El 31 de julio, último día laborable (es decir, a traición) la dirección de Ford España concretó sus planes de despido. La retirada a Alemania de la producción de Focus -uno de los modelos más populares- y la consiguiente eliminación del tercer turno en Almussafes implica el despido de 600 trabajadores. ‘No habrá bajas incentivadas. Ni prejubilaciones. No aumentará (la empresa) las indemnizaciones de 20 días por año trabajado, el mínimo que marca la ley. Serán despidos puros y duros' (El país, 4-IX-09).

El 31 de julio, último día laborable (es decir, a traición) la dirección de Ford España concretó sus planes de despido. La retirada a Alemania de la producción de Focus -uno de los modelos más populares- y la consiguiente eliminación del tercer turno en Almussafes implica el despido de 600 trabajadores. ‘No habrá bajas incentivadas. Ni prejubilaciones. No aumentará (la empresa) las indemnizaciones de 20 días por año trabajado, el mínimo que marca la ley. Serán despidos puros y duros' (El país, 4-IX-09).

Todo el sector de la automoción está afectado por despidos y cierres. Nissan, no conforme con despedir a 700 trabajadores hace dos meses, plantea un ERE temporal que afectaría a 2.025. La factoría de Opel en Zaragoza se prepara para el coste en empleo que supone la absorción de la matriz por Magna. Renault está amenazando con el cierre de la factoría de Valladolid. Y de SEAT no hace falta hablar... En cuanto a Ford, también se plantea destrucción de empleos en sus fábricas de Inglaterra, Bélgica y Rusia (la de San Petersburgo, que protagonizó hace menos de dos años una huelga histórica de un mes y una victoria).

En el País Valenciano los sucesivos EREs de Ford desde hace un año (cuatro) han tenido un dramático efecto en el sector. 5.077 empleos perdidos (sin contar los de las empresas de neumáticos y dispositivos lumínicos). Y la fórmula que ofrece Nicolás Agustín, presidente de la asociación de empresas del polígono de la Ford (el 80% de ellas trabaja para la multinacional del óvalo), es clarita: ‘flexibilizar la plantilla lo más posible, con más temporalidad y convenios más abiertos'. Todavía hoy, la factoría da 7.100 empleos directos y 35.000 indirectos.

La experiencia nos muestra que tantas concesiones en forma de EREs temporales no han servido para blindar el futuro de los trabajadores, sino que lo han debilitado más y más, animando a la empresa a apretar más las tuercas. En este proceso enloquecido, ni siquiera es posible garantizar la propia existencia de la factoría, y con ella de todo el polígono. Sólo una respuesta firme de la plantilla y la extensión de la lucha podría, al menos, parar esta locura temporalmente.

 

¿Crisis en Ford?

 

¿Son los despidos la consecuencia inmediata de una agudización de la crisis de ventas de Ford? Rotundamente, no. La multinacional ha asombrado a muchos analistas este verano. En primer lugar, obtuvo un beneficio, en el segundo trimestre, de 2.300 millones de dólares, frente a los 8.700 millones de pérdidas de un año antes. Este beneficio está basado en la reestructuración de su deuda, en la reducción de costes (una vez más, los obreros son los paganos) y, también, en el aumento de ventas. Gracias al conocido como proyecto dinero por chatarra, de Obama, Ford ha vendido en Estados Unidos un 2,5% más que hace un año, lo que es el primer aumento de ventas en dos años. Teniendo en cuenta la crisis profunda de General Motors y Chrysler, esto significa que arrebata mercado a los otros dos grandes. Como consecuencia lógica, aumenta los planes de producción.

En el caso de Europa los beneficios en el segundo trimestre fueron de 187 millones de euros; las ventas aumentaron en julio por segundo mes consecutivo, un 5%, y con ello también arrancó cuota de mercado a la competencia.

En definitiva, la empresa pretende salir de la crisis aprovechándose de las ayudas directas o indirectas de los Gobiernos (acaba de demandar a los europeos que mantengan los planes de subvención al consumo automovilístico), con una plantilla más débil y flexible, con un ritmo de trabajo mayor y fortalecida frente a, especialmente, General Motors.

