No acabaremos nunca de escandalizarnos. En el Correo de Andalucía del 20 de enero se nos informaba de la última encuesta hecha por el Instituto de Estudios Sociales de Andalucía (IESA) en 2003. En ella daban el dato de que en nuestra comunidad hay un No acabaremos nunca de escandalizarnos. En el Correo de Andalucía del 20 de enero se nos informaba de la última encuesta hecha por el Instituto de Estudios Sociales de Andalucía (IESA) en 2003. En ella daban el dato de que en nuestra comunidad hay un 12,4% de población que vive en la pobreza. Esta pobreza la dividen entre pobres leves, aquellos que cobran menos de 4.850 euros anuales (la mitad de la renta media andaluza); pobres graves, aquellos que cobran menos de 3.395 euros y pobres severos, que son los que cobran menos de 2.425 euros al año.

Es evidente que las estadísticas no reflejan la realidad y el porcentaje de pobres es mayor, entre otras cosas porque hay miles de personas que cobrando poco más de los 4.850 euros anuales (unas 80.000 pesetas al mes) no han entrado en estos porcentajes. Quizás el dato que refleja de forma más evidente el nivel de vida de la mayoría de los andaluces es que, según el propio IESA, el 75% de la población no llega a fin de mes (frente al 57% de media estatal).

¿Cuál es la conclusión del estudio según este artículo del Correo? Pues cito: “A pesar de su renta [...] la satisfacción de los ciudadanos con su vida, independientemente de su nivel de ingresos, suele ser alta”. Nos vienen a la cabeza lemas tan cínicos como “los pobres son más felices que los ricos” o “los ricos también lloran”.

No suficiente con esto, el informe es muy optimista, pues informan que ¡en trece años se ha conseguido rebajar la pobreza en dos puntos! (del 14,8% al 12,4%). A este paso, supuestamente nos harían falta 73 años más para que no haya pobres en Andalucía. ¿Podrá esperar el joven trabajador precario tantos años? ¿Tendrá suficiente paciencia la obrera del campo, la madre separada sin ayudas sociales, las viudas con familia a su cargo? ¿Y el parado de más de 45 años?

Claro que cuando los estudiosos nos ven a los trabajadores como simples números fríos no les debe parecer muy difícil que aguantemos el tiempo que ellos crean necesario. Pero la realidad es que bajo el capitalismo nos alejamos cada día más de unas condiciones de vida dignas: nos suben los precios de las patatas un 23%, las naranjas un 18%, los huevos un 13% y el aceite casi un 7%, la vivienda ya ni te cuento, mientras que los salarios, suerte tiene el que ha conseguido un convenio con una subida superior al 3 o al 4%.

Así que ¡cuidado! No sonrías demasiado por la calle si sólo tienes unos cuantos céntimos en el bolsillo, vaya a ser que los del IESA se piensen que estás satisfecho y te olviden hasta dentro de setenta años.

Raquel E.

Sevilla

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