Los pasados días 31 de marzo y 1 de abril se llevó a cabo un paro masivo en el campo sevillano. Los más de 124.000 jornaleros de la provincia que trabajan en unas 20.000 empresas del sector,Los pasados días 31 de marzo y 1 de abril se llevó a cabo un paro masivo en el campo sevillano. Los más de 124.000 jornaleros de la provincia que trabajan en unas 20.000 empresas del sector, secundaron prácticamente en su totalidad la convocatoria de huelga general en el ámbito agrícola que para esas jornadas convocaban CCOO y UGT como medida de presión ante la negativa de la patronal de firmar un nuevo convenio provincial que recoja las mejoras salariales y laborales demandadas por la plataforma de negociación sindical.

La propuesta de subida salarial no es uniforme en todos los cultivos y labores, ya que lo que se pretende en este convenio es unificar al alza, en tres bandas generales, los 23 salarios diferentes que existen (varían según el producto y según la faena que se realice), tomando como referencia los jornales más altos. Se da la circunstancia de que son precisamente las labores más duras y penosas en el campo, las que están peor pagadas. Por ello, para la recolección de naranjas y melocotones, el trabajo mejor remunerado y que genera mayor cantidad de mano de obra, se pretende una subida más modesta, de un 4,5%. Mientras que en el resto de recolecciones (olivas, melón, ajos... todos los productos en definitiva) y en tareas como la siembra, injerto, poda, riego, tractoristas, etc., el incremento cada año sería de un 7 e incluso un 8%; de tal manera, que al cabo de la duración del convenio, tres años, se igualaran los salarios en tres bloques.

También se reivindica en este convenio la reducción de la jornada laboral en un cuarto de hora (para el “bocadillo”) y sobre todo, reconocer una mayor protección y estabilidad para los trabajadores agrícolas, incorporando la obligatoriedad de hacer contratos a los jornaleros. Se da el caso, siempre olvidado interesadamente, de que más del 90% de los trabajadores del campo andaluz y extremeño son eventuales y trabajan por un jornal, sin que nada les garantice que al día siguiente van a seguir en los tajos, bien por inclemencias climatológicas o bien porque el encargado de turno prescinda de sus servicios. Incluso si un obrero sufre un accidente laboral, para tramitar su baja y recibir su correspondiente indemnización necesita ¡la firma del propietario!

La Mesa General

de Negociación

El convenio anterior, con una duración de tres años, cumplió su vigencia el 31 de diciembre de 2003. Antes de esa fecha se iniciaron las conversaciones entre patronal y los sindicatos que forman parte de la Mesa General de Negociación, CCOO y UGT, con el compromiso de lograr un acuerdo “satisfactorio” para ambas partes.

La Mesa está integrada por 12 representantes de la patronal (agrupados en la central ASAJA) y 12 delegados de los trabajadores. Por la parte empresarial la designación de sus miembros es muy elocuente; ni más ni menos que en virtud del número de hectáreas que poseen en la provincia. Es decir, que representa los intereses de los grandes terratenientes de Sevilla, sea cual sea el número de peonadas (jornales) que generen sus cultivos o, como así sucede la mayoría de las veces, aunque dediquen gran parte de sus tierras al cobro de las suculentas subvenciones europeas.

La composición de la parte social depende del número de delegados conseguidos en las elecciones sindicales que se desarrollan en cada empresa del sector. Las condiciones para ser delegado de empresa o para, simplemente, poder votar están estipuladas por ley. Se necesita haber trabajado al menos un mes al año en la misma explotación para poder votar y los delegados tienen que tener al menos tres meses (seis meses marca la ley, pero hay cierta condescendencia) de antigüedad al año para poder presentarse. En estos momentos, la práctica igualdad en el número de delegados entre CCOO y UGT hace que ambos tengan seis representantes en el órgano negociador.

Todo esto adquiere gran relevancia, porque el sindicato que ha demostrado mayor combatividad en estos años en el mundo rural, el Sindicato de Obreros del Campo (SOC) no participa en las elecciones sindicales y por lo tanto no tiene ningún delegado en la Mesa de Negociación. Una cuestión que trataremos más adelante.

Contratos por horas

Pues bien, después de más de cuatro meses de negociación y búsqueda de “consenso”, la última oferta de la patronal era de ¡una subida del IPC y realizar los trabajos por horas!, es decir, más desregulación y la desaparición, de hecho, del convenio sectorial. Esto es tremendo dada la situación de especial precariedad y salarios bajos que persiste en el régimen agrícola y fue contestado por las centrales sindicales mayoritarias con la ruptura de la Mesa y la convocatoria de huelga general para los días 31 de marzo y 1 de abril, unas jornadas que han paralizado prácticamente toda la actividad en el campo y las fábricas y que ha servido para mostrar a la patronal dónde reside la verdadera fuerza de la clase trabajadora ¡sin nuestra fuerza de trabajo no hay producción!

Este es el único lenguaje que entiende la patronal, sobre todo una tan reaccionaria como ésta, y el único arma para conseguir las mejoras pretendidas.