Las reacciones al plan de despidos en Ford-València han sido para todos los gustos. Al conseller de Industria, Vicente Rambla, le consta que ‘Ford hace el esfuerzo para que sus decisiones tengan el menor impacto social' (ABC, 3-IX-09); como siempre, el PP no defrauda defendiendo a los capitalistas. En cuanto a Ricardo Peralta, delegado del Gobierno en el País Valenciano, ‘reclama un esfuerzo a dirección y sindicatos de Ford para pactar los despidos' (Levante; 5-IX-09).

Los cuatro sindicatos se oponen a los despidos, pero aquí acaban las coincidencias. El mayoritario, UGT, propone su retirada a cambio de un ERE temporal ¡incluso de todo el año! Miquel Rosaleny, de CCOO (segundo sindicato) considera que las 600 bajas son ‘una exageración en cuanto a la cantidad de despidos'. ‘No es de recibo que no se hayan ofrecido soluciones alternativas, si bien estamos seguros de que más adelante se producirá algún tipo de negociación. Si no es así nos tendremos que echar a la calle' (Las provincias, 4-IX-09). La propuesta de CCOO, CGT y STM ha sido, si se justifica que hay excedente de plantilla, sustituir los despidos por prejubilaciones a partir de los 58 años, complementando la empresa la cobertura de paro hasta los 60 años, en que serían sustituidos por relevistas.

 

¿Cómo parar los despidos?

 

La factoría de Almussafes es la mayor empresa valenciana. Sus condiciones de trabajo son referente para muchos trabajadores. El peso que tiene Ford en la economía valenciana determina la gravedad de los 600 (de momento) despidos directos, pero también su  fuerza potencial. Parar el ataque es posible, pero sólo teniendo confianza en la plantilla y en el resto de trabajadores. Para empezar, hay que eliminar cualquier expectativa en la dirección de la empresa, ¡¿cómo se puede hablar de pactar, o de negociación, cuando Ford impone echar a la calle a 600 de los nuestros, pagándoles una miseria como indemnización?! Es más, el mismo día de anuncio de los despidos, la empresa decidía, una vez más, sancionar a Paqui Cuesta, secretaria general de CGT-Ford, ¡con 45 días de suspensión de empleo y sueldo! Docenas de sanciones han recaído sobre sindicalistas en los 2 años y medio que tiene el actual Comité, todas sobre compañeros de la CGT, y con ellas la dirección pretende amedrentar justo antes de una lucha que va a ser decisiva.

La plantilla no se va a movilizar para llegar a un pacto de reducción de despidos o de bajas incentivadas, que además sólo significaría retrasar ataques más graves para momentos en que las condiciones sean peores para los trabajadores. No, hay que demostrar claridad, contundencia y decisión de lucha por mantener todos los puestos de trabajo, ni uno menos. Y ser los abanderados de la unidad (en la lucha) de toda la plantilla, única forma de parar los despidos. Desde nuestro punto de vista, un plan de lucha contundente pasa por:

  1. La convocatoria de una asamblea para decidir entre todos. Convocarla exigirá una intensa campaña de explicación en los comedores y en los turnos de entrada, y muy especialmente, si la dirección de UGT se niega a convocarla en unidad de acción, llamar a los afiliados ugetistas a que presionen para que sus dirigentes rectifiquen, y a que vayan a la asamblea.
  2. La discusión y votación, en la asamblea, de un plan de movilizaciones, de menos a más, que sirva para dar confianza en las fuerzas de la plantilla. A esas movilizaciones habrá que ir incorporando a los trabajadores del resto de empresas del polígono, lo que exige incluir entre las reivindicaciones la retirada de todos los EREs del parque Juan Carlos I y que no se pierda ni un empleo más en el sector, sea a través de despido o de no renovación de contrato.
  3. Las movilizaciones han de tener como movilización decisiva un paro de 24 horas en la factoría y el polígono, con una manifestación en Valencia.
  4. A la vez, hay que coordinarse con el resto de empresas del metal y de automoción, tanto del País Valenciano como del resto del Estado, así como con las factorías inglesa, belga y rusa de Ford, para preparar movilizaciones conjuntas.
  5. Hay que levantar la idea de la nacionalización de la factoría, sin indemnización, y bajo control de los trabajadores. Que el Estado se haga cargo de ella, ya que tantas subvenciones le ha concedido, sin que haya servido para mantener y mejorar el empleo. Antes de que se hagan efectivos los despidos, ocupar la fábrica y exigir su expropiación será la única forma de intentar que no se pierda un solo empleo más.

 

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