y libros, así como protestas similares en otras ciudades del país. Además se sumaron el 12 de noviembre a la primera huelga convocada por los sindicatos tras la capitulación del primer ministro Tsipras ante las instituciones europeas y el gran capital.
También el pasado 4 de noviembre los estudiantes del Reino Unido marcharon en Londres al grito de “Educación libre y gratuita: ni barreras, ni fronteras, ni negocio” y exigiendo la eliminación de las tasas para poder estudiar, así como un aumento en las ayudas a los estudiantes más desfavorecidos. Dicha movilización fue convocada por la Plataforma Nacional contra los Recortes y las Tasas Educativas (NCAFC), organización creada en 2010 contra la subida de tasas universitarias llevada a cabo por el gobierno conservador de David Cameron y que ya había movilizado a decenas de miles de estudiantes este año en Londres o Manchester. Desde 1999, cuando el laborista Tony Blair implantó el pago de 2.000 libras por estudiante para su entrada en la universidad, la educación superior se ha ido convirtiendo en un coto cerrado a los hijos de la clase trabajadora, situación que se agravó con la llegada de los conservadores al gobierno, que triplicaron esa cifra reduciendo a su vez las ayudas para convertirlas en préstamos bancarios (que se empiezan a introducir también en la universidad española), consiguiendo unos beneficios ingentes para los grandes capitalistas que se llenan los bolsillos a costa de que los jóvenes estemos endeudados toda nuestra vida. Es especialmente importante el apoyo que el recién elegido líder laborista, Jeremy Corbyn, ha brindado a los estudiantes ingleses en lucha, como muestra de lo que debe ser un laborismo de izquierdas y militante y no el Partido Laborista de Tony Blair, que cerró las puertas a los jóvenes estudiantes. Todo esto no se podría comprender sin reseñar brevemente el proceso de polarización social y giro a la izquierda de la población británica.

EEUU: ni tasas ni préstamos; becas y universidad pública de calidad

No sólo en Europa se han multiplicado las protestas estudiantiles estos últimos cursos, sino que Estados Unidos ha sido uno de los países más fuertemente afectado por movilizaciones exigiendo la supresión de las tasas universitarias y de las becas-préstamo financiadas por las entidades bancarias, así como el aumento en los salarios de los trabajadores de las universidades. Unas protestas ligadas al llamado movimiento por los 15 dólares, que reclama un sueldo mínimo de esa cantidad y derechos sindicales. Las movilizaciones culminaron el 12 de noviembre con manifestaciones estudiantiles a lo largo y ancho de todo el país, siendo especialmente masivas en las universidades de Texas, Chicago y Massachusetts.
La tasa de endeudamiento estudiantil en EEUU alcanza este año su récord: más de 40 millones de jóvenes endeudados para poder pagar sus estudios y una deuda total que asciende a más de un billón y medio de dólares. Una situación muy grave, ya que desde 1978 está prohibido que los estudiantes se declaren en bancarrota los cinco años posteriores a la finalización de sus estudios, plazo que se amplió a siete años con la reforma de 1990, y peor aún, con la última reforma de Bill Clinton, en 1998, se impide cancelar las deudas estudiantiles. Mientras, la única alternativa que es capaz de ofrecer el gobierno de Obama es el acceso de los estudiantes a financiación no bancaria, que pasa desde la donación de sangre hasta una donación de óvulos. ¡Una verdadera vergüenza!

Victoria de los estudiantes sudafricanos

También en el continente africano, más en concreto en Sudáfrica se ha desatado la rabia de los estudiantes en contra de la aprobación de un incremento del 11,5% de las tasas universitarias, expulsando económicamente de la universidad a decenas de miles de estudiantes. Las protestas comenzaron con una manifestación el 13 de octubre en la universidad del Witwatersrand de Johannesburgo exigiendo que el incremento no superase el 6%, sumándose rápidamente los estudiantes de otros lugares del país y obligando a suspender las clases y los exámenes en hasta catorce universidades como las de Johannesburgo o Ciudad del Cabo, las más importantes. En las tres semanas que duraron las protestas el gobierno empleó con saña a su aparato represor, utilizando la policía gases lacrimógenos y granadas de aturdimiento para reprimir a los estudiantes, entre los que se dieron numerosos detenidos. Este aparato de represión hizo recordar a muchos la masacre de Soweto en 1976, cuando más de 500 estudiantes fueron ametrallados cuando protestaban contra la decisión del Gobierno de promover planes educativos para la población negra en afrikaans (lengua germánica, utilizada por los blancos) en lugar de en inglés. Finalmente, y después de tres semanas de protestas, los estudiantes secundados por los profesores obligaron al presidente Zuma a declarar: “Hemos acordado que habrá un incremento del cero por ciento en las tasas universitarias para el curso que viene”, consiguiendo que la protesta estudiantil más relevante desde el fin del apartheid acabe en una victoria histórica.
Como demuestran todos estos ejemplos, el carácter de la lucha en defensa de unas condiciones dignas para nuestra clase, incluyendo el derecho a una educación pública de calidad, es internacional. La educación se ha convertido en un goloso caramelo para los grandes empresarios y en objeto de ataques a lo largo y ancho del planeta. Sólo denunciando el interés multimillonario que existe detrás de los ataques y desenmascarando a los gobiernos que se prestan al chantaje de los grandes poderes financieros podremos plantar a cara a quienes pretenden hacer de nuestros derechos un gran negocio.

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