La campaña de información culminó con la exitosa Jornada Antifascista del 28 de abril, en la que se vaciaron los institutos ante la convocatoria de huelga general de estudiantes y concentración frente al Ayuntamiento. También por la tarde mostramos nuestro total rechazo a estas agresiones en el concierto antifascista que organizamos. Ese mismo día se nos comunicó que el juicio por la agresión tendría lugar el 21 de junio.
21 de junio:
juicio contra el fascista
Convocamos inmediatamente una concentración frente a los juzgados para exigir que el fascista, David Fernández Berbetores, fuese castigado y que se terminase definitivamente con la impunidad legal de la que suelen gozar estos individuos, y que es precisamente lo que les anima a seguir con sus agresiones.
Aprovechando los últimos días de clase y los exámenes de acceso a la universidad repartimos cientos de panfletos convocando a los jóvenes de Avilés a acudir y demostrar el total apoyo al compañero agredido y el rechazo a los fascistas, para dejar bien claro que vamos a estar vigilantes, que no vamos a permitir que se salgan con la suya y para presionar por un castigo a los culpables.
Sabíamos que las fechas no eran las mejores para una movilización, el día 21 ya ni siquiera había clases, sin embargo unos cincuenta jóvenes (y no tan jóvenes) acudieron a la movilización. Nos encontramos allí con una fuerte presencia policial, totalmente desproporcionada, que dejó bien claro en el transcurso de la movilización a quién iban a proteger. Cuando el fascista Berbetores empezó a provocar desde la entrada de los juzgados a la concentración ningún policía se movió. Sin embargo, a nosotros hasta nos apuntaban las consignas de protesta que cantábamos y varias veces nos amenazaron con sanciones económicas.
El resultado del juicio fue una sanción de 120 euros para los tres fascistas por insultos (además de por la agresión física también habíamos denunciado a Berbetores y a sus dos compinches por insultos y amenazas) y aún queda pendiente la sentencia por la agresión física, que serán 120 euros más. Por supuesto sabemos que la sanción es ridícula, que lo que esta gentuza necesita es un castigo ejemplar para que no vuelvan a atreverse a agredir ni amenazar a nadie; sin embargo, también sabemos que probablemente sin las movilizaciones que hicimos hubieran salido totalmente impunes, sin ningún tipo de castigo.
El fascismo siempre ha sido un instrumento al servicio de los sectores más reaccionarios de la sociedad. Su único objetivo es amedrentar al movimiento obrero y a la juventud, desorganizarnos e impedir que luchemos. La lucha masiva y organizada de obreros y estudiantes es la única garantía de éxito en la lucha contra el fascismo.