La dirección de UGT y CCOO debería convocarla y preparar una huelga general en todo el Estado

 

La dirección de UGT y CCOO debería convocarla y preparar una huelga general en todo el Estado

Los sindicatos ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e HIRU anunciaron el 31 de marzo la convocatoria de una huelga general para el próximo 21 de mayo en la Comunidad Autónoma Vasca (CAPV) y Navarra. Se podría decir que las razones para dicha convocatoria no sólo están maduras sino que están pudriéndose. La opinión de muchos trabajadores en Euskal Herria es que la huelga general debería haberse convocado mucho antes.


Los ‘argumentos' contra la huelga

Dicen que esta huelga es una "huelga política" que va contra nuestros intereses. Y nos lo dice la patronal y la burguesía vasca, que han defendido sus intereses a través de una política neoliberal salvaje de privatizaciones, que quieren imponernos el despido libre, que exigen a los gobiernos central y vasco que aprueben todos los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) sin trámite alguno, que claman por aumentar todavía más la jornada laboral, la facilidad de despido, la edad de jubilación, que pretenden que el cálculo de pensiones abarque toda la vida laboral y cobremos todavía menos que ahora, que quieren cargarse la negociación colectiva. ¿Y este programa anti obrero, que se defiende con todo descaro, no es "política"?
Por supuesto que la huelga tiene un carácter político. Frente a la política de la burguesía exigimos una política diferente a la aplicada por los gobiernos del PP y del PNV, queremos una política auténticamente socialista, en beneficio de la clase trabajadora y la mayoría aplastante de la sociedad y no una política de dilapidación del dinero público en beneficio de un puñado de grandes banqueros y capitalistas. Estos parásitos son los responsables de la crisis actual.

¿Una huelga inoportuna?

Dicen que esta huelga es "inoportuna" porque después de treinta años de gobiernos del PNV por primera vez habrá un lehendakari socialista abierto al diálogo con los sindicatos. Pero Patxi López ha aceptado ser investido con los votos del PP y ha hecho con este partido profundamente anti-obrero y hostil a los derechos democráticos un pacto de legislatura. El PP le va a obligar a aceptar todo, amenazando continuamente con una crisis de gobierno. Tampoco la alternativa puede ser un pacto con el el PNV. El PSE no podrá aprobar ninguna ley con carácter social que choque con los intereses de los capitalistas. ¿Qué podemos esperar los trabajadores de un gobierno tan condicionado por la derecha, sea por el PP o por el PNV, en el parlamento? La única opción que tendría para hacer una política en beneficio de los trabajadores, para hacer una política realmente distinta a la practicada anteriormente por el PNV, es apoyarse en la movilización de la clase obrera. Por eso también es oportuna la huelga general: para obligar a Patxi López a romper todos sus compromisos con la derecha. No, no es la lucha, ni la huelga general lo que favorece a la derecha, sino la desmotivación que provoca la política socialdemócrata, incapaz de atajar problemas como el desempleo, la precariedad, la vivienda, etc.
Dicen que la huelga no está justificada porque "no ha habido ataques". ¿Acaso no son ataques millón y medio de despedidos, el aumento de la flexibilidad y los recortes que están imponiendo empresa a empresa o los miles de millones de euros de las arcas públicas que reciben los banqueros no representan un ataque suficiente? En Grecia, Italia, Francia, Portugal y otros países los sindicatos han convocado huelgas generales o movilizaciones unificadas en todo el país. Es verdad que en muchos de estos casos está la derecha en el gobierno. Es una diferencia importante. Pero ni en Euskal Herria ni el Estado español se trata de favorecer a la derecha con la huelga general sino de obligar al gobierno del PSOE a cambiar de política.

¿Dónde nos ha conducido la política de pactos?

