En la lucha de los despedidos de Nervión está en juego algo más que unos empleos. Está en juego una degradación todavía mayor de las ya pésimas condiciones laborales de los trabajadores de las compañías auxiliares en los astilleros y, por extensión,eEn la lucha de los despedidos de Nervión está en juego algo más que unos empleos. Está en juego una degradación todavía mayor de las ya pésimas condiciones laborales de los trabajadores de las compañías auxiliares en los astilleros y, por extensión, en toda la comarca.

Según la empresa Nervión, estamos ante un fin de obra y el consiguiente fin de contratos. Pero esto es mentira. Nervión (obviamente con la complicidad de la dirección de Navantia) desvió su carga de trabajo desde Ferrol a Fene, la otra factoría de Navantia en la comarca ferrolana, situada al otro lado de la ría. Y a continuación, con la excusa de esa falta de carga de trabajo en Ferrol, les planteó a sus trabajadores darles trabajo en Fene pero firmando un nuevo contrato, con el argumento de que Ferrol y Fene son centros diferentes, a pesar de que para Navantia son una sola unidad de producción, con un único director, jefe de Personal, etc.

Los nuevos contratos no sólo liquidan los puestos de trabajo fijos y otras conquistas obtenidas por la plantilla de Nervión en Ferrol durante los últimos años, incluida la bolsa de empleo, sino que incluyen algunas cláusulas curiosas. Por ejemplo, que sólo tendrá la consideración de accidente in itínere el que se produzca en el término municipal de Fene. O que si un trabajador de Nervión en Fene va a trabajar a Ferrol, le serán de aplicación las condiciones de Fene. O sea, los contratos de Ferrol no sirven para Fene, pero los de Fene, como son peores, sí sirven para Ferrol. Esta maniobra, además de un ataque, es un insulto a la inteligencia que ningún trabajador con dignidad puede aceptar.

Los trabajadores de Nervión tienen que vencer. Y la estrategia para que lo hagan pasa por extender y generalizar su lucha. La Nervión debe transformarse en un nuevo Síntel, en un símbolo de la lucha contra la precariedad y la continua degradación de las condiciones laborales.

El primer objetivo debe ser extender la lucha al recinto de Navantia, donde se debería formar un comité de apoyo a los compañeros de Nervión, con la participación tanto de trabajadores de compañías como de la principal, para ayudarles en sus actividades, como la recogida de firmas que han iniciado. Y en la calle, los trabajadores despedidos deben coordinarse con los de otras empresas en lucha (CESPA, Eléctrica del Narahío) con vistas a movilizarse conjuntamente. Esas movilizaciones deberían incluir una gran manifestación contra la precariedad y los abusos empresariales convocada concienzudamente a través de contactos con otros comités de empresa, asambleas en los centros de trabajo, repartos masivos de propaganda en los polígonos industriales y los barrios obreros, etc.

Si los trabajadores de Nervión en Ferrol se ven hoy atacados es por sus conquistas y por su grado de organización. Su derrota sería una derrota de toda la clase obrera que provocaría que otras compañías auxiliares se encontraran inmediatamente con un chantaje similar. Por eso los intereses y la lucha de los trabajadores de Nervión son los intereses y la lucha de toda la clase obrera, y todos debemos ayudarles a vencer.

Entrevista con el comité de empresa de Nervión

Resolución de protesta por los despidos en Nervión

Resolución de solidaridad con los trabajadores de Nervión

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