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El 17 de junio el Gobierno británico firmaba la extradición a Estados Unidos de Julian Assange, fundador en 2006 de la organización WikiLeaks. Assange enfrenta una solicitud de 175 años de cárcel por “espionaje y piratería informática”. ¿Su “crimen”? Hacer públicos centenares de miles de documentos que demuestran sin ningún género de duda la intervención del Gobierno estadounidense en decenas de países para imponer sus intereses, utilizando medidas que van desde criminales intervenciones militares -como las que han causado  centenares de miles de muertos en Irak, Afganistán, etc- hasta el chantaje, las amenazas y presiones a numerosos Gobiernos para influir en las políticas y leyes que aplican. 

La decisión de encarcelar a Assange, aplicándole una condena digna de asesinos en masa y criminales de guerra; las espeluznantes imágenes del daño físico y mental que le han provocado años de acoso, cautiverio y aislamiento absolutamente inhumanos, han impactado a millones de personas en todo el mundo.

Las revelaciones de WikiLeaks desnudan el cinismo y el carácter criminal del imperialismo norteamericano

Los más de 90.000 documentos militares estadounidenses revelados, en abril de 2010, por WikiLeaks evidenciaban tanto el fracaso del imperialismo estadounidense en Irak y Afganistán como su brutalidad extrema. Vídeos como Collateral Murder provocaron escándalo internacional al mostrar a tripulantes de un helicóptero Apache estadounidense persiguiendo y acribillando civiles en Bagdad, incluido el periodista de la agencia Reuters Namir Noor-Eldeeen. Otras muchas grabaciones y documentos desvelaban las gravísimas torturas y violaciones  de derechos humanos cometidas en ambos países.

En octubre de 2010, Wikileaks difundía otros 400.000 documentos de la Administración estadounidense donde se admite que el 60% de personas fallecidas en Irak entre 2003 y 2009 eran civiles.

Estas filtraciones ponen sobre la mesa el verdadero carácter de EEUU y sus aliado occidentales. Frente al lenguaje vacío sobre democracia, Estado de derecho, legalidad, progreso, etc…muestran su verdadera cara. Extorsión, violencia, asesinato indiscriminado de civiles, conspiraciones, golpes de Estado e invasiones de rapiña que causan una destrucción atroz es la verdadera cara de la "democracia" norteamericana. Lo que no perdonan a Assange es poner a esa barbarie nombres y apellidos y sacarla a la luz.

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Los más de 90.000 documentos militares estadounidenses revelados por WikiLeaks evidenciaban tanto el fracaso del imperialismo estadounidense en Irak y Afganistán como su brutalidad extrema. 


Difamar, perseguir, aplastar la libertad de expresión y derecho a la información... ¡Todo vale en la campaña contra Assange de EEUU y sus aliados!

A medida que los materiales de Wikileaks  impactaban a millones de personas, Washington lanzó una campaña furibunda contra Assange con todo su arsenal disponible: medios de comunicación, magistrados, políticos, etc... Como es habitual en estos casos, fabricaron todo tipo de mentiras, bulos y difamaciones.

Las acusaciones de abuso sexual y violación por parte de la Fiscalía de Suecia, que gozaron de gran difusión mediática, presentaban a Assange como un psicópata y depredador sexual. Sin embargo, y pese a intensas y reiteradas presiones de los medios reaccionarios y del Gobierno sueco (en ese momento en manos de la derecha proestadounidense) tuvieron que ser desestimadas por falta de pruebas. 

Pero la persecución continuó. El Departamento de Justicia estadounidense presentó los cargos por los que ahora Gran Bretaña ha decidido extraditarle: espionaje y piratería informática, alegando que las revelaciones de Wikileaks “ponen en peligro la vida de personas”. ¡Qué cinismo! ¡El mundo al revés! No son las atrocidades del imperialismo estadounidense, que durante décadas ha causado millones de muertes promoviendo guerras, golpes de Estado y dictaduras,  las que amenazan la vida humana, sino que Assange y otros informadores independientes puedan denunciar esas atrocidades.

Luchar por la libertad de expresión es luchar contra el capitalismo y el imperialismo 

Tras ejecutar los tribunales británicos una orden de busca y captura contra Assange, este se vio obligado a refugiarse en 2012 en la embajada ecuatoriana en Londres, pidiendo protección al Gobierno de Rafael Correa. Las presiones estadounidenses sobre el sucesor de Correa, el pro-imperialista Lenín Moreno, posibilitaron a la policía británica entrar en la embajada y detener a Assange en 2019. Su imagen, con evidentes síntomas de deterioro físico y psicológico, movilizó la solidaridad internacional con exigencias de libertad procedentes de todo el mundo. Pero  las autoridades británicas le recluyeron en la cárcel de máxima seguridad de Belmarsh hasta hoy.

En enero de 2021 la justicia británica rechazó la extradición por su frágil salud física y mental, apreciando riesgo de suicidio en un sistema penitenciario tan duro como el estadounidense. Nuevas presiones de Washington lograron que la Alta Corte de Londres anulara esa decisión en diciembre de 2021. En abril de este año, el Juez Paul Goldspring dictaba que la decisión última fuese de la entonces ministra de Interior del Gobierno derechista de Boris Johnson. Lo hizo tras una visita a Assange de ¡menos de siete minutos!  Con ello reconocía abiertamente el carácter de castigo político ejemplar y de desprecio absoluto al derecho a la información y libertad de expresión que tiene esta medida. El  reaccionario y títere del imperialismo USA, Gobierno británico, no dudó ni cinco segundos en entregar la cabeza de Assange a Washington.

El ensañamiento contra Assange manda un claro mensaje al mundo. Quien se enfrente al capitalismo y al imperialismo pagará las consecuencias. Desde Izquierda Revolucionaria Internacional apoyamos las movilizaciones y campañas exigiendo libertad para Assange que se están desarrollando.  Evitar su extradición y conseguir su total libertad, supondría un duro golpe al sistema.  La justicia capitalista demuestra cada día de qué lado está. Solamente la movilización y la firmeza evitarán la muerte de Assange en la cárcel y podrán hacer justicia

¡No a la extradición de Julian Assange! ¡Libertad sin cargos ya!


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