Durante los años de crecimiento económico los ataques de la patronal a los derechos adquiridos por los trabajadores, a los salarios, a las condiciones de trabajo, a la negociación colectiva, los recortes sociales y el retroceso de derechos democráticos básicos han sido una constante. Ahora la patronal está utilizando la crisis para recortar nuestros derechos de forma aún más salvaje. Esta es la respuesta de los empresarios a años de concesiones y de pacto social propiciado por los dirigentes sindicales. Es hora de que los dirigentes de CCOO y UGT rectifiquen su estrategia sindical. Además, hoy es difícil defendernos empresa por empresa precisamente por la falta de trabajo, siendo más necesaria que nunca que la respuesta sea a través de una huelga general donde quede patente el poder y la fuerza de la clase obrera, sin cuyo permiso no gira una rueda ni se enciende una bombilla. Todas estas razones justifican la organización de esta huelga general, que también debería ser convocada por las direcciones de CCOO y UGT, pues en estos momentos la unidad de acción de todos los sindicatos impulsaría poderosamente la movilización de la clase obrera, haciendo posible que muchos de estos ataques se puedan frenar.
En verano de 2001 la CIG y UGT convocaron una huelga general en Galicia, con la oposición de la dirección de CCOO. Sin embargo, la base de CCOO secundó la huelga porque entendieron que había razones de sobra para salir a la calle y que la unidad sindical era necesaria, pero para luchar. La huelga general en Galicia sirvió de preámbulo para la huelga general estatal del 20 de junio, un año después.

Reivindicaciones concretas y continuidad

La huelga general del 21 de mayo no puede ser un hecho aislado. Debe servir para fortalecer el movimiento obrero frente a un periodo de crisis y de ataques virulentos e inevitables por parte de los empresarios. Por eso es importante que la convocatoria de la huelga sirva para incrementar el nivel de organización y del debate político de los trabajadores, imprescindible para afrontar el nuevo periodo histórico en el que hemos entrado. En este sentido es fundamental que la preparación de la huelga esté acompañada de asambleas democráticas en todos los puestos de trabajo donde se decida por votación el apoyo a la huelga, de la defensa de una plataforma reivindicativa clara (empezando por el rechazo frontal a más ERES, y la defensa de un subsidio indefinido de desempleo y del poder adquisitivo de los salarios) y de una perspectiva de continuidad, que pasa por la convocatoria de una huelga general en todo el Estado.

Por una alternativa socialista a la crisis

Los últimos datos del paro nos muestran un panorama estremecedor: en la CAPV y en Navarra ya hay más de 160.000 parados. En el Estado español se superan los 4.000.000 de parados. Las previsiones de todos los organismos oficiales son que la crisis económica va a continuar durante bastante tiempo. A pesar de toda la propaganda para ocultar las auténticas causas de la crisis, lo que estamos sufriendo es una crisis capitalista clásica, una crisis de sobreproducción. Esto ocurre en Euskal Herria, en el Estado español y francés y en el resto del mundo. Las dos contradicciones fundamentales de este sistema son la propiedad privada de los medios de producción y las fronteras del estado nacional, que ahogan el desarrollo de las fuerzas productivas. La superación de estas dos contradicciones implica la lucha por la expropiación de los grandes bancos y monopolios bajo control obrero y sin indemnización para disponer de los recursos necesarios que permitirían planificar la economía en beneficio de la inmensa mayoría de la sociedad. Esta lucha exige la máxima unidad de la clase obrera, por encima de las diferencias nacionales. A su vez, el control por parte de la clase obrera de las palancas fundamentales de la economía y del poder político garantizaría la defensa y el ejercicio efectivo del derecho a la autodeterminación de las nacionalidades históricas, en el marco de una Federación socialista de las nacionalidades ibéricas, una federación socialista europea y una federación socialista mundial.

 
· Contra los EREs y los despidos.
· Un puesto de trabajo o subsidio de desempleo indefinido igual al SMI hasta encontrarlo.
· No a la congelación salarial. Salario digno para todos y escala móvil de los salarios en función del la carestía de vida real (transporte, luz, agua, teléfono, alimentos, etc.), no de la previsión de inflación oficial.
· Por el reparto del empleo: reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales sin reducción salarial.
· Por una vivienda digna. Nacionalización de las grandes empresas constructoras bajo control obrero.
· Incremento drástico de gasto público en educación y sanidad.
· No a la represión. Derogación inmediata de la Ley de Partidos. No a las leyes antisindicales. Plenos derechos democráticos de organización, reunión, expresión y manifestación.
· Por el derecho de autodeterminación de Euskal Herria. Por la unidad de la juventud y la clase obrera por encima de fronteras nacionales.
· Por la nacionalización de la banca bajo control obrero.
· Por una economía socialista planificada, donde se elimine el desempleo y la sociedad inscriba en su bandera la leyenda del derecho universal al trabajo. 

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