Entrevista a Roberto Márquez, afiliado a Jóvenes de CCOO en la Comarca Sur y miembro de la corriente marxista de El Militante, uno de los siete detenidos la mañana del 20-J en LeganésEntrevista a Roberto Márquez, afiliado a Jóvenes de CCOO en la Comarca Sur y miembro de la corriente marxista de El Militante, uno de los siete detenidos la mañana del 20-J en Leganés

El Militante.– Tú eres un militante destacado de Jóvenes de CCOO en la Comarca Sur, donde has participado activamente desde su fundación. ¿Podrías contarnos brevemente tu experiencia como jóven trabajador?

Roberto.– En este momento trabajo como electricista y montador de aire acondicionado en una SLL (todos los trabajadores somos socios cooperativistas). Aunque se puede decir que trabajamos por nuestra cuenta, pertenecemos al grupo de trabajadores que dependemos del trabajo que nos dan grandes empresas, que en lugar de tener una plantilla fija subcontratan a jóvenes y así impiden su derecho a organizarse y a conseguir condiciones dignas de trabajo (el nuevo tipo de empleo que fomenta el PP); cuando hay trabajo tienes que trabajar 12 horas porque luego tienes meses en los que no te dan nada de curro.

Jóvenes de CCOO da la oportunidad de organizarse a todos estos jóvenes que como yo en mi empresa no podemos hacer nada a nivel sindical y que entendemos que para cambiar nuestras condiciones laborales hay que cambiar las del conjunto de la sociedad; para eso la única forma es organizarse y pelear.

EM.– ¿Cuáles fueron las actividades que organizásteis como Jóvenes de CCOO de cara a la huelga general del 20J?

R.– Ante todo la idea era dar toda la información que pudiéramos y contrarrestar la basura informativa de los medios de comunicación de masas al servicio de la patronal y el PP. Para ello hicimos una campaña junto con el Sindicato de Estudiantes y UGT. Pegamos 5.000 carteles informativos, organizamos tres actos públicos y una concentración-concierto en Leganés de cara a preparar el piquete del día 20. Además participamos en los repartos de propaganda del sindicato en centros comerciales, mercadillos, estaciones de Renfe, etc. Creo que cumplimos con creces los objetivos marcados

EM.– ¿Cómo se desarrolló la jornada en Leganés el 20-J?

R.– La huelga fue un auténtico éxito en toda la comarca sur, las zonas industriales estaban literalmente desérticas, tan sólo los piquetes llenábamos sus calles, llegando en Getafe a ser 3.000 personas. Eran aisladas las empresas que permanecían abiertas.

EM.– Respecto al piquete del que formabas parte, ¿cuál fue vuestra actividad y la actitud de la policía?

R.– En Leganés el piquete lo formábamos unas 500 personas que desde las 0:00 horas del día 20 empezamos a recorrer las calles del municipio informado en bares y gasolineras del comienzo y motivos de la huelga. Hacia las dos de la mañana fuimos al centro comercial Parque Sur, y conseguimos entrar dentro, donde comprobamos que la actitud de los empresarios durante el día iba a ser muy hostil.

El Corte Inglés permanecía custodiado por guardias jurados con perros Rottwailer, así es como esta gentuza garantiza el derecho democrático a secundar la huelga.

En todo momento nuestra actitud fue la de informar sin ningún tipo de violencia, como lo demostramos en la empresa de autobuses Martín, donde negociamos con la empresa el cumplimiento del servicio mínimo con un autobús por línea.

