Cualquiera pensaría que algo tan importante debería contar con los recursos suficientes y el personal en las mejores condiciones para poder desarrollar correctamente este trabajo.

Sin embargo, nos encontramos con una realidad muy distinta. Mientras se invierten cantidades astronómicas en pagar licencias de software y equipos último modelo para unos cuantos privilegiados, se racanea con las condiciones laborales.

La máxima que se está siguiendo en este caso es la misma que está aplicando el PP en todos los terrenos: hacer negocio al menor coste sacando el máximo beneficio.

De 561 trabajadores y trabajadoras considerados personal laboral, aún hay 126 interinos sin perspectiva de pasar a fijos (en algunos casos sobrepasan los 3 años) y 199 puestos vacantes que son necesarios y que deberían ser cubiertos por personal interino y fijo. Aunque esto por sí mismo ya es motivo de escándalo, no es ni mucho menos lo único. La empresa aún no nos ha querido facilitar los datos y no podemos saber el número exacto de personal subcontratado que trabaja para ICM, pero no nos equivocaremos mucho si estimamos este dato en casi el doble del personal laboral fijo.

Estos hechos suponen un escarnio para las condiciones laborales del personal de este organismo y deterioran de una forma clara el servicio prestado a la Comunidad de Madrid. Sin embargo, para el equipo de gobierno de Esperanza Aguirre y la dirección de ICM, esto no supone ningún problema porque conlleva una gran ventaja: es barato.

De Organismo Autónomo

a Ente Público

Pero ¿podría ser además un buen negocio? Según ellos sí. Ese el siguiente paso que preparan.

Como si no hubiera sucedido nunca con los trabajadores de Correos, astilleros o Sintel, ahora el PP nos presentan su gran idea: el primer paso hacia la privatización encubierta del hoy Organismo Autónomo ICM lo quieren dar con su conversión en un Ente Público.

Las dos diferencias fundamentales que tienen estas dos formas jurídicas son:

La gestión del capital público: con la primera fórmula debe rendir cuentas al gobierno y con la segunda… no.

La flexibilidad en la contratación y los despidos: con la primera se debe llevar un control y con la segunda… no.

En definitiva, significa aplicar la mentalidad del lucro personal, primer mandamiento del catecismo empresarial, a algo que es y debe seguir siendo público y de todos.

Los trabajadores debemos tener una idea muy clara, que nuestros intereses y los del gobierno del PP son totalmente contrapuestos. Si consiguen llevar a cabo sus planes a través de la dirección de ICM, independientemente de las condiciones ofrecidas en forma de caramelos envenenados, pasará poco tiempo antes de que lo paguemos caro y con intereses.

Pero también tenemos debemos tener claro que quién realmente hace funcionar la informática en la Comunidad de Madrid somos precisamente los trabajadores de ICM, sólo nosotros. Si nos unimos negándonos a aceptar cualquier camino que lleve a la privatización de la empresa y luchamos para conseguir una mejora drástica de nuestras condiciones de trabajo dentro del marco laboral de la CAM, el gobierno se encontrará con un obstáculo difícil de salvar para llevar a cabo sus planes.

Aunque esto pueda parecer muy difícil, el camino ya lo iniciamos en la asamblea del día 12 de abril, cuando se comenzó a fraguar la idea de la movilización.

Hace falta una primera huelga general de todos los trabajadores fijos, interinos y subcontratados en la que debemos exigir:

· ¡Que todo el personal interino pase a fijo ya!

· Contratación inmediata de todo el personal subcontratado que realiza labores permanentes para ICM

· Que se abra el proceso de funcionarización para todos los trabajadores de ICM tal y como se está haciendo en el resto de la Comunidad de Madrid.

Una trabajadora de ICM

afiliada a CCOO