En medio del sangriento genocidio que Israel lleva más de cinco meses desencadenando sobre la población de Gaza y Cisjordania, en marzo se publicaba la noticia de que un grupo de investigadores de la Universidad de Oviedo participa en un proyecto de innovación y desarrollo de tecnología militar para la empresa estatal Israel Aerospace Industries (IAI), el mayor fabricante de defensa israelí y su mayor exportador industrial.
Un proyecto que está siendo financiado por la Unión Europea, con una dotación de casi cinco millones de euros, y en el que participan otras dos empresas españolas: Mobility Ion Technology SL y UAV Navigation SLU.
La empresa griega Intracom Defense, especializada en tecnología de defensa, fue comprada por IAI en mayo de 2023 y es la beneficiaria de los fondos europeos para la ejecución del programa TICHE, cuyo objetivo es la detección de “artefactos explosivos improvisados y minas terrestres ocultas en entornos complejos” con el fin de mejorar el “apoyo de las operaciones militares y el salvamento de vidas humanas”.
De esta manera, la principal empresa de defensa israelí recibe el apoyo económico de Europa para continuar desarrollando su tecnología criminal y seguir profundizando la masacre en Gaza, haciendo gala, además, de su “tecnología avanzada y décadas de experiencia probada en combate”. ¡Sí, la experiencia en el asesinato sistemático de vidas palestinas!
El programa TICHE no es el único proyecto militar en colaboración con Intracom financiado por la UE y en el que participan entidades españolas.
El Fondo Europeo de Defensa (FED) también subvenciona otros tres programas: Fasett, Cassata y Odin’s Eye II, que recibirán una dotación de 30, 25 y 90 millones de euros, respectivamente. Proyectos en los que no solo participan empresas privadas como Airbus o Indra, sino entidades públicas, como es el caso de la Universidad de Oviedo y la Universidad de Alcalá, y que servirán para seguir apoyando en la práctica el plan de Israel de exterminar al pueblo palestino. ¡Es absolutamente inaceptable!
Mientras la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas llora lágrimas de cocodrilo, manifestando su “preocupación y rechazo” y reafirmando su “compromiso con la paz, la justicia, los derechos humanos y los valores democráticos”, y afirmando que la violencia es “absolutamente incompatible con el espíritu de la Universidad”, dos de sus miembros establecen relaciones de colaboración directa con la industria armamentística israelí. ¡Así demuestran su “preocupación” y su “rechazo” al genocidio!
Y ahora, fruto de la presión, la Universidad de Oviedo ha planteado que trasladará al Comité de Ética en la Investigación su “preocupación” porque una empresa con la que colabora en un proyecto esté dirigida por una industria aeroespacial israelí. ¡Qué vergüenza!
Las palabras vacías y el apoyo a la tecnología militar israelí son absolutamente incompatibles con la denuncia del genocidio que se está perpetrando en Palestina. ¡Es necesario romper cualquier tipo de relación diplomática y acuerdo de colaboración con el Estado asesino de Israel!
¡¡Alto al genocidio en Gaza!!