Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha planteado que la educación de niños y niñas en diferentes aulas “no es discriminatoria”, de tal modo que no hay ningún problema en subvencionar colegios que impartan la enseñanza de estaEsperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha planteado que la educación de niños y niñas en diferentes aulas “no es discriminatoria”, de tal modo que no hay ningún problema en subvencionar colegios que impartan la enseñanza de esta forma. Así va a hacerlo en el caso del Fuenllana y el Andel. Añade a este argumento que “los padres que quieran puedan elegir [...] cuantas más opciones mejor”. Así, con dinero público se van a hacer este tipo de aberraciones.

¡Ésta es la igualdad entre hombres y mujeres de la que habla el PP! Quieren retroceder cinco décadas y volver a inculcarnos que no está bien visto eso de que los chicos y las chicas se mezclen. De hecho, seguro que para las mentes retrógradas de estos políticos de la derecha lo mejor sería aplicar abiertamente el viejo ideario franquista según el cual la mujer es el “reposo del guerrero” y, como tal, tiene que ser educada para así saber llevar el hogar mientras su maridito se gana el sustento.

Desde luego, las organizaciones de la izquierda no podemos permitir que ocurran este tipo de cosas y, ahora que hemos conseguido echar al PP del gobierno, el PSOE tendría que negarse a aceptar este tipo de cuestiones en cualquier comunidad autónoma. Pero si miramos hacia atrás, por desgracia, el PSOE también subvencionó este tipo de educación y parece que en la actualidad no tiene pensado enmendarlo y plantar cara a las presiones de organizaciones como el Opus Dei, grandes defensores de esta discriminación. De hecho, en el anteproyecto de reforma de la LOCE, cuando plantea el punto de la admisión de alumnos en su artículo 82.3, dice lo siguiente: “En ningún caso habrá discriminación en la admisión de alumnos por razones ideológicas, incluido el carácter propio del centro, religiosas, morales, sociales o de nacimiento”. Es decir, no hay ninguna mención expresa a la discriminación sexual, no hay ninguna traba a la separación de niños y niñas, ni a que esa práctica sea subvencionada con dinero público. Si realmente el gobierno de Zapatero quiere la igualdad entre hombres y mujeres, desde luego este no es el camino.

Araceli del Rincón

SE · Madrid

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