La construcción ha jugado un papel fundamental en el crecimiento económico español de los últimos años, convirtiéndose en el sector más rentable para la burguesía española. De hecho, hoy por hoy, representa un 18% del PIB, dato que por otra parte ilustra la "solidez" del llamado boom económico, que se basa en un sector dominado por la especulación y la corrupción política a todos los niveles.

La construcción ha jugado un papel fundamental en el crecimiento económico español de los últimos años, convirtiéndose en el sector más rentable para la burguesía española. De hecho, hoy por hoy, representa un 18% del PIB, dato que por otra parte ilustra la "solidez" del llamado boom económico, que se basa en un sector dominado por la especulación y la corrupción política a todos los niveles.
Los medios de comunicación burgueses sólo ven los aspectos positivos de este proceso, tratando de ocultar un panorama caracterizado por la explotación criminal de los trabajadores de la construcción. En lo que va de 2007, más de 200 trabajadores murieron en accidentes laborales en la obra, según CCOO.
Estamos en un sector muy precarizado, en donde la temporalidad llega al 55%, atomizado, y por desgracia olvidado por los sindicatos.

Huelga indefinida a partir del 16 octubre
 
En la provincia de Pontevedra hacía más de quince años que no se convocaba huelga en los tajos, hasta que en junio de este año la CIG (que recientemente había ganado la mayoría en las elecciones sindicales) convoca en solitario el que sería el primer aviso para la patronal. Pero ante la necesidad de aprobar un nuevo convenio, la lucha ha vuelto a resurgir, esta vez con los tres sindicatos apoyando la movilización. Las reivindicaciones se centran en aumento salarial y en la mejora de las condiciones de trabajo: reducción de dos horas en el cómputo anual, que el trabajador sólo pague de su bolsillo un máximo de una hora del desplazamiento hasta su puesto (ahora paga dos), la posibilidad de que un trabajador se pueda jubilar anticipadamente sin el consentimiento del empresario, un aumento salarial del doble con respecto a lo firmado en el último acuerdo...
La táctica de los sindicatos ha consistido hasta el momento en avisar a través de la convocatoria de huelga de cinco días intermitentes (2, 3, 4, 9 y 10 de octubre). A partir del 16, si no se ha llegado a un acuerdo antes, la huelga se transformará en indefinida.
Los tres primeros días de huelga han sido una muestra de la disposición de los obreros a la lucha. Si en el primer día, la concentración reunió a 500 huelguistas, en el tercero ya se manifestaban dos mil, cortando importantes vías de Vigo. Hay dos hechos que ilustran el ambiente: las canteras de Porriño (cuyo convenio no es el mismo que el de la construcción provincial) han entrado también en la huelga, y otro factor importantísimo: se está consiguiendo que los trabajadores portugueses participen en las movilización. De los 60.000 trabajadores del ramo que hay en Pontevedra, 12.000 son extranjeros, la gran mayoría portugueses, lo que los convierte en un elemento imprescindible para el triunfo de la huelga.
Las más que razonables reivindicaciones de los trabajadores han puesto al borde de la histeria a la patronal. Los empresarios de la construcción y otros sectores productivos parecen tener las cosas muy claras: nada de negociar, buscar la derrota de los trabajadores, endurecer la huelga creyendo que así van a conseguir que los trabajadores se retiren con la cabeza gacha, etc. Los dirigentes también son conscientes de esta situación, como declara Xose Xoan Melon, secretario nacional de CIG construcción, en una entrevista publicada en www.elmilitante.org: "La patronal sabe que puede sentarse un mal precedente porque si aquí somos capaces de darle un impulso importante al convenio en otras provincias verán que es fácil y sólo hay que movilizarse. Tanto la patronal de la construcción como la CEG (Confederación de Empresarios de Galicia) no quieren que se consolide un modelo sindical reivindicativo. En la provincia de Pontevedra, estuvo antes el metal, ahora la construcción... y si da resultado, si eso se plasma en convenios diferenciados, la gente toma nota y ve que moviéndose pueden conseguir cosas".
El contexto laboral en Galiza está marcado por un auge en las huelgas, de sectores muy diversos, entre los que se encuentran trabajadores de sectores económicos clave (metal, construcción, minería) o grupos como los veterinarios, profesores o teleoperadores. Esta movilización es un ejemplo más de la voluntad de lucha de los trabajadores. Los obreros de la construcción pueden ganar y para ello, si la patronal no cede, la huelga debe extenderse a otros sectores (carpintería, etc.) y a otras provincias.
Las condiciones están dadas. Sólo queda aprovecharlas.

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