Se está celebrando en Caracas el Foro Social Mundial, este acontecimiento atraerá a miles de trabajadores y jóvenes que buscan una alternativa al sistema capitalista en el que vivimos. Publicamos a continuación una declaración sobre cómo conseguir esEl VI Foro Social Mundial y II Foro de las Américas se reúne de nuevo, en este caso en Venezuela, donde los que luchamos por un mundo mejor podremos debatir y hacer propuestas para mejorar y transformar la sociedad en la que vivimos.

Desde el anterior Foro Social, que tuvo lugar en Porto Alegre, la crisis general del capitalismo no sólo no ha remitido sino que realmente se ha profundizado. Por esta razón, es necesaria la búsqueda de una alternativa al sistema capitalista, para hacer frente a la dictadura de las multinacionales, a la destrucción del medio ambiente, la miseria y la guerra generadas por el capitalismo y que se imponen a los trabajadores, a los oprimidos y los pobres de todo el mundo.

¿Es posible un mundo mejor, un mundo sin miseria, explotación y donde la humanidad pueda vivir en paz, abundancia y armonía? ¿O es una utopía sin sentido aspirar a esa sociedad?

En nuestra opinión la respuesta es sí, otro mundo es posible. No sólo es posible si no que ya en muchos países del mundo se están poniendo las bases para una nueva sociedad. Y esto se consigue de la única manera posible, a través de la lucha y la organización de millones de trabajadores, jóvenes y oprimidos, contra el sistema capitalista, luchando para mejorar su vida y por un futuro decente, luchando por una sociedad socialista. El hecho de que este Foro Social se esté celebrando en Venezuela es un reflejo de ello.

Venezuela es la vanguardia de la revolución mundial

Venezuela es el mejor ejemplo de cómo las masas, los trabajadores toman su destino en sus propias manos para transformar la sociedad. La Revolución Bolivariana es la mejor respuesta a todos esos escépticos ante la capacidad de la gente trabajadora común para enfrentarse a sus enemigos, la oligarquía capitalista y el imperialismo, los saqueadores de la riqueza de Venezuela y responsables de su miseria y opresión. Los trabajadores y campesinos venezolanos han sido capaces de detener los sucesivos intentos de la reacción y el imperialismo para poner fin a la revolución y derrocar al gobierno del presidente Chávez.

Las masas derrotaron el golpe de estado de 2002, echaron a Carmona del Palacio de Miraflores y restituyeron al presidente Chávez. Ese mismo año, la clase trabajadora venezolana derrotó el sabotaje de la industria petrolera instigado por el imperialismo y llevado a cabo por la organización empresarial Fedecamaras, junto con los corruptos y corrompidos dirigentes de la CTV (Central de trabajadores Venezolana).

A pesar de que el gobierno del presidente Chávez ha celebrado varias elecciones en los últimos seis años y ha recibido el aplastante apoyo de la población en cada una de ellas, el imperialismo estadounidense ha intentado dar la impresión de que se trata de un gobierno antidemocrático y justificar así su derrocamiento. En todas estas convocatorias electorales, la movilización de la población ha sido crucial para garantizar la victoria. La más importante fue la conseguida en el referéndum revocatorio en agosto de 2004, cuando una vez más la reacción y el imperialismo fueron derrotados por la organización y la lucha del pueblo.

La revolución venezolana ha dado grandes pasos adelante en 2005. En primer lugar, la clase obrera entró de nuevo en acción, con la experiencia de las ocupaciones de fábrica y el control obrero (cogestión). Empresas como Invepal, Inveval, Alcasa y otras, donde los trabajadores están empezando a implantar programas de control obrero, son una pequeña muestra de la capacidad de los trabajadores para gestionar las fábricas y el conjunto de la economía, bajo su propio control, sin empresarios ni directores impuestos desde arriba.

A estos avances en la lucha contra la miseria y el analfabetismo, a los que sometía la oligarquía al pueblo venezolano, debemos añadir que el presidente Chávez ha lanzado la idea de que no se puede reformar el capitalismo, que no existe esa cosa llamada capitalismo con rostro humano, que la única alternativa al capitalismo es el socialismo. Esto tienen un enorme significado, porque desde la caída de los países de Europa del Este (que eran regímenes burocráticos que no tenían nada que ver con el auténtico socialismo), ningún dirigente de la izquierda en el mundo ha planteado la necesidad del socialismo como una alternativa al capitalismo. Es la venganza de la historia, frente a todos los apologistas del capitalismo que hablaban del fin de la historia, del fracaso del socialismo y que la única alternativa era la economía de libre mercado. Esta campaña ideológica ha fracasado, simplemente por que el sistema capitalista está en decadencia y no puede ofrecer más que miseria y opresión para la humanidad.

