La victoria de Syriza marca un cambio trascendental de toda la escena política, impulsará la movilización contra los recortes y la austeridad, y abrirá el camino a una nueva etapa en la lucha de clases. Después Grecia le toca el turno al Estado español.

La derecha burguesa del ex Presidente Samaras, Nueva Democracia, ha sufrido un varapalo fortísimo y se desploma: su apoyo se reduce al 27,8% y 76 diputados. Pero sobre todo, estos resultados suponen la liquidación política de la socialdemocracia clásica, el PASOK, que ha pasado del 44% de los votos en 2009 (159 diputados), al 4,6% y 13 escaños en enero de 2015, ocupando el furgón de cola en el parlamento griego. Amanecer Dorado ha retrocedido respecto a las elecciones de 2012, y consigue el 6,3%, y 17 diputados electos, pero se coloca en tercera posición y esto representa una advertencia muy clara para la juventud y la clase obrera griega de que las tareas de la transformación social no se pueden quedar a medias. En la tercera y cuarta plaza, a una distancia muy pequeña de Amanecer Dorado, quedan la nueva formación de “centro” To Potami (El Río), con el 6% y 17 escaños, seguido del Partido Comunista de Grecia (KKE), que consigue el 5,4% y 15 diputados. La escisión de ND, Griegos Independientes (ANEL), obtiene el 4,7% y 13 escaños y, como puntilla de este cambio histórico, el ex primer ministro socialdemócrata, Yorgos Papandreu, y su Movimiento de los Socialistas Democráticos se queda fuera del parlamento con un ridículo 2,4%.

El candidato de Syriza, Alexis Tsipras, se dirigió tras conocerse los resultados a una gran multitud concentrada en el centro de Atenas: “Habéis vencido el miedo y recuperado la esperanza. Nuestra victoria es una victoria de todos los pueblos de Europa que luchan contra la austeridad. Nuestra prioridad por encima de todo es devolver la dignidad perdida a Grecia, con un Gobierno para todos los griegos, nos hayan votado o no”. Inmediatamente después, desde la UE se advertía a Tsipras de que debe cumplir sus acuerdos, es decir, continuar con la senda de la destrucción de su economía y aumentar el sufrimiento del pueblo griego, mientras en las bolsas de Asia el euro sufría una depreciación.

Este triunfo es de todos los que han sufrido y han luchado contra los efectos devastadores de una crisis de la que sólo han sacado provecho los bancos occidentales, los especuladores y los capitalistas griegos, que han promovido una fuga espectacular de capitales (más de 300.000 millones de euros en los últimos cinco años). Los oprimidos de Grecia librarán una feroz resistencia frente a quien quisiera arrebatarles esta victoria. La experiencia histórica demuestra que sólo en la cabeza de los que venden quimeras es posible conciliar los intereses de los capitalistas con los intereses de los trabajadores. Grecia entra en una nueva etapa de la lucha de clases: o ellos, o los capitalistas y los banqueros con su austericidio, o nosotros, el pueblo y los trabajadores transformando la sociedad.

(En las próximas horas publicaremos una amplia declaración sobre los resultados electorales en Grecia)

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