Después de un año de lucha y denuncias judiciales, hemos obligado a la empresa a dar marcha atrás en gran parte de sus ataques. Tras 9 meses despedido, hemos logrado la readmisión de nuestro compañero Juanma Carrillo, que desde el 18 de mayo trabaja nuevamente en EMTE (Ver El Militante nº 228). A esta magnífica noticia sumamos ahora una nueva victoria: la retirada de la primera sanción de 21 días de empleo y sueldo que sufrió Manu Vidal, obligando a la empresa a pagarle hasta el último céntimo de la suspensión de salario.
Después de un año de lucha y denuncias judiciales, hemos obligado a la empresa a dar marcha atrás en gran parte de sus ataques. Tras 9 meses despedido, hemos logrado la readmisión de nuestro compañero Juanma Carrillo, que desde el 18 de mayo trabaja nuevamente en EMTE (Ver El Militante nº 228). A esta magnífica noticia sumamos ahora una nueva victoria: la retirada de la primera sanción de 21 días de empleo y sueldo que sufrió Manu Vidal, obligando a la empresa a pagarle hasta el último céntimo de la suspensión de salario.
Esta victoria hubiera sido imposible sin la lucha y la enorme entereza moral de los compañeros represaliados, sin la solidaridad de muchos trabajadores y delegados de CCOO, CGT, UGT y COBAS, con su respaldo a las movilizaciones y su apoyo económico, y sin la magnífica defensa de nuestro abogado, del Colectivo Ronda.
Quedan pendientes ahora dos causas judiciales más: la revocación del comité de empresa, que hemos llevado al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya, y otra sanción de empleo y sueldo contra Ismael Pérez y Manu Vidal.

La vergonzosa implicación de la dirección del metal de CCOO

El conflicto se inicia tras el despido de un obrero, a lo que se sumó el reiterado incumplimiento, por parte de la empresa, del convenio colectivo. Ante estos hechos, el comité de empresa, formado por Manu Vidal, Juanma Carrillo e Ismael Pérez, convocaron una asamblea de toda la plantilla, que decidió hacer huelga, con el fin de que la empresa respetase los derechos de los trabajadores. Terminada la huelga, la empresa inició una caza de brujas contra los miembros del comité, con la indecente colaboración del responsable del Metal de CCOO de Tarragona, José Antonio Hernández.
Empresa y dirección del Metal, se aliaron sin ningún pudor, para callar las voces de los compañeros. Su objetivo común: acabar con sus ideas, con el sindicalismo de clase y combativo que representan, con los actos y repartos de hojas donde se planteaba la necesidad de un convenio discutido y aprobado por los trabajadores en asamblea, la necesidad de lanzar una lucha amplia contra el incumplimiento del convenio en todas las contratas, frente a los despidos arbitrarios o contra el prestamismo laboral. Así, Hernández y la dirección de EMTE promovieron una revocación fraudulenta del comité de empresa que desembocó en el despido de Carrillo y una durísima suspensión de empleo y sueldo a Manu (42 días) y a Ismael (21 días).
Hoy, a un año del inicio del conflicto, la vergonzosa trama de Hernández y la dirección de Emte ha sido desarmada, y la lucha de Manu, Carrillo e Isma, la lucha de EMTE, ha quedado en la memoria del metal tarraconense como un ejemplo vivo de combatividad y moral alta, en defensa de los puestos de trabajo y de la unidad de los trabajadores de todas las empresas. ¡La lucha sirve!

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