La lucha de los trabajadores de la EMT (Madrid) finalizó el 29 de abril mediante la celebración de un referéndum: 3.741 trabajadores votaron a favor del preacuerdo frente al voto en contra de 2.314. El preacuerdo firmado entre el Comité de Huelga y la dirección de la empresa recoge incrementos salariales por encima del IPC, así como un complemento salarial y algunas otras mejoras. Hay que decir que si la empresa ha cedido ha sido como consecuencia directa de la determinación de los trabajadores para llegar hasta el final en esta lucha.

La lucha de los trabajadores de la EMT (Madrid) finalizó el 29 de abril mediante la celebración de un referéndum: 3.741 trabajadores votaron a favor del preacuerdo frente al voto en contra de 2.314. El preacuerdo firmado entre el Comité de Huelga y la dirección de la empresa recoge incrementos salariales por encima del IPC, así como un complemento salarial y algunas otras mejoras. Hay que decir que si la empresa ha cedido ha sido como consecuencia directa de la determinación de los trabajadores para llegar hasta el final en esta lucha.

El masivo apoyo a la huelga por parte de la plantilla y la simpatía existente entre los madrileños a su lucha, a pesar de los intentos constantes de los medios de comunicación y del gobierno del PP de desprestigiar esta lucha, ha obligado a la empresa a abandonar sus planteamientos iniciales y a ceder en parte a las reivindicaciones de los trabajadores.

Casi el 40% de la plantilla rechaza el preacuerdo

Pero ha habido un rechazo entre sectores significativos de los trabajadores, los más activos en la lucha, consecuencia, por un lado de las expectativas y de la sensación de fuerza que existía entre la plantilla de cara a lograr más reivindicaciones, y por otro porque piensan, y desde El Militante compartimos esta opinión, que el convenio introduce dos cuestiones muy peligrosas para los trabajadores y sus condiciones de trabajo:
1) El convenio tiene una vigencia de cuatro años. Un convenio de tanta duración rara vez es positivo para los trabajadores, pero en el contexto actual en el que la perspectiva económica más probable es la de una profunda crisis económica, en la que entre otras cosas nos encontraremos con una inflación desbocada, un convenio por cuatro años es claramente negativo.
2) Pero el aspecto más peligroso que introduce el convenio es la vinculación del complemento salarial conquistado, una de las principales reivindicaciones de los trabajadores, con el absentismo laboral. La no asistencia al trabajo por una cantidad de días hace que el trabajador pierda este complemento.
El absentismo es consecuencia directa de las condiciones de trabajo. En el caso de los trabajadores de la EMT, y especialmente entre los conductores, las condiciones en las que desarrollan su trabajo (8 horas al volante, estrés del tráfico en una ciudad como Madrid, trabajo de cara al público, no tener servicios al final de las paradas o taquillas para cambiarse) no facilitan reducir el absentismo laboral, siendo la empresa la responsable de poner todos los medios que sean necesarios, incluida la contratación de más trabajadores, para reducir el absentismo y abordar el problema de forma efectiva.

Había fuerza para conseguir más

Los dirigentes de esta huelga, principalmente Plataforma Sindical, que tiene una mayoría decisiva dentro del comité de empresa, han cometido un error aceptando la vinculación del complemento salarial con el absentismo laboral, siguiendo, en la práctica, la línea argumental de la empresa. No negamos, ni mucho menos, la honradez ni el esfuerzo realizado por estos compañeros en esta lucha y en todos estos años, por defender los derechos de los trabajadores, pero sinceramente pensamos que en este punto central han cometido una seria equivocación que indudablemente tendrá profundas consecuencias en el futuro.
Los dirigentes de Plataforma Sindical han puesto encima de la mesa toda su autoridad, ganada durante años de lucha, para que se aceptara el preacuerdo, llegando incluso a plantear que si éste era rechazado dimitirían para que quién quisiera se pusiera a la cabeza de la lucha. En estas condiciones, sintiéndose los trabajadores entre la espada y la pared, sin ninguna alternativa (CCOO pidió el voto negativo, pero sin ofrecer ninguna alternativa de lucha, la plantilla lo vio como una pirueta oportunista) votaron mayoritariamente sí al convenio. Pero es muy significativo del ambiente que existe entre los trabajadores, el alto número de votos negativos cosechados en la votación. La clave es que había fuerza para conseguir una victoria clara y contundente.
Uno de los aspectos fundamentales para ganar cualquier lucha, más una que afecte a un servicio público básico, es extender el conocimiento de la misma y lograr la solidaridad de otros sectores. Si bien esto ha estado presente en la estrategia de los dirigentes, no ha sido explotado en profundidad. Las manifestaciones y concentraciones convocadas han sido pasos adelante a la hora de dar a conocer este conflicto, pero era necesario ir mucho más allá.  Uno de los aspectos esenciales en los que hemos incidido desde El Militante en esta lucha era la necesidad de que el Comité de Huelga, y especialmente CCOO y UGT, presionaran a sus respectivas Federaciones de Madrid para que se implicaran de forma activa en el conflicto, facilitando el contacto con otros Comités de Empresa y la realización de asambleas de solidaridad. Es bastante probable que estas federaciones hubieran intentado escurrir el bulto, pero las condiciones estaban dadas para generar la presión suficiente para cortarles la retirada.
Un plan concreto de reparto de propaganda y contactar directamente con otros comités para realizar asambleas en otras empresas, en un contexto en el que trabajadores de numerosas empresas de distintos sectores están saltando a la lucha por las mismas razones, se hubiera convertido en una fuerza irresistible.
El Comité de Empresa de Metro de Madrid firmó un comunicado de apoyo, pidiendo que no se realizaran horas extras en solidaridad con los trabajadores de la EMT. Es cierto que el Comité de metro podría haber hecho más. Las condiciones estaban dadas para convocar asambleas conjuntas de trabajadores del Metro y EMT.
Una huelga no es patrimonio de los trabajadores que participan en ella, pertenece a toda la clase obrera. Esto es más cierto en estos momentos cuando vemos que sector tras sector, empresa tras empresa salta a la lucha para recuperar poder adquisitivo y derechos. La EMT es una de las empresas más importantes de Madrid y por esta razón es necesario hacer un balance honesto de esta lucha para que esta experiencia ayude a todos los trabajadores que inevitablemente se verán obligados a luchar en el futuro

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