La mañana del 29 de junio celebramos en Posadas (Córdoba) una reunión con 25 luchadores y luchadoras revolucionarias de Andalucía que están en la primera línea del frente sindical. Una reunión obrera en la que intervinieron Javier Ballesteros y Lola Álvarez junto a la dirección y militantes del Sindicato de Obreros del Campo/Sindicato Andaluz de Trabajadores (SOC-SAT) de Posadas y Córdoba; Valentina Parejo Guerrero, del SOC-SAT de La Rinconada; Santiago Jiménez y Enrique Casas, de CCOO de Villaverde del Río (Sevilla) y de la Corriente Marxista El Militante; Alejandro Álvarez, concejal marxista por IU en Morón; Juan Carrasco y Juan Paredilla, de CCOO Hostelería de Málaga y también de El Militante, trabajadores sevillanos de Paradas, Arahal, Dos Hermanas, Sierra Norte y de Málaga.

La mañana del 29 de junio celebramos en Posadas (Córdoba) una reunión con 25 luchadores y luchadoras revolucionarias de Andalucía que están en la primera línea del frente sindical. Una reunión obrera en la que intervinieron Javier Ballesteros y Lola Álvarez junto a la dirección y militantes del Sindicato de Obreros del Campo/Sindicato Andaluz de Trabajadores (SOC-SAT) de Posadas y Córdoba; Valentina Parejo Guerrero, del SOC-SAT de La Rinconada; Santiago Jiménez y Enrique Casas, de CCOO de Villaverde del Río (Sevilla) y de la Corriente Marxista El Militante; Alejandro Álvarez, concejal marxista por IU en Morón; Juan Carrasco y Juan Paredilla, de CCOO Hostelería de Málaga y también de El Militante, trabajadores sevillanos de Paradas, Arahal, Dos Hermanas, Sierra Norte y de Málaga.

Javier Ballesteros recordó que con la directiva europea de las 60/65 horas los patronos quieren legalizar lo que en muchos tajos ya se está dando, como en La Breña II cerca de Posadas, donde se llega a trabajar 84 horas. Y que, andaluza o extranjera, somos la misma clase y sufrimos abusos y condiciones de trabajo completamente ilegales, especialmente en la obra y el campo. Se puso al descubierto la hipocresía de los bancos y multinacionales que, a la vez que exigen moderación salarial ante la crisis, nos machacan con el aumento de los recibos, hipotecas y especulación sobre los alimentos.
Santiago Jiménez explicó cómo se produjo la derrota de la reciente huelga del campo en Sevilla y las responsabilidades de las direcciones de CCOO y UGT (ver El Militante nº 217, junio de 2008). Detallamos las enseñanzas que esta derrota obliga a aprender, empezando por la profunda crisis del reformismo y la necesidad de oponer a una política sindical incorrecta (reformista y de pactos a espaldas de la clase) otra política correcta, es decir basada en la democracia obrera en cada lucha.
A lo largo de la reunión se recordó especialmente la huelga indefinida del Metal de Granada, la lucha de transportistas y de pescadores. Y es que no estamos solos a la hora de defender estas ideas. La reciente lucha llevada a cabo por miles de trabajadores y trabajadoras en el transporte público (TMB) de Barcelona, incluso contra las cúpulas sindicales de CCOO y UGT (ver El Militante nº 216) ha puesto de manifiesto que los métodos tradicionales de lucha de la clase obrera son los únicos que hacen avanzar la lucha y conseguir victorias: las bases tienen sed de sindicalismo combativo y democrático.

Tareas pendientes en la lucha en el campo

Lola Álvarez recordó que la lucha por el convenio de Sevilla puede juntarse con la de Córdoba, cuyo convenio caduca a finales de año: se dan las condiciones para una lucha unitaria de las provincias como primer paso hacia un convenio andaluz del campo. El próximo otoño se perfila caliente: el deber de quienes defienden un auténtico sindicalismo de clase es unir fuerzas para una huelga contundente en la aceituna en la provincia de Sevilla. Estamos seguros de que el SOC llamará a la lucha y se ha dirigido ya a CCOO y UGT para luchar unitariamente. Decía Lenin: "marchar separados, golpear juntos".
A lo largo del debate se han expresado también diferencias de forma franca y abierta. Pero a nadie se le escapa que la tarea que nos une es más grande e importante que lo que nos divide. Estamos convencidos de que el trabajo paciente y revolucionario dará sus frutos. Tenemos confianza total en la capacidad de lucha, la solidaridad y la fuerza de la clase obrera.

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