El cambio de Gobierno en Madrid ya está teniendo repercusiones en Euskal Herria, como se demuestra con la derogación de la reforma del Código Penal que pena con cárcel la convocatoria de un referéndum. El cambio de Gobierno en Madrid ya está teniendo repercusiones en Euskal Herria, como se demuestra con la derogación de la reforma del Código Penal que pena con cárcel la convocatoria de un referéndum. Igualmente, el rechazo por parte del Constitucional del recurso de Aznar que permitirá llevar a cabo el debate en el Parlamento Vasco del Plan Ibarretxe ha sido otra noticia recibida con alegría en Euskadi, si bien es evidente que son sólo dos medidas frente al auténtico arsenal de recortes de los derechos democráticos que aplicó el PP y que llevó, por ejemplo, a la aprobación de la cadena perpetua de hecho y a la ilegalización de la izquierda abertzale con la Ley de Partidos.

Esto es un resultado directo de las gigantescas movilizaciones de masas que acabaron con el gobierno del Partido Popular, el mismo gobierno que utilizó la cuestión nacional vasca para desatar una ola de reacción y de ataques a los derechos democráticos. La clase trabajadora y la juventud, luchando unidas, son capaces de lograr en un solo día más que ETA en treinta años de sectarismo, que sólo ha beneficiado a la derecha y a la reacción.

La política antiobrera

de la burguesía vasca

En este contexto de ataques por parte del PP, la burguesía vasca ha utilizado el enfrentamiento con Madrid para ocultar una política de ataques a la clase trabajadora. La vida ha subido de una manera alarmante con el euro; el pago de la vivienda se lleva el grueso de los recursos de las familias obreras afectadas que apenas pueden llegar a fin de mes como demuestra que ya casi un 60% de familias obreras tenga serias dificultades. Mientras la única preocupación de la patronal es restablecer e incrementar su tasa de beneficios a costa de un mayor sacrificio de los trabajadores.

La lucha por la mejora de las condiciones de vida de la clase trabajadora y la lucha por los derechos democráticos nacionales es una y la misma lucha. Es a la burguesía a la que le interesa la división de la clase trabajadora en líneas nacionales. La gran división, está repercutiendo en un empeoramiento creciente de los derechos sociales de la clase trabajadora.

La experiencia del conflicto de Mercedes Benz Vitoria demostró a dónde conduce la división sindical promovida en dicho caso por las direcciones de UGT y CCOO que firmaron un pacto de eficacia limitada y también por la dirección de LAB que en el referéndum convocado por las organizaciones citadas promovió la abstención en lugar de un sonoro NO a la oferta patronal.

Sin embargo hay otros casos donde ha sido un éxito la unidad sindical lograda en luchas durísimas como la de Caballito con casi seis meses de huelga indefinida, lo que demuestra que la unidad de acción es posible cuando la imponen los propios trabajadores.

Hay que acabar

con los obstáculos que

nos impiden luchar unidos

En Euskal Herria la cuestión nacional es utilizada por la ideología burguesa dominante como un factor de división en el seno del movimiento obrero. El PNV creó el sindicato ELA-STV con una orientación cristiana y conciliadora con la patronal vasca con el objetivo de alejar a los trabajadores vascos de las influencias marxistas del socialismo que propugnaba la lucha de clases y el antagonismo existente entre los intereses de los trabajadores y la patronal. Más tarde crecieron otras opciones sindicales como la propia LAB, ESK, STEE y otros, como una respuesta a la política de pactos con la patronal por parte de las organizaciones sindicales de masas en el Estado español y también por su abandono de la defensa de los derechos democrático nacionales.

La situación actual exige cada vez más la unidad en la lucha y la extensión y generalización más amplia de los conflictos que van surgiendo. Para unir a la clase trabajadora los dirigentes de UGT y CCOO deberían ponerse al frente de la defensa de los derechos democráticos del pueblo vasco, del euskera y del derecho de autodeterminación. Por su parte ELA y LAB deberían promover la unidad de acción de todas las organizaciones sindicales presentes en Euskal Herria para luchar unidos por mejorar las condiciones de vida de la clase trabajadora frente a la burguesía española y vasca.

Romper la unidad como hicieron ELA y LAB en la huelga general del 19 y del 20 de Junio del 2001 ¿en qué favorece a la clase trabajadora vasca? La experiencia demostró que la huelga del 20 sirvió para frenar una parte importante de los ataques del PP ¿Qué se logró con la del 19 aparte de la división sindical?

ELA y LAB con otras organizaciones han conformado la autodenominada mayoría sindical vasca. Sin embargo, a pesar de la precariedad laboral, los accidentes laborales y la actitud intransigente de la patronal vasca, desde la huelga general en Euskadi del día 19 de junio de 2001 no se ha promovido por parte de esta mayoría sindical ninguna otra huelga general y nadie puede afirmar que no existen condiciones para llevarla a cabo. ELA prometió que Euskal Herria estaría a la cabeza de Europa en cuestiones sociales pero no se han pasado de las palabras a los hechos. La realidad es que empresa a empresa, que es el modelo de lucha que promueve la dirección de ELA, no es posible dar un vuelco a la situación actual: eso requiere la acción unitaria de toda la clase trabajadora.

La estrategia de ELA de apostar por firmar convenios de empresa en detrimento de los convenios de ámbito superior debilita a los trabajadores. Eso está pretendiendo la patronal desde hace mucho tiempo, desarticular la negociación colectiva, liquidar los marcos amplios de negociación que obliguen a respetar derechos mínimos para los trabajadores cuando sabemos que el grueso de pequeñas empresas dependen de convenios de ámbito superior al de empresa como el provincial y el estatal.

La burguesía vasca se niega a hacer convenios de Euskadi. Y cuando hace alguna referencia al proletariado vasco es para decir que se cobran salarios superiores a los del Estado y que eso es una amenaza para la economía vasca.

¿Es la solución el ‘marco vasco’ de relaciones laborales?

La principal reivindicación de ELA y LAB y su crítica al Plan Ibarretxe es precisamente que no defiende un marco autónomo de relaciones laborales. La reclamación de un “marco de relaciones laborales” propio para Euskadi es una trampa para los trabajadores, ya que lo plantean de una manera excluyente respecto a los trabajadores del resto del Estado. Si esta reivindicación es justa ¿por qué no defenderla en Catalunya, Galicia, Madrid o Andalucía? De esta manera se atomiza a los trabajadores, se debilita nuestra capacidad de respuesta y se fomenta la política del “divide y vencerás” que la patronal utiliza constantemente contra los obreros.

La negociación colectiva en los convenios provinciales del metal, actualmente muy paralizados, exige la máxima unidad de acción y de movilización para romper la intransigencia empresarial. Las amenazas de cierre de empresa o traslados han de ser contestadas una a una y no aceptarlas sin rechistar como propone la dirección de CCOO en el caso de Explosivos Alaveses.

Es necesario promover la máxima unidad de acción en Euskal Herria y a nivel estatal. La lucha unida de la clase trabajadora en todo el Estado es un paso adelante necesario si se quieren frenar los ataques de la patronal. El incremento de la conflictividad laboral va de la mano de luchas cada vez más largas y duras.

Eloy Val del Olmo

Ezker Marxista

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