Después de la victoria del pasado 20 de marzo contra la represión sindical al declarar el juez la nulidad del despido del compañero Emilio, vemos cómo la empresa Roca Radiadores SA continúa despidiendo a trabajadores con la excusa del absentismo. La política de la empresa sigue siendo la sanción y las amenazas continuas con el objetivo de mantener unas condiciones de trabajo durísimas y atemorizar a aquellos trabajadores más dispuestos a luchar.
Gracias a esto Roca ha obtenido unos beneficios históricos hasta duplicar en el año 2000 la cifra de los cuatro años anteriores con un total de 12.138 millones de pesetas. En este mismo período, siguiendo el ejemplo de empresas como Nike, Indo, o Lear, que se establecen en países donde la falta de derechos democráticos para los trabajadores y las condiciones de semiesclavitud en el interior de las fábricas les comporta una sustanciosa reducción de costes, se ha establecido en países como Marruecos, China o Polonia. Esta situación se agrava aún más en un momento en que el mercado mundial se está reduciendo a causa de la crisis económica y estas empresas se ven obligadas a reducir las plantillas en los países donde la clase obrera ha conseguido mayores derechos.
Organizar un plan de movilizaciones
Esta es la perspectiva a la que nos enfrentamos en Roca, donde se están parando líneas de producción (mecanizado de grifería, rengles de Sydney, etc.) al mismo tiempo que se incrementan en las fábricas que tiene en estos países. Si esta situación continúa no se puede descartar despidos en el futuro. En este sentido, la noticia de segregar la empresa en cuatro partes es un intento de dividir la plantilla para acometer nuevos incrementos de los ritmos producción y un empeoramiento de las condiciones laborales. Los accidentes de trabajo, las lesiones musculares, el estrés crónico, las depresiones que afectan cada vez a más trabajadores son nuestro día a día. Como explica el marxismo, los empresarios necesitan alargar la jornada laboral y los ritmos de trabajo para mantener sus beneficios. En los últimos cuatro años se han producido dos muertes por infarto en el puesto de trabajo y tres suicidios, el último hace un mes.
Todos estos problemas no son ajenos a los ritmos que nos imponen durante toda la jornada. La presión a la que nos somete la empresa para sacar la producción está basada en amenazas y sanciones que terminan recortando más aún el salario, ya rebajado por el hecho de que nos descuentan las piezas defectuosas. Solamente la lucha de los trabajadores puede cambiar esta situación y garantizar todos los puestos de trabajo actuales. Las direcciones de UGT y CCOO tienen que organizar la respuesta ante estos ataques proponiendo desde este momento un calendario de movilizaciones contra la segregación de la empresa y los despidos de los últimos meses. Los trabajadores de Roca han demostrado en todas las ocasiones su disposición a luchar; sirva como ejemplo las dos huelgas del pasado convenio.
Por la reincorporación de Emilio
Los marxistas de UGT estamos desarrollando una campaña por la reincorporación del compañero Emilio a su puesto de trabajo, a lo que la empresa se niega a pesar de la sentencia y de que está pagando su salario. Con esta actitud se demuestra la falsedad de la argumentación de "la lucha contra el absentismo" que utilizó la empresa para despedir a Emilio. Es un caso evidente de persecución sindical. El pasado 18 de abril celebramos un acto público dirigido a impulsar esta campaña con asistencia de trabajadores de diferentes secciones. Se constató el ánimo de luchar que existe entre la plantilla, como es el caso de la sección de los hornos y del colado de Porcelana, Radiadores o Grifería. Una de las conclusiones que sacamos fue la necesidad de mantener informados al resto de trabajadores de la fábrica y conseguir el máximo de compañeros para llevar adelante la campaña. Sólo así podremos parar los ataques de la empresa.
