El 10 de marzo es un día especial en Ferrol y para toda la clase obrera. Hace 35 años, los trabajadores de los astilleros Bazán (hoy Navantia) estaban movilizándose por su convenio. Demandaban un convenio de factoría porque el que tenían era interprovincial, para todas las factorías de Bazán. Esta reivindicación no tenía nada que ver con un planteamiento ideológico nacionalista ni mucho menos con la insolidaridad con los trabajadores de las otras factorías, sino que emanaba de la lucha contra la dictadura franquista y las circunstancias del movimiento obrero de clase. En Ferrol, las Comisiones Obreras ya habían conseguido hacerse con el control de la representación laboral (cosa que no había ocurrido en San Fernando y Cartagena), y la demanda de un convenio de factoría era una fórmula para eludir el control del Sindicato Vertical franquista de las negociaciones del convenio interprovincial y poner el proceso de negociación en manos de los trabajadores. La mejor prueba de que esto fue así es que la demanda de un convenio de factoría fue totalmente abandonada nada más desaparecer la dictadura.
El día 9, seis obreros son despedidos, y el resto de la plantilla decide no trabajar. Al mediodía entra la policía armada en el astillero y se producen disturbios. El 10, los trabajadores encuentran la factoría cerrada, celebran una asamblea y deciden salir en manifestación hacia As Pías.
Al llegar allí, el encuentro. La policía franquista pide que se disuelvan y los obreros se niegan. La policía empieza a cargar y a disparar, los obreros se defienden lanzando piedras, y en la contienda caen muertos los trabajadores Amador Rey y Daniel Niebla. Los heridos no se atrevían a ir al hospital, para evitar ser detenidos.
Al ver que muchos trabajadores seguían atacándoles, la policía se retiró al cuartel, donde se tuvieron que defender de sucesivos intentos de asalto. Los comercios cerraron y durante varias horas Ferrol quedó en manos de los huelguistas. El gobierno cortó las comunicaciones, incluidas las telefónicas, hasta que, débil pero aún con fuerzas para seguir asesinando, pudo concentrar los efectivos suficientes para ocupar la ciudad. La conmoción fue tal que también alcanzó a Vigo, donde los trabajadores de los astilleros se solidarizaron con sus compañeros ferrolanos.
El 20 de marzo los trabajadores vuelven al trabajo. Las consecuencias de todo esto fueron las siguientes: 2 muertos, 16 heridos de bala y muchas decenas por otras lesiones, 160 despedidos, 101 detenidos, 60 encarcelados y 54 multados con entre 50.000 y 250.000 pesetas de la época.
Toda la responsabilidad de organizar esta lucha recayó sobre el trabajo minucioso, clandestino y disciplinado del Partido Comunista, que había formado y dirigía las Comisiones Obreras en Bazán. El 10 de Marzo de 1972 transformó un conflicto en principio laboral en un conflicto abiertamente político, en un enfrentamiento a cara de perro con la dictadura franquista.
En luchas como ésta los trabajadores ferrolanos aprendieron que la dignidad está en la pelea, que jamás nos debemos dejar doblegar por el capital ni por sus defensores. Por eso cada 10 de Marzo, como cada Primero de Mayo, tiene que ser un día de lucha contra el paro, la siniestralidad, la precariedad y la explotación, y para acabar de una vez con este podrido sistema.

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