La Naval de Sestao es una de las factorías amenazada de cierre según el plan de la SEPI, lo que supondría en la Margen Izquierda —una de las zonas más castigadas por la reconversión de los años 80— la pérdida de los 1.200 puestos de trabajo directos,La Naval de Sestao es una de las factorías amenazada de cierre según el plan de la SEPI, lo que supondría en la Margen Izquierda —una de las zonas más castigadas por la reconversión de los años 80— la pérdida de los 1.200 puestos de trabajo directos, además de otros miles de las auxiliares y los indirectos.

Los trabajadores no han hecho esperar su rotundo rechazo a estas medidas, saliendo inmediatamente a la lucha, con manifestaciones y cortes de carretera, dejando clara su decisión de no permitir esta agresión.

Como señaló Asporosa, presidente del comité de empresa, “la gente está muy desengañada y con ganas de lucha y pelea. Va a ser muy difícil que contenga sus ánimos”.

Al mismo tiempo el PNV, se rasga cínicamente las vestiduras y “pide que se apueste por la Naval de Sestao”, cuando en el resto de los sectores defiende claramente la privatización.

Pero lo que es evidente es que esta batalla solamente se puede ganar con la lucha decidida de los trabajadores.

La derecha española, derrotada en las urnas por los trabajadores, ha cedido la misma cartera de ataques a la clase obrera intentando que sea aplicada por el PSOE. El gesto de Zapatero en Bilbao, reuniéndose con el comité de empresa de la Naval, cuando iba a respaldar la candidatura de Patxi López como lehendakari a las próximas elecciones vascas, muestra unas formas diferentes a las de la derecha pero sobre todo muestra las presiones de la clase obrera, que tras la victoria el 14-M le advirtió: “Zapatero, no nos falles”.

La experiencia demuestra que no se puede servir a dos amos a la vez, o con los capitalistas o con los trabajadores. El PSOE está viéndose sometido a un tira y afloja y las presiones de la burguesía van a ir en aumento para que lleve adelante ataques a los trabajadores. De ahí las contradicciones entre el ministerio de Trabajo, asumiendo el coste de más de 1.200 millones de euros que costarían las prejubilaciones de Izar, y Zapatero comprometiéndose ante los trabajadores de Sestao a garantizar la viabilidad de los astilleros.

La única solución duradera para los astilleros es romper con el marco del sistema y asumir una política verdaderamente socialista, es decir, poner los enormes recursos que existen en beneficio de la sociedad y no de un puñado de capitalistas, para planificar la economía en función de las necesidades sociales. Eso supone que el PSOE defienda un programa de nacionalización de la banca, los monopolios y los latifundios, sin indemnización y bajo el control obrero, que contaría con el entusiasmo y el apoyo de la clase obrera y de la juventud.

Unificar las luchas

La experiencia de anteriores reconversiones demuestra que no sirve de nada defender posiciones como las de “Salvar Euskadi”, “Salvar Asturias”, “Salvar Galicia”, etc.

Eso tan sólo ha servido para cortar el salchichón en rodajas y hacerlo “más digerible”. Hay que unificar la lucha de todos los astilleros con un calendario común y vincularla a otros sectores en lucha.

Justo antes del verano vimos como se movilizaba todo el metal en Euskadi en una huelga general convocada por todos los sindicatos. En estos momentos hay muchos sectores en lucha: los astilleros, la limpieza en Basauri, las educadoras infantiles en Gasteiz, Caballito y un sinfín de ellas en todas las zonas.

Los dirigentes sindicales deberían unificar estas luchas en la perspectiva de una huelga general de 24 horas si la patronal y la SEPI no retroceden en sus planes.

Pilar Ramírez Lz. de Abetxuko

Ezker Marxista

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