Los acontecimientos se han sucedido con una inusitada rapidez desde el 29 de marzo en que se hizo pública la detención de la alcaldesa de Marbella, Marisol Yagüe, el ex gerente de urbanismo, Juan Antonio Roca, y otros concejales, abogados y testaferr Los acontecimientos se han sucedido con una inusitada rapidez desde el 29 de marzo en que se hizo pública la detención de la alcaldesa de Marbella, Marisol Yagüe, el ex gerente de urbanismo, Juan Antonio Roca, y otros concejales, abogados y testaferros. Son ya 25 los detenidos de una trama que ha acumulado en pocos años bienes por un mínimo de 2.600 millones de euros, aunque informaciones policiales esgrimidas por el diario El País, del 31 de marzo, avalaban que esa cifra “se iba a quedar corta”.

La movilización popular del 30 de marzo, la más grande de la historia de Marbella con 12.000 participantes, presionó como nunca a algunos dirigentes del PSOE y de la Junta de Andalucía, que en los últimos años parecían mirar para otro lado ante los escándalos de Gil. De hecho, el consejero de la Presidencia de la Junta de Andalucía, Gaspar Zarrías, tuvo que admitir inicialmente que el dinero incautado a la red mafiosa debería revertir a la ciudad, aquejada por una deuda (conocida hasta ahora) de unos 250 millones de euros.

Alarmados, sectores cualificados de la burguesía constataron que este escándalo se les podía ir de las manos y presionaron al gobierno central y a la Junta para que actuasen rápido en el marco de la “salvación de las instituciones democráticas”. El editorial de El País, del 2 de abril, iba en ese sentido. Había que desactivar la extraordinaria movilización popular del 30 de marzo, ya que el ejemplo podría cundir: ¡hay tantas Marbellas repartidas por todo el Estado! ¡Es tan notoria la compra, consentida o no, de tantos ayuntamientos por el poder de las inmobiliarias y constructoras en los últimos años!

Al mismo tiempo ¡es tanto el cabreo acumulado en la clase trabajadora, ante la carestía de la vida, la subida de la vivienda o el deterioro de las condiciones laborales! Si cundiera el ejemplo, la movilización popular que se dio en Marbella se podría quedar corta. Con más razón todavía si hubiera una dirección y organización conscientes. Desgraciadamente, estas presiones han pesado más en los dirigentes de izquierda que el instinto de movilización que demostró su base trabajadora en la manifestación del 30 de marzo.

Pacto ‘para salvar

las instituciones’

Los marxistas de El Militante reclamamos desde antes de la manifestación del 30 de marzo la convocatoria de elecciones, que era el sentir mayoritario en el pueblo como una forma de hacer limpieza inmediata.

En sendas reuniones de la asamblea local de IU Marbella, la postura abrumadoramente mayoritaria fue la de acompañar el sentir popular de exigir que se llegase hasta el final de la investigación de la trama mafiosa, y se convocasen elecciones inmediatas, cambiando la ley si hubiera hecho falta. Eso sí, supeditando esta consigna a un programa de acción para recuperar la calle, impulsar la movilización popular en los barrios y asociaciones de vecinos, defendiendo un plan de inversiones sociales en base al dinero incautado a la red mafiosa, decidido todo esto por medio de asambleas y votaciones populares… Y así, además, por medio de esta campaña, reconstruir la asamblea local. El programa defendido en dichas asambleas era bastante similar al publicado en el número de abril de El Militante.

Desgraciadamente, frente a las asambleas de afiliados más grandes de la agrupación en los últimos siete u ocho años (cuando había una efervescencia en la ciudad que hacía posible que si IU impulsaba la movilización podía organizar y afiliar en torno a sí a muchas decenas de jóvenes y trabajadores) los coordinadores regional y provincial de IU, presentes en estas reuniones, dejaron claro que tomaban nota de lo allí defendido pero que ya había decidida una salida: disolver el ayuntamiento y nombrar una gestora de común acuerdo con todos los partidos políticos. Aunque estos partidos sean el Partido Andalucista, cuyos concejales también están imputados legalmente, ya que hasta hace meses formaban parte del gobierno municipal con los corruptos arrestados. O el PP, que pactó con el GIL el gobierno de la diputación provincial de Málaga y que defiende la misma política urbanística allí donde gobierna.

Por qué no se han convocado elecciones

Desde el principio de la crisis se ha argumentado por parte de las direcciones del PSOE e IU que sería “irresponsable convocar elecciones en estas circunstancias” y que “todos los partidos debían salvar las instituciones por encima de sus diferencias políticas”.

La argumentación de que no se pueden defender unas elecciones inmediatas porque darían el poder al PP es incorrecta. Es probable que el PP ganase ahora el ayuntamiento, entre otras cosas, y siendo honestos, por la estrategia tan nefasta que ha llevado la izquierda en Marbella, que últimamente nunca tuvo voz propia y siempre fue de la mano del PP en su oposición a Gil. Ahora bien, el que las organizaciones de la izquierda impulsasen que los barrios decidieran sobre el dinero incautado para dedicarlo a inversiones sociales, y movilizasen con este fin a los vecinos frente al ayuntamiento del PP, sería la mejor manera de desacreditar al PP y fortalecer a la izquierda de cara a las municipales del año próximo. Desgraciadamente, ahora el PP puede conservar intacto el apoyo que tiene y utilizar el argumento demagógico de que “fue el único que pidió el voto del pueblo en su momento”.