Socialismo o barbarie

El sistema capitalista sólo puede llevar al mundo a la barbarie. La guerra en Iraq es un prueba clara de ello. Un país potencialmente rico, con una población culta, orgullosa de ser una de las cunas de la civilización, pero ha sido destruido, reducido a cenizas y a la barbarie por la sed de petróleo y beneficios del imperialismo norteamericano. La feroz resistencia del pueblo iraquí contra la ocupación demuestra claramente la incapacidad de la mayor maquinaria militar de la historia de doblegar la voluntad de los trabajadores, los jóvenes y los pobres cuando deciden librarse del yugo de la ocupación imperialista.

El capitalismo no es siquiera capaz de ofrecer una vida decente a la población en la mayoría de los países capitalistas desarrollados. La explosión de los jóvenes en los suburbios franceses es un reflejo de cómo, dentro de los límites de la economía de mercado, los banqueros y los grandes industriales son incapaces de ofrecer empleos y un futuro digno a millones de personas. Los trabajadores europeos son conscientes de ello y hemos visto movilizaciones de masas contra la política de recortes y ataques a sus condiciones de vida y sus conquistas. En Bélgica ha habido dos huelgas generales en tres semanas. El “no” en los referendos francés y holandés sobre la Constitución Europea es una indicación del mismo fenómeno.

Ni siquiera Estados Unidos, el país capitalista más desarrollado del mundo, está libre de convulsiones. La crisis provocada por el huracán Katrina , reveló a la población norteamericana la podredumbre de su gobierno. Mientras Bush envía miles de tropas y suministros a Oriente Medio, gastando millones de dólares, su gobierno es completamente incapaz de ayudar a su propia población en casa. Esta situación fue el resultado directo de los recortes del gasto social, el aumento del gasto militar y las reducciones de impuestos a los ricos. La crisis reveló también que una parte importante de la población estadounidense vive en condiciones de miseria. Como siempre, son los pobres los que mas sufren en estas catástrofes, no como consecuencia de los caprichos de la naturaleza, sino como resultado de la anarquía y el caos creados por esta sociedad basada en la búsqueda de mayores beneficios por parte de un puñado de ricos y especuladores.

El mismo huracán Katrina, como el Rita, fueron consecuencia directa del calentamiento global, de la contaminación creada por las grandes multinacionales, que ya están destruyendo la capa de ozono, envenenando los mares, ríos y el aire.

El capitalismo no sólo amenaza a la humanidad, sino la propia existencia de la vida sobre el planeta. Por esa razón, hoy la consigna de la revolucionaria polaca Rosa Luxemburgo: ¡socialismo o barbarie! es más verdad que nunca. Más de 30.000 niños mueren cada día de hambre, 800 millones de seres humanos pasan hambre, mientras las tres personas más ricas del planeta tienen la misma riqueza que el PIB combinado de los 48 países más pobres del mundo. Para avanzar y no caer en el abismo, la humanidad debe librarse de todas esas reliquias que forman la base del sistema capitalista: la propiedad privada de los medios de producción, la industria, la banca y la tierra, y ese otro freno para el progreso humano que es el estado nacional.

América Latina en revolución.

Frente a esta crisis de la sociedad, es normal que Venezuela aparezca como un faro de esperanza para los oprimidos de todo el mundo. En 2005 la revolución bolivariana se convirtió en un punto de referencia para toda América Latina. La razón de esto es que las luchas en el continente han despertado la conciencia de millones de personas y les ha llevado a preguntarse cómo se puede construir un mundo mejor y cómo pueden conseguir un futuro digno.

Hay muchos ejemplos. En Argentina, México, Perú, Ecuador se han producido movimientos y movilizaciones de masas impresionantes. La más reciente la lucha de los trabajadores y campesinos bolivianos por la nacionalización del gas, para detener el saqueo que estaban realizando las multinacionales de la enorme riqueza del subsuelo boliviano y utilizarla para resolver los enormes problemas que tienen los trabajadores y pobres de Bolivia.

Los trabajadores bolivianos casi toman el poder en junio del año pasado, cuando tras un mes de lucha derribaron el gobierno de Mesa. Retomaron las tradiciones revolucionarias de 1952 y 1971, crearon asambleas populares y cabildos abiertos para coordinar la lucha, especialmente en la ciudad de El Alto, que se convirtió en el cuartel general de la revolución boliviana. El parlamento tuvo que huir de La Paz a Sucre debido a las movilizaciones y la presión de las masas. Los trabajadores y los campesinos podían haber tomado el poder en aquel momento. Desgraciadamente, la ausencia de una dirección revolucionaria sin una perspectiva clara, que se basara en las asambleas de masas, que expropiara a la oligarquía y los imperialistas, impidió el trifunfo de la revolución socialista que se estaba desarrollando en Bolivia.

