Hace pocos meses denunciábamos los despidos masivos en el sector del telemarketing a causa de los procesos de deslocalización que las empresas del sector vienen realizando (particularmente Jazztel con más de 700 despidos sólo en la ciudad de A Coruña), y alertábamos de que terminaría afectando a todos los trabajadores del sector. Hoy tenemos que lamentar que el tiempo nos haya dado la razón. Hace unas semanas conocíamos el dato de que más de 120 trabajadores de Atento-Getafe (Madrid), empresa filial de Telefónica, eran despedidos. Pocos días después 179 trabajadores de Atento Coruña que prestaban servicio a la línea de atención al cliente de Telefónica recibían sus cartas de despido. Merece especial mención el modo en que les fueron entregadas las cartas de despido a estos últimos: la empresa hace reunir al comité de empresa para realizar una ficticia videoconferencia con un supuesto directivo de Madrid. Mientras los miembros del comité se encuentran reunidos en una sala cerrada les entregan a los trabajadores sus cartas de despido, presionándolos para firmarlas de modo inmediato.
Sin embargo, los trabajadores no habíamos dicho la última palabra. Alrededor de 8.000 personas nos manifestamos el viernes 23 de marzo en el centro de A Coruña en protesta por los despidos de Atento. Tiempo antes del inicio de la manifestación, la calle Juan Flórez, una de las principales salidas de la ciudad, se encontraba ya cortada por el gran número de trabajadores que esperaban el comienzo de la misma, a los que poco a poco se fueron sumando grupos de personas con banderas de numerosas organizaciones obreras y pancartas con distintos mensajes.
Particularmente emotiva fue la llegada de un grupo de bomberos (también en lucha actualmente) que, mostrando pancartas de solidaridad, llegaban al lugar de inicio de la manifestación haciendo sonar las sirenas de su coche, ante el unánime aplauso de los presentes. Otras empresas como Henkel - La Toja se presentaron también apoyando a los trabajadores del telemarketing.
Con lemas contra la deslocalización y por la readmisión de los trabajadores despedidos, los manifestantes recorrieron durante más de tres horas las calles principales de A Coruña, en una de las mayores manifestaciones laborales que recuerda la ciudad.

Telemarketing o precariedad laboral

Nos encontramos ante un nuevo y triste episodio de despidos masivos en nombre de la deslocalización de un sector ya de por sí castigado por la precariedad laboral y por las condiciones generales de trabajo. En primer lugar, cuando se consigue un puesto como teleoperador, suele ser con un contrato de un mes, prorrogable a dos, tras lo cual, y con suerte, el trabajador pasará un periodo de "cuarentena" (aproximadamente un mes en la calle) para poder después volver a realizar un contrato como el anterior. Esta situación puede durar en muchos casos años, con la absoluta inestabilidad que ello supone para el trabajador y, por supuesto, sin ningún tipo de garantía de que un día no vuelvan a llamar.
Otro caso típico es el de los contratos "de obra", que nadie sabe lo que pueden durar. Pueden prometerte meses, tal vez años de trabajo... pero un buen día, cuando a la empresa le conviene, declara el fin de la obra y echa a todo el mundo a la calle, sin necesidad de demasiadas justificaciones ante la justicia.
Pero, quizás, no sea esto lo más ingrato del trabajo. Cuando alguien entra en una empresa del sector es muy común encontrarse con unos "superiores" que parecen creer estar tratando con alguna suerte de esclavos carentes de cualidad humana alguna. Es habitual encontrarse con tratos despectivos, vejatorios y humillantes hacia los trabajadores, que tienen recortado hasta su tiempo para ir al baño, teniendo incluso que pedir permiso, como si de una guardería se tratase, y pudiendo en este caso encontrarse ante una negativa por parte de su superior, ya que "las circunstancias del servicio" no contemplan que a su vejiga (que inoportuna ella) se le antoje vaciarse en este momento.
Podríamos continuar: tiempos de descanso irrisorios, exagerado ritmo de trabajo, brutal sobrecarga psicológica (un teleoperador de atención al cliente puede llegar a estar 8 horas al día escuchando sin descanso agresiones verbales por parte de los clientes y de sus coordinadores), insalubridad de las instalaciones, continuo pisoteo de sus derechos laborales...
Como telón de fondo, tenemos una vez más un convenio altamente injusto, y nos encontramos precisamente con el inicio de las negociaciones por el IV Convenio del Telemarketing, en el que la patronal, como era previsible, no pretende realizar ningún tipo de concesión, y por el que se prevén nuevas movilizaciones.

Deslocalizaciones, el pan de cada día

En el caso particular de Telefónica de España, si llamamos a la línea de atención al cliente (1004), casi con toda seguridad, nos atenderán en Marruecos, donde además de sufrir una explotación laboral aún mayor que en España, los trabajadores son "rebautizados"; esto es, Mohammed (nombre que deben considerar poco digno de un "representante" de la empresa) es obligado a presentarse como David.
El nuevo punto de mira de este despiadado francotirador llamado ‘deslocalización' se centra en el servicio técnico de ADSL de Telefónica (CAT ADSL). Es por todos conocido la reciente apertura de un nuevo centro destinado a dicho servicio en Perú. No es difícil adivinar que en cuanto dicho centro se encuentre funcionando con normalidad, los cientos de personas que trabajan actualmente en este servicio, principalmente en A Coruña, dejarán de ser útiles a la empresa, y serán despojados de sus puestos de trabajo.
Estamos sólo ante la punta del iceberg de un proceso que no se detendrá aquí, sino que continuará afectando a todas las empresas y servicios del sector si no paramos los pies a la patronal. Es imprescindible extender la lucha a todas las empresas del sector (un sector que sólo en A Coruña da empleo a unas 5.000 personas) y a otros sectores para detener un proceso que nos afecta absolutamente a todos los trabajadores.
El impresionante y ejemplar acto de protesta del 23 de marzo ante los continuados abusos que venimos sufriendo por parte de la patronal, debe servirnos para concienciarnos de que esta es una lucha que podemos y debemos ganar. Debemos continuar dirigiendo los esfuerzos hacia la extensión de la lucha, la unidad de la clase obrera, que una vez unida, resulta del todo invencible.


¡No a la deslocalización!

banneringles

banneringles

banner

banner

banner

banneringles

banneringles

bannersindicalistas

bannersindicalistas