Qué problemas padecemos los trabajadores y quién los puede resolver

Pero los trabajadores tenemos muchos problemas y otros más que se avecinan: uno de los sostenes económicos, como es el de la construcción, se ha frenado en los últimos meses: el próximo pinchazo de la burbuja inmobiliaria destruirá miles de empleos en la comarca. Mientras las constructoras e inmobiliarias se han hecho de oro en los últimos años y ahora, tras la operación Malaya, se puede empezar a probar que muchas de ellas pagaron todo tipo de comisiones para hacer sus negocios, muchísimos trabajadores se llevarán un palmo de narices cuando les pongan de patitas en la calle.

Si el corrupto Roca se llevaba una comisión del 3 o del 5% sobre una obra ¿Quién se llevaba el 95 o 97% del beneficio? ¿Es que los que indujeron y fomentaron la corrupción no van a pagar después de llevarse decenas de miles de millones de euros de beneficios y cargarse nuestras playas? Estos otros corruptos ¿a cuántas decenas de miles de trabajadores van a despedir tan sólo en la provincia de Málaga cuando venga la recesión económica? ¿A cuántos van a indemnizar? A los albañiles con contratos de obra y servicio nada les van a dar cuando los despidan, al igual que a la multitud que trabajan en negro porque no tienen más remedio; incluso a los fijos que lleven años ya veremos qué indemnización les tocará en suerte, porque la ley burguesa permite todo tipo de chanchullos legales cuando hay crisis, chanchullos que permiten indemnizar a una empresa en quiebra antes que a sus trabajadores, por ejemplo.

Otro ejemplo más, en Marbella hay 30.000 viviendas “ilegales”, la mayor parte habitadas por trabajadores. Desde una óptica de izquierdas, una familia trabajadora que habita un edificio “ilegal” desde hace años no tiene ninguna responsabilidad de que la constructora y/o el ayuntamiento incumplieran la normativa legal: esa vivienda debe ser legalizada incondicionalmente sin ningún perjuicio para la familia que la habita. Otra cosa son otras construcciones (de hoteles, promociones, viviendas de lujo) cuyas obras están paralizadas y/o donde se pruebe que se ha inducido a la corrupción: ¿va a aceptar el PP llevar a cabo esta política? ¿Pueden ir la izquierda y la derecha juntas de la mano?

Hay que reconstruir

la izquierda

Desde fuera hay una imagen peyorativa sobre esta ciudad: ¿la beautiful y la jet set son los habitantes de Marbella? Esto no es real ¿Quién construye los edificios? ¿Quiénes trabajan en los hoteles, bares y restaurantes? Marbella es una ciudad mayoritariamente obrera: más de 50.000 personas se levantan todos los días para trabajar en la hostelería, el comercio o la construcción. Aquí, hasta las elecciones municipales de 1991 el PSOE e IU tenían más del 80% de los concejales.

Fue la política equivocada de la izquierda la que posibilitó la llegada de Gil al poder, conjuntamente con una grave crisis económica (cuando gobernaba el PSOE a nivel estatal) a la que el gobierno municipal de entonces se vio incapaz de hacer frente. La debilidad de la izquierda tuvo su punto culminante en el año 2003, cuando la número uno del PSOE, medio abandonada durante años por la dirección regional y estatal de su partido, sucumbió y se pasó al gilismo, corrompiéndose.

La falta de una política coherente ha mantenido indefinidamente esa debilidad de la izquierda en Marbella, traducida en falta de afiliación y una abstención en ocasiones superior al 50% en los barrios obreros de la localidad, debido a la falta de ilusión que generaba entre los trabajadores una izquierda dividida, sin rumbo, sin reconocer los errores del pasado, y sin un programa coherente y claro. Este escepticismo se mantiene hoy.

Hay una sensación entre un sector de trabajadores de que “todos han metido la mano, en este pueblo o aquel, y ahora que ha pasado lo que ha pasado todos se quieren colgar medallas prometiéndonos el oro y el moro”. Precisamente, en estas circunstancias, todos los discursos de “salvar las instituciones” o “todos los partidos tenemos que ir juntos” suenan a hueco y a vacío y refuerzan aún más esta sensación de escepticismo. Los trabajadores quieren que la izquierda sea izquierda y que se hable de los problemas que realmente nos aquejan.

Pero esto podría cambiar. Los partidos de izquierda y sindicatos obreros pueden y deben ir barrio por barrio, con humildad para recuperar el crédito perdido, promoviendo asambleas donde se hable de los problemas reales que aquejan al pueblo y donde se comprometan a defender lo que allí se apruebe. Sólo así se puede comenzar a ilusionar a los trabajadores y jóvenes que después del 30 de marzo buscan un cambio profundo.

más información en

www.militancia.org

Miguel Jiménez

Málaga

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