laragarzonLos ataques de la derecha no se pararán en el parlamento sino en la calle

Estas elecciones han supuesto una recuperación del voto para Izquierda Unida, que invierte la tendencia a la baja desde 1996 y consigue sus mejores resultados desde esa fecha, con 11 diputados. En todo el estado sube más de 700.000 votos manteniéndose como tercera fuerza política con 1.680.810 votos.


Los resultados electorales en Villaverde han reflejado tendencias similares al resto del estado. El PSOE baja 417 votos mientras que PP avanza moderadamente para las expectativas que tenía, e Izquierda Unida también sube 192 votos. Aún así, los datos absolutos en Villaverde indican que el voto socialista mantiene gran parte de su fuerza, siendo la opción más votada con 2.175 votos. Esto se ha producido en muchas poblaciones de Sevilla, donde podemos apreciar que cierto sector de la base socialista se ha movilizado frente al avance y la más que posible victoria del Partido Popular.

 

El discurso anticapitalista se tiene que concretar en nuestros actos día a día

El próximo gobierno del PP tiene mayoría parlamentaria suficiente para aprobar el programa de reformas y ajustes que exigen la banca y las grandes empresas. Nada más ganar las elecciones, al día siguiente ya podíamos ver en la prensa internacional y nacional las urgencias de la canciller alemana, Angela Merkel y la CEOE para que de manera inmediata se acometan “las reformas necesarias” para rebajar el déficit público, condición que ponen los capitalistas para seguir prestando dinero al estado español. Esto significa que el gobierno del PP va a profundizar en la política de recortes sociales, educativos, sanitarios, en la cobertura por prestaciones al desempleo, abaratando aún más el despido, acabando con la negociación colectiva, etc. Y todo esto mientras se mantiene una fiscalidad privilegiada para las grandes corporaciones empresariales, se privatizan los servicios públicos y se sigue trasvasando dinero público a las manos de empresarios y banqueros.
Precisamente este escenario de ataques a los derechos sociales, que no tardarán en ponerse en marcha, debe encontrar en los parlamentarios de IU una oposición frontal. Nuestro objetivo en el Parlamento es utilizar esta tribuna para desmontar los engaños con los que se pretende justificar los recortes, los llamamientos a que “todos tenemos que hacer sacrificios para salir de la crisis” o que “no hay dinero para mantener los servicios y las ayudas públicas”, ¡sí hay dinero, lo tienen los bancos, los fondos de inversión y las empresas multinacionales, es decir, los responsables de la crisis económica! Lo utilizan para especular y aumentar sus ganancias o lo tienen depositados en los paraísos fiscales para no pagar impuestos al Estado. Los trabajadores, nada tenemos que ver con estos argumentos ni estamos interesados en salvar un sistema económico y político, el capitalismo, que no ofrece más que opresión y sufrimientos a la mayoría de la sociedad mientras una minoría de poderosos sigue enriqueciéndose y dispone sobre nuestro futuro y nuestras vidas.
Hay que explicar el carácter de clase de los gobiernos y del parlamentarismo burgués, instrumentos del capital para garantizar sus intereses. Todas estas medidas y llamadas patrióticas a “la unidad, a aunar esfuerzos” para “salvar el país”, para “salvar el euro”, no pretenden otra cosa que salvar los beneficios de la banca y los grandes empresarios a costa del conjunto de la población. Esta es una tarea muy importante, pero la necesaria labor en las tribunas parlamentarias es impotente si no está ligada y subordinada al trabajo en la calle. En los tajos, en las fábricas, interviniendo en los despidos, en los EREs y en los conflictos laborales, en las universidades e institutos, junto a profesores y alumnos, defendiendo la calidad y más fondos para la enseñanza pública, con la juventud, junto al movimiento 15-M, en las asociaciones de vecinos y en las barriadas obreras, aprovechando cualquier reivindicación, cualquier lucha por mejoras concretas para ponernos al lado de las familias trabajadoras y demostrar en la práctica la utilidad de los diputados de IU, cómo nuestro discurso combativo y anticapitalista se corresponde con nuestros actos. En definitiva, organizando, convocando y liderando las luchas políticas y sindicales que van a venir como resultado de los planes de ajuste que la derecha tiene preparados. Como en el pasado, estas políticas no se pararán en el Parlamento, sino en la calle. Y ahí es donde deben orientarse los esfuerzos de nuestra organización, los diputados de IU y el conjunto de sus cargos públicos.

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