Makro era lo único que permanecía abierto en el polígono. Los trabajadores antiguos, con salarios de 160.000 pesetas, jornadas continuas, derecho de comedor por 35 pesetas, secundaban la huelga y sin embargo los jóvenes que no tienen ninguno de estos derechos, trabajan domingos, y tienen un contrato precario habían ido a trabajar (¡que casualidad!). Nuestro objetivo era entrar e informar a los trabajadores, hacer una asamblea y votar la huelga, para que el que quisiera la pudiera hacer sin ningún miedo a ser represaliado. Dos jurados intentaron impedir el paso a porrazo limpio y un policía, ante la avalancha de trabajadores, sacó una pistola encañonando a un compañero. Este fue el momento en el que todo cambió y empezó una batalla campal. Los dos primeros detenidos en Makro (que por cierto estaban fuera y fueron detenidos antes de los incidentes) oían la consigna policial por los walkies de la furgona: detenciones selectivas y cargas indiscriminadas.

EM.– ¿Cómo te detuvieron y cómo pasaste las 36 horas que permaneciste en comisaría?

R.– Desde allí fuimos a la Casa del Reloj (Ayuntamiento), había otro piquete en la puerta y también estaban recibiendo palos, incluso por parte de la policía municipal. Nos acercamos y se calmaron un poco lo ánimos, de repente otra carga, una carrera y empecé a notar cómo uno de los policías me señalaba (¡a por ése!). Me cogieron, me retorcieron el brazo y me empezaron a amenazar y acusarme de tirarles piedras, romper autobuses, etc.

Yo tuve más suerte que algunos otros compañeros, mis daños físicos sólo fueron un moratón en el brazo cuando me lanzaban dentro de la furgona; a otros compañeros los apalearon antes de la detención, durante la misma y dentro de la furgoneta.

Una vez en el calabozo el trato no fue malo, algunos de los policias incluso nos comentaban que ellos estaban a favor de la huelga y que sólo recibían órdenes. Por supuesto, no todos, otro incluso le dijo a un compañero, justo antes de ver al juez, que él habría apretado el gatillo.

Lo peor fue el tiempo que nos tuvieron allí, 36 horas sin ninguna justificación, les tenía que dar tiempo a preparar los cargos contra nosotros y llevar algo coherente ante el juez. El primer detenido sólo estaba allí por no enseñar el carné y por supuesto lo enseñó en cuanto llegó a comisaría, por lo que las detenciones eran a todas luces ilegales.

Les dio tiempo a montar una película por la que los cargos llegan a ser atentado contra la autoridad, que está penado hasta con cuatro años de privación de libertad; llevaron al juzgado palos de golf con las pegatinas de CCOO, espero que una prueba así no se la crea nadie.

La parte positiva fue oír a los compañeros desde el calabozo por la noche y verlos en la puerta del juzgado. Al ver la foto de El País de la manifestación de Madrid nos dimos cuenta del éxito de la huelga.

EM.– ¿Cómo piensas que se debe responder a la represión y a la actitud del gobierno tras la huelga general?

R.– Nuestras detenciones no son casuales, forman parte de la estrategia del gobierno, saben que las medidas antiobreras que están aplicando van a hacer que el conflicto social sea cada vez mayor y por eso quieren escarmentar a los jóvenes y trabajadores utilizando la represión brutal.

Ante eso lo que debemos hacer es organizar respuestas en la calle cada vez más contundentes y numerosas demostrando, como hemos demostrado durante la huelga, que los trabajadores unidos y cargados de razón vamos a parar los pies al gobierno de la patronal y la derecha.

En la comarca sur vamos a realizar una campaña para pedir la retirada de los cargos a los detenidos y la dimisión de los comisarios de Getafe y Leganés y del delegado del gobierno. Para el día 9 ya hay convocada una concentración en Leganés, a las 8 de la tarde, en Plaza de España.

La lucha debe tener continuidad, los trabajadores hemos sacado conclusiones en esta huelga y ahora esperamos que nuestras direcciones sindicales hagan lo que tienen que hacer, elaborar una tabla reivindicativa que contenga medidas para acabar con el paro, la precariedad y la represión en las empresas y que sirva para mantener en alza la bandera de la lucha, que es la única que nos va permitir conseguir un puesto de trabajo digno, con un salario digno y unas condiciones sociales dignas.

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