Del 1 al 4 de junio UGT va a celebrar su XXXIX Congreso con relativa tranquilidad interna, adelantándose un año para poder afrontar mejor las elecciones sindicales de 2006, que parece ser que es lo que de verdad importa para la dirección del sindicatDel 1 al 4 de junio UGT va a celebrar su XXXIX Congreso con relativa tranquilidad interna, adelantándose un año para poder afrontar mejor las elecciones sindicales de 2006, que parece ser que es lo que de verdad importa para la dirección del sindicato. El anterior congreso se celebró en marzo de 2002 sin que en aquel momento se previeran los acontecimientos que iban a sacudir a los trabajadores y a la sociedad española en general los dos años siguientes.

Nada más ser elegida la nueva ejecutiva el gobierno del PP lanzó el famoso decretazo. La derecha, interpretando la política de consenso y de paz social practicada por la dirección de UGT y de CCOO como un signo de debilidad de los trabajadores, se acabó enfrentando a la huelga general del 20 de junio, con un éxito rotundo de participación. El gobierno tuvo que retroceder en gran medida. Quedó claro que ni el gobierno del PP era tan fuerte y que no era verdad que “los trabajadores no se mueven”. Así, se desmentían los dos argumentos esgrimidos por los dirigentes sindicales para justificar su política permanente de pactos.

La huelga general cambió completamente el ambiente social. En 2003 se produjeron las movilizaciones contra la guerra imperialista de Iraq, las mayores de la historia. Tuvimos las manifestaciones del Prestige, Plan Hidrológico, etc., y hace un año, después de una grandiosa movilización contra la matanza de jóvenes y trabajadores el 11-M, votamos masivamente para echar a la derecha del gobierno.

Sacar conclusiones

En estos tres años transcurridos desde el último congreso los trabajadores hemos perdido poder adquisitivo, hay más inestabilidad laboral, las jornadas de trabajo son más largas y los ritmos de trabajo más insoportables. Ahora, el gobierno está impulsando una nueva reforma laboral regresiva. Pero, si hemos conseguido echar al PP ¿por qué no vamos a ser capaces de conseguir mejoras drásticas en nuestras condiciones de trabajo y hacer frente a cualquier ataque a las conquistas sociales? El nuevo gobierno ha sido aupado por la movilización de millones de trabajadores y jóvenes, estamos muy legitimados para obligarles a hacer una política a favor de la mayoría de la sociedad, completamente distinta a la que practicó el PP.

Todo eso es lo que deberíamos estar discutiendo en las asambleas que celebramos los afiliados y no limitarnos, simplemente, a elegir delegados. Siempre escuchamos la misma cantinela: “la gente pasa de venir”, “no se preocupan por el sindicato”... En lugar de quejarse los dirigentes deberían preguntarse por qué no participan más los afiliados en el sindicato. Una política de lucha para reconquistar nuestros derechos laborales perdidos ayudaría a incrementar la participación de los trabajadores. En ese sentido, los marxistas de UGT pensamos que nuestro sindicato debe defender claramente los siguientes puntos:

· Reducción de la jornada laboral a 35 horas sin reducción salarial y sin incrementos de los ritmos de producción.

· Jubilación a los 60 años con el 100% y contratos de relevo.

· No a los trabajadores de segunda división en las empresas. No a las ETTs ni a las subcontratas.

· Por el mantenimiento del poder adquisitivo de los salarios. Cláusula de revisión y escala móvil de precios - salarios.

· Salario Mínimo Interprofesional de 900 euros.

· A igual trabajo, igual salario, contra la discriminación salarial de jóvenes, mujeres e inmigrantes.

· No a los recortes del subsidio de desempleo. Extensión del subsidio a todos los parados.

· Nacionalización de empresas en crisis bajo control de los trabajadores con mantenimiento de todos los puestos de trabajo.

Esta política animaría a los activistas, atraería a los trabajadores a la organización, nos reforzaría para afrontar una situación difícil que necesita de unos sindicatos fuertes y, con el apoyo de la clase obrera, podríamos hacer frente a los ataques que se avecinan.

Miguel Mitxitorena

FeS-UGT (Madrid)

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