Por ello, es un gran error depositar plenas esperanzas en estos “órganos democráticos” como la Mesa de Negociación. La tendencia general de las direcciones de CCOO y UGT les lleva a sacralizar este tipo de instituciones, centrando durante meses toda la estrategia y los esfuerzos en alcanzar un pacto con la patronal, cuando hacia dónde deberían ir orientados estos esfuerzos es a armar y preparar a la clase para las inevitables luchas por conseguir las mejoras.

Esto, en definitiva, no es otra cosa que querer suplantar la lucha de clases como instrumento de las conquistas obreras por la colaboración amistosa con la burguesía (aunque en el mundo rural, aún podemos hablar abiertamente de aristocracia).

Una vez más se ha demostrado la debilidad de la estrategia basada en el “consenso”. La patronal no está dispuesta a ceder ni un centímetro de sus beneficios si no es por la fuerza, y emplean la táctica de ganar tiempo sentados muy educadamente en los órganos democráticos mientras van pasando los meses y los trabajadores del campo siguen sin convenio y sin subidas salariales. Pero es que siempre ha sido así. El anterior convenio fue ganado después de varias jornadas de lucha y de cuatro días de huelga.

Estas son las lecciones que las direcciones sindicales deben sacar de este “ensayo general” de dos días de huelga.

La posición del SOC

El Sindicato de Obreros del Campo agrupa, sin ningún género de dudas, al sector más combativo del campo andaluz. En todos estos años han entablado una lucha sin tregua por mejorar las condiciones de vida de los jornaleros y han sido la única organización que se ha enfrentado al sistema de propiedad terrateniente a través de las ocupaciones de fincas y sus llamamientos sobre la Reforma Agraria.

Esto no pasa desapercibido para las “autoridades” y la gran patronal, y hace unos días hemos asistido al juicio de su secretario general, Diego Cañamero, para el que se pedía una multa escandalosa más ¡cinco años de cárcel! Esto, además de un vergonzoso chantaje contra el SOC es un ataque al conjunto de la clase trabajadora, a la que se pretende intimidar, en un periodo de movilizaciones, machacando a uno de los dirigentes que más se ha destacado en la lucha.

Pero es preciso señalar que junto a su demostrada valía, respecto a la convocatoria de huelga el SOC comete errores de principio negativos tanto para el conjunto de la clase como para su propia organización.

El SOC no apoyó la convocatoria declarando que las subidas salariales defendidas por los sindicatos mayoritarios eran insuficientes y no reflejaban la realidad del campo y las verdaderas necesidades de los trabajadores.

Compañeros, con toda seguridad tenéis razón y lo que es más importante, muchos afiliados y simpatizantes de CCOO y UGT están de acuerdo con vuestros planteamientos ¡pero no con vuestra estrategia! Es perfectamente compatible secundar el movimiento y al mismo tiempo explicar que las reivindicaciones son insuficientes y que hay que ir más allá. La participación del SOC en la huelga hubiera permitido ganar autoridad entre la clase, que instintivamente valora muy positivamente la unidad de sus organizaciones en la lucha, y sobre todo entre aquellos trabajadores a los que no llega normalmente.

Lo contrario es, por muchas razones que se tengan, quedarse aislados, dividir el movimiento y a la clase, sobre todo en un momento donde las direcciones de los sindicatos mayoritarios están respondiendo a la presión de las masas y plantea la lucha de clases como arma para conseguir mejoras, aunque éstas sean tímidas e insuficientes.

En estas circunstancias y con esta actitud cualquier posibilidad de ganar influencia en amplios sectores de los trabajadores se pierde, a pesar de las enormes simpatías que el SOC tiene en el campo, siendo además blanco fácil de críticas oportunistas.

Respecto a la inclusión del SOC en la Mesa General de Negociación, es necesario, compañeros, reconocer algunas cuestiones. ¿Consideráis una estrategia correcta el que Izquierda Unida no se presentara a las elecciones parlamentarias debido a que, como se ha demostrado una vez más, el sistema electoral es injusto y perjudica notablemente a esta formación? ¿Veríais correcto que si IU decidiera no presentarse a las elecciones, reclamara su inclusión en el Parlamento en virtud de que, efectivamente, tiene una base social?

Por supuesto nosotros recomendamos la participación de las organizaciones obreras en todos los órganos de representación por muy burgueses que sean, como una plataforma para explicar las posiciones defendidas y llegar a cuántos más trabajadores mejor. Pero, en estos momentos, ¿no es más importante que vuestro empeño sea mayor en formar una plataforma de reivindicaciones y de lucha con CCOO y UGT en líneas de unidad de clase, representando, de esta manera, a la totalidad de los trabajadores del campo? ¿No fue así como se ganó el anterior convenio? Esto sí que sería una fuerza formidable y entonces sí que se le iban a acabar los cuentos a la patronal.

Concluimos con un llamamiento a la unidad en la lucha de las organizaciones obreras ante la huelga general indefinida en el campo convocada para el día 5 de mayo.

¡Por la unidad de CCOO,

UGT y el SOC!

¡Por un convenio provincial digno!

Santiago Jiménez

Responsable de CCOO

en Villaverde del Río (Sevilla)

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