De los cuatro días que la sección sindical de CCOO en Aceralia-Asturias tenía convocados para el mes de marzo contra el plan laboral, con el que se pretende introducir la flexibilidad, movilidad y la polivalencia como herramienta para destruir puestoDe los cuatro días que la sección sindical de CCOO en Aceralia-Asturias tenía convocados para el mes de marzo contra el plan laboral, con el que se pretende introducir la flexibilidad, movilidad y la polivalencia como herramienta para destruir puestos de trabajo (pretenden pasar de los 7.500 a 5.000 trabajadores) y después de llegar a un acuerdo con UGT y USO, la ejecutiva de la sección sindical de CCOO desconvoca los dos últimos días de huelga. En este acuerdo los únicos compromisos a los que se llega son la creación de una comisión de negociación sobre la aplicación del plan laboral y el compromiso de UGT y USO para revindicar una nueva línea de galvanizado. Ahora incluso este acuerdo parece papel mojado, ya que la empresa se niega a reconocer este acuerdo mientras CCOO no retire la demanda que tiene presentada por incumplimiento del convenio.

La huelga del

5 y 9 de marzo

Ya en el mes de octubre la empresa demostró que no tenía ninguna intención de dar su brazo a torcer y estos días lo ratificó imponiendo unos servicios mínimos abusivos. Aún así, un sector de la plantilla se negó a trabajar esos días, pese a ser interrogados hasta cinco veces por todo tipo de jefes, aduciendo que la carta solo obligaba a servicios mínimos. Para el día 9 de marzo la redacción de carta fue modificada, para el personal de la Acería de Avilés y obligaba a “procesar el arrabio de los hornos altos”. Según los servicios jurídicos de CCOO nada se podía hacer, salvo recurrir a los juzgados. La cosa no quedó aquí: incluso la dirección tuvo la prepotencia de chantajear a los eventuales intentando que ocuparan los puestos del personal que se declarara “en servicios mínimos”.

Hay que destacar que la dirección de la empresa contó con la colaboración de los dirigentes de UGT y USO, firmantes del plan y opuestos a la convocatoria. Una cosa es no estar de acuerdo con una convocatoria de huelga y otra muy distinta actuar como hicieron los dirigentes de UGT y USO, hicieron el juego a la empresa pasando por los puestos de trabajo recomendando trabajar y en la practica haciendo de rompehuelgas.

¿Unidad sindical?

Sí, pero para luchar

Todos estamos de acuerdo en que el conflicto iba a ser duro y difícil. Era la primera vez que CCOO convocaba en solitario, en minoría dentro del Comité de Empresa, con la dirección de la empresa decidida a no hacer ningún tipo de concesión y el gobierno autonómico lavándole la cara a la dirección de Arcelor. Además están las presiones salvajes a la plantilla, en especial a los eventuales y la actitud de los dirigentes de UGT y USO. Sacar adelante una huelga en estas condiciones necesita un labor amplia de información a los trabajadores, independientemente del sindicato al que estén afiliados, y unos objetivos claros. Para conseguir el mayor apoyo entre la plantilla se hacia necesario “patearse” los talleres, buscar la colaboración de los afiliados de CCOO (la sección sindical no la componen exclusivamente los miembros de la ejecutiva), convocar a la sección sindical no sólo para presentar hechos consumados, sino también para organizar las convocatorias de huelga, hacer una campaña en todas las instalaciones por el referéndum, convocar asambleas en los talleres donde poder discutir las movilizaciones y votarlas. En lugar de esto, la convocatoria se hizo con carteles en los vestuarios y por la prensa.

Se pretende volver ahora a la “normalidad” sindical con el acuerdo firmado por CCOO, UGT y USO. Se dice que con este acuerdo no hay “vencedores ni vencidos” y se recupera la unidad sindical. Pero la unidad de acción tiene que ser una herramienta para conquistar y defender nuestras condiciones de trabajo. Buscar la unidad por abajo es la única forma de evitar el posible enfrentamiento y división entre la plantilla. En esta ocasión, luchar por la unidad de acción, significaba hacer un llamamiento a los afiliados de UGT y USO (la mayoría de los cuales estamos seguros que rechaza también este plan, lesivo para los intereses del conjunto de los trabajadores) a que se posicionaran y exigieran un cambio de actitud a sus dirigentes. Esto sólo se puede conseguir si los trabajadores tenemos voz y voto, con asambleas generales en las que poder tratar las cuestiones fundamentales y decidir cual es la práctica sindical que necesitamos para defender y mejorar nuestras condiciones de trabajo.

Paco Ibáñez

CCOO Aceralia - Asturias

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