La factoría de Ufesa en Etxarri Aranatz, propiedad de la multinacional alemana BSH, en la cual trabajan 160 personas recibió con sorpresa la noticia de la dirección del cierre definitivo de la empresa por falta de competividad en el mercado y por no resultar rentable.

La alternativa que propone la dirección es la recolocación de los trabajadores en otras factorías de la misma empresa, manteniendo todos los derechos adquiridos durante su trayectoria laboral, mientras que la central se trasladaría a la República Checa donde la mano de obra es más barata y los beneficios mayores.

Batzarre y CCOO denuncian la situación y desde el comité de empresa se ha planteado un calendario de movilizaciones indefinido a pesar de las divergencias entre los representantes de LAB y UGT.

Dentro del mismo grupo de empresas, nos encontramos con la factoría de Eskirotz, en la que trabajan 900 personas y en la cual la dirección propone una rebaja salarial de un 5% y un incremento de la flexibilidad ante una inminente pérdida de la producción de dos modelos de frigorífico que la multinacional alemana ha decidido llevar a Rusia y Turquía. El comité de empresa muestra el rechazo más absoluto y se plantean movilizaciones.

Más ataques a los trabajadores

Por otro lado está la situación de la empresa de Landaben, Hussmann Koxka, en la cual los sindicatos LAB, ESK y ELA han convocado paros parciales de una hora por turno para denunciar la política de reubicaciones que se está llevando a cabo.”La dirección cambia de puesto a trabajadores que deberían estar de baja por enfermedad o accidente laboral, para conseguir que la empresa no aumente su incidencia de siniestralidad o absentismo” denuncian.

En la misma línea podemos ver a Alcoa Extrusión de Irurtzun en el que pretenden restringir derechos laborales tan básicos como la eliminación de los pluses de trabajo en festivos, sábados y domingos; la reducción del plus de nocturnidad; la eliminación del complemento por enfermedad común, etc.

Podemos ver como los conflictos laborales no son problema de una única empresa sino que s problemas comunes a toda la clase trabajadora, pues si hoy la que se ve afectada es una factoría determinada al día siguiente será otra. Por lo tanto el movimiento obrero en su conjunto debería tomar conciencia de la fuerza que tiene y la importancia que representa el ejercicio de presión sobre los intereses capitalistas de la empresa, que lejos de preocuparse por el futuro de las familias trabajadoras, sólo busca el beneficio económico en detrimento de los derechos de los trabajadores.

La alternativa pasa por exigir a todos los dirigentes sindicales de todas las factorías una lucha unida frente a todos aquellas acciones que representen ataques contra los derechos de los trabajadores.

Iudit Aguilar Leoz (Ezker Marxista · Nafarroa)