Las direcciones de UGT y CCOO han dado un salto en su política de aceptación de las exigencias de la multinacional. Se empezó dando por buenos los datos según los cuales había un excedente de plantilla, se entró de lleno en ofrecerle a la empresa medLas direcciones de UGT y CCOO han dado un salto en su política de aceptación de las exigencias de la multinacional. Se empezó dando por buenos los datos según los cuales había un excedente de plantilla, se entró de lleno en ofrecerle a la empresa medidas “no traumáticas” para reducir la plantilla (bajas incentivadas, prejubilaciones…) y, al final, acabaron firmando un acuerdo por el que habría 660 despidos forzosos y otras 296 bajas voluntarias. Un acuerdo que se firmó a espaldas de los trabajadores, porque los dirigentes de UGT y CCOO sabían perfectamente que un ataque de estas dimensiones no lo sacaban adelante si se convocaban asambleas y se pasaba a votación. Esto quedó claramente reflejado en la respuesta espontánea de la plantilla, tanto de Martorell como de Zona Franca, parando el día 23 de diciembre en los tres turnos, tras conocerse la lista de despedidos y despedidas.

Ahora la dirección de la lucha por la readmisión recae en CGT, sindicato con representación en el comité de empresa y que rechaza el acuerdo. Los trabajadores y trabajadoras despedidos han constituido un comité de lucha y han organizado un buen número de acciones de protesta: concentraciones en la puerta de la fábrica, ocupaciones de concesionarios Volkswagen, concentraciones ante la dirección de Relaciones Laborales de la Generalitat, participación destacada en la manifestación en Zaragoza convocada por CGT, etc. También han impulsado la creación de un comité de solidaridad para recabar el apoyo de comités de empresa, secciones sindicales y organizaciones sociales y políticas diversas.

Pero a nadie se le escapa que la clave del éxito en esta lucha es unir en un solo frente contra los despidos a la plantilla de Zona Franca y Martorell junto a los compañeros y compañeras despedidos. En este sentido, se ha dado algún paso importante, como el paro de 2 horas en Zona Franca el pasado 26 de enero. En Martorell, la consulta previa a la convocatoria del paro reflejaba que un sector importante quiere seguir luchando: 696 votos a favor del paro de un total de 902 (el 77%) pero, a la vez, hay un ánimo general de dudas, como se ve en la baja participación en la consulta, de un 25% de la plantilla. Al final, CGT sólo convocó el paro en Zona Franca, donde la participación en la consulta fue mayor (42,3%). El 80% votó a favor del paro. En Martorell los despedidos se concentraron en las puertas de la fábrica y realizaron algún corte en las vías de acceso de los autobuses.

Manifestación

el 26 de febrero

El plan de lucha prevé como próximo paso importante una manifestación en Barcelona el día 26 de febrero, domingo. Durante las próximas semanas se van a recoger firmas y resoluciones de apoyo y se van a hacer charlas y actos para dar a conocer la lucha por la readmisión. El Sindicato de Estudiantes está preparando una campaña de asambleas en institutos de Barcelona, Cornellà, Sabadell… en los que participarán trabajadores despedidos de Seat. También desde El Militante vamos a lanzar una campaña de envío de resoluciones desde secciones sindicales y comités de empresa. Estamos convencidos que el día 26 habrá una importante respuesta por parte de la clase trabajadora contra los ataques de las multinacionales y por la readmisión de los trabajadores y trabajadoras de Seat.

Preparar una huelga de

24 horas por la readmisión

Para que esta lucha logre sus objetivos, va a ser necesario un apoyo claro y firme de la plantilla de Seat. Una huelga de 24 horas en Martorell y Zona Franca, junto a la planta de Volkswagen en Landaben, de rechazo al acuerdo de los 660 despidos, por la readmisión inmediata y contra los ataques que la multinacional está preparando para la planta de VW en Navarra, sería un paso decisivo, que impulsaría la lucha a un nivel superior. A la dirección de Seat le pondría una presión mayor, en la medida en que el conflicto se daría de puertas para adentro, como pasó el día 23 de diciembre. Para las direcciones de UGT y CCOO quedaría en completa evidencia el papel nefasto de su política de aceptación del “mal menor” y es probable que se abriera una crisis importante en su seno, con sectores de los afiliados apoyando la huelga frente a los firmantes del acuerdo.

Por eso, creemos que la lucha por la readmisión en Seat se decide por el apoyo de los trabajadores de Seat y Volkswagen en primer lugar. El apoyo solidario del sector del automóvil, como el del conjunto de la clase trabajadora, es desde luego también muy importante. Pero el primero es decisivo en esta batalla contra la multinacional. Y ahí es CGT la única organización que ahora puede romperle los esquemas a la dirección de Seat y a los dirigentes de UGT y CCOO. Con un trabajo insistente de explicación, con repartos masivos de hojas, de la necesidad de luchar contra los despidos como la mejor arma para defendernos de nuevos ataques. Hay que insistir en la idea de que ni siquiera después del recorte del 10% de los empleos, la plantilla de Seat está hoy más segura que antes. Al contrario. Como no se cansan de repetir los directivos: “Seat debe ser flexible para adaptarse a las exigencias del entorno”. Y ya vemos qué entorno hay en el conjunto del sector del automóvil, una feroz competencia entre compañías para reducir costes y obtener mayores beneficios, con el resultado de miles y miles de despidos. No hay más alternativa que la lucha, una lucha organizada y consciente, de respuesta a los ataques contra nuestras condiciones de trabajo y en defensa de los puestos de trabajo.

¡Por la readmisión inmediata

de los despedidos y despedidas!

¡Por la mejora de nuestras condiciones de trabajo!

¡Huelga de 24 horas contra

los despidos!

Lluís Perarnau

UGT · Barcelona

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