Como consecuencia del movimiento de masas de junio de 2005, Evo Morales ganó las elecciones de diciembre. Los trabajadores y campesinos bolivianos le pusieron en el gobierno con la esperanza de que lleve a cabo las transformaciones revolucionarias necesarias, sobre todo la nacionalización de los hidrocarburos. Evo Morales se enfrenta ahora a dos alternativas: con los capitalistas o con los trabajadores y campesinos. Cualquier intento de resolver las necesidades acuciantes de las masas chocará con los intereses de los capitalistas y del imperialismo. Tendrá que elegir entre ceder a las presiones del imperialismo, en cuyo caso terminará como Lucio Gutiérrez , derrocado por las masas empobrecidas que le auparon al poder, o como el presidente Chávez, enfrentándose a la oligarquía y al imperialismo.

¡Por una Federación Socialista de Repúblicas de América Latina!

¡Por una Federación Socialista Mundial!

El giro a la izquierda en toda América Latina pone en el orden del día la posibilidad de transformación socialista de todo el continente. No es posible resolver los problemas de la miseria en un solo país. Es necesaria la colaboración de todos los pueblos de América Latina, sobre la base de fraternidad y la solidaridad económica. Una Federación Socialista de Repúblicas de América Latina, basada en los enormes recursos materiales y humanos del continente, sobre la base de la nacionalización y la planificación democrática de la economía, sólo así será posible erradicar la pobreza en pocos años y toda la población podría conseguir un nivel de vida más elevado que el que hoy existe en los países capitalistas desarrollados. No es una utopía, sino que se trata de la unica salida realista para los oprimidos de América Latina.

La elección de gobiernos de izquierda en todo el continente es un reflejo del deseo de la mayoría de la población que quiere un cambio fundamental en la sociedad. Venezuela es el país donde este proceso está más avanzado. Sin embargo, para superar la miseria, l la explotación y la opresión, se deben erradicar sus causas. Mientras la oligarquía y el imperialismo continúen detentando el poder política en Venezuela o en cualquier otro país de América Latina, mientras controlen los bancos, la gran industria y la tierra, cualquier reforma progresista siempre estará en peligro.

Para garantizar y profundizar estas conquistas, es necesario expropiar a la oligarquía y las multinacionales, poner la economía bajo la planificación y la organización democrática por parte de la mayoría de la población. Esta reorganización de la sociedad sobre una nueva base, sobre bases socialistas, sólo puede ocurrir con la participación y control democráticos de los trabajadores y los pobres.

Históricamente, el estado ha sido un instrumento de la clase dominante y ha impedido la participación de la mayoría de la población, los trabajadores y los pobres, en la toma de decisiones de los asuntos del país. El actual estado venezolano sigue manteniendo dentro una parte importante de la vieja burocracia de la IV República, en los ministerios, en la judicatura, en las fuerzas policiales, etc., Éste debe ser destruido y sustituido por una nueva estructura que debe ser creada sobre la base de la organización de asambleas de masas, comités de base, en las fábricas y las comunidades, que puedan controlar todos los asuntos del país. Una estructura democrática con delegados elegidos con derecho a ser revocados, que tengan el control completo de la administración del país, también es la única forma de luchar contra la burocracia que amenaza la revolución.

Únete a nosotros

Para que las aspiraciones revolucionarias de las masas se hagan realidad lo único que falta en Venezuela, en Bolivia y muchos otros países, es que los activistas revolucionarios más avanzados, obreros, estudiantes y campesinos, que ya comparten muchas de estas ideas, se reúnan en una organización revolucionaria armada con un programa socialista y el método del marxismo. Esta es la tarea central hoy en todos los países.

La crisis del capitalismo, desarrollándose con ritmos diferentes, está creando las condiciones para explosiones y movimientos revolucionarios de masas en todos los países. Hoy más que nunca es imprescindible que los marxistas revolucionarios nos organicemos en un mismo movimiento marxista internacional para luchar por el genuino socialismo. Esta es la tarea que llevamos a cabo en la Corriente Marxista Internacional fundada por los teóricos marxistas Ted Grant y Alan Woods.

Si estás de acuerdo con nuestras ideas, únete a nosotros en la lucha por el socialismo mundial.

Enero 2006

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