El Partido Popular premia a los suyos: a los ladrones, los chorizos y especuladores
Para María José Catalá es una cuestión de prioridad que este septiembre se nombre alcaldesa honoraria de la ciudad de Valencia a Rita Barberá.
Así lo ha transmitido el nuevo Gobierno municipal, que ahora mismo está en plena campaña para blanquear la figura de uno de los personajes más infames de la política valenciana y de la derecha españolista.
El Partido Popular quiere rendir tributo a Rita Barberá, cuyos únicos méritos de honor fueron capitanear las mayores tramas de corrupción y pelotazos especulativos en la ciudad de Valencia. Esta mujer, siempre con un puro en una mano y una copa de whisky en la otra, como si de una versión cutre de Al Capone se tratara, fue la responsable de destruir los barrios obreros del Cabanyal, Torrefiel, Orriols, Zaidia, Quatre Carreres o Patraix gracias al impulso de la especulación de la vivienda y la destrucción de la sanidad y educación públicas. En sus 20 años al frente del Ayuntamiento mostró su máximo desprecio a la lengua catalana/valenciana, demostrándonos como se habla el “valenciano de verdad”, como todos y todas recordaremos en esa Cridà de las Fallas de 2015. Ese “caloret faller” es el mejor ejemplo de quién era Rita Barbera, y de cómo entiende la política el Partido Popular: un cortijo personal donde los votos se compran y los favores se pagan muy bien.
Barberá también era conocida por su grandísima relación con los mafiosos de la hostelería y los rentistas, a quienes siempre les otorgó grandes mordidas y comisiones en sobres.
Ahora, 8 años después de su muerte, es una prioridad para el PP de Valencia recuperar la figura de Barberá. Al fin y al cabo, ahora que vuelven a gobernar, quieren volver a convertir el Ayuntamiento valenciano en el cuartel general de la corrupción. Nombrar a esta reaccionaria alcaldesa honoraria es también un guiño a la base social del Partido Popular, a los cayetanos engominados, a los blaveros y neonazis, y a las pijas fans de Luis Vouitton. María Jose Catalá les dice: no os preocupéis, ahora que hemos vuelto, vuestros negocios están garantizados, las redes clientelares podrán volver a funcionar a todo rendimiento.
Ahora que vuelven al poder no esconden las ganas de ensalzar a una figura descarada y fanfarrona, diestra en orquestar tramas corruptas y mantenerse impune gracias a sus estupendos vínculos con la magistratura valenciana y estatal. Este también es un mensaje para las sobrinas y el cuñado de Rita, imputados en el caso Azud y comisionarios de millones de euros y de inmuebles, para Alfonso Grau, mano derecha de Rita, para su amiga íntima Mari Carmen García Fuster, y para todos aquellos personajillos y funcionarios implicados en las tramas de corrupción urbanísticas, forrados del dinero procedente de malversación y cohecho de fondos públicos. A todos ellos, que no se preocupen que aquí tienen su casa y resguardo desde el que continuar saqueando a la juventud y la clase trabajadora.
Nos tendrán de frente y en las calles
La corrupción, la extorsión y el mafiosismo forman parte del ADN del Partido Popular. Toda su herencia política franquista, al servicio de los caciques, los terratenientes, los señoritos, los españolistas fascistas, los obispos y los beatos del Opus Dei y demás sectas ultracatólicas no se puede esconder.
Rita Barberá pudo gobernar durante 20 años porque el PSPV-PSOE y la izquierda valenciana nunca fueron capaces de organizar en la calle el combate firme y serio contra todos estos parásitos y explotadores basándose en la juventud y la clase trabajadora. Incluso elementos del PSPV-PSOE estuvieron implicados en estas tramas.
La derrota del PP fue posible gracias al empuje del movimiento del 15-M y de los movimientos sociales que tuvieron lugar desde el 2010 hasta el 2015. Fue desde la calle como se impulsó la movilización electoral en la que la juventud y clase trabajadora expulsó al PP.
Ese es el espíritu que hay que recuperar. Sólo impulsando la movilización y la respuesta en la calle a través de la lucha juvenil, sindical y vecinal, podremos acabar de verdad con la derecha rancia, corrupta y fascista.