COMSA, cómplice del régimen genocida de Netanyahu. ¡Basta de hacer negocios con la ocupación sionista!
Desde la sección sindical de FTC-IAC y el Comité de Empresa de Comsa Service Tarragona queremos manifestar nuestra solidaridad con el pueblo palestino ante la masacre que están sufriendo por parte del Estado sionista y del Gobierno neofascista de Netanyahu. Una masacre que sería imposible sin la complicidad tanto de EEUU, como de la UE y del Gobierno de Pedro Sánchez que, a pesar de derramar lágrimas de cocodrilo, mantiene todas las relaciones económicas, diplomáticas y militares con el Estado de Israel.
Unas relaciones de las que se benefician, y con las que se enriquecen, numerosas empresas españolas, como COMSA, en la que trabajamos y ejercemos de delegados sindicales, y que queremos denunciar con la mayor de las contundencias. En 2022, COMSA obtuvo contratos del Gobierno colonialista de Netanyahu por valor de cerca de 300 millones de euros. Una cifra ampliamente superada a finales de este año cuando, ya en medio de la ofensiva genocida sobre Gaza, obtuvieron un nuevo contrato por valor de 2.200 millones de euros para la construcción de una línea de tranvía que conectará Jerusalén con el asentamiento colonial e ilegal de Gilo. Un asentamiento, como todos los que existen en Cisjordania, llevado adelante ilegalmente por el Estado de Israel y colonos ultraortodoxos de extrema derecha, armados hasta los dientes, mediante la expulsión, asesinato y expoliación de la población palestina, generando un régimen colonial de apartheid que no tiene equivalente en el mundo.
Este negocio de la multinacional catalana COMSA ha sido duramente criticado incluso por Amnistía Internacional al considerar que legitima y consolida la ocupación ilegal del territorio palestino. En 2017 el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU declaró ilegal el proyecto al violar varias de sus resoluciones, y algunas empresas incluso descartaron acudir al concurso público impulsado por el Gobierno de Netanyahu. Pero COMSA no vio esto como un problema sino como una nueva oportunidad de negocio. Al fin y al cabo, ¡negocios son negocios!
Este tipo de negocios, y muchos otros de empresas españolas con Israel como ACS, de Florentino Pérez, Indra, con participación en su accionariado del Gobierno español, Sacyr, CAF, FCC, Typsa, Ossa, Terratest etc... están detrás de que el Gobierno de Pedro Sánchez y su socio Sumar, no tomen medidas concretas contra Israel más allá de las palabras y los discursos lacrimógenos vacíos. Grandes negocios que suponen 2.170 millones de euros en exportaciones y que incluyen 9.3 millones de euros en armas y componentes para montar los misiles Spike, con los que el ejército de Israel bombardea hospitales y escuelas, asesinando a miles de niños y niñas, mujeres y trabajadores palestinos.
Por todo esto, desde FTC-IAC y el Comité de empresa de COMSA alzamos la voz, contra COMSA, que además de explotarnos a nosotros y precarizar nuestras condiciones de trabajo día a día, no dudan en hacer negocios con genocidas como Netanyahu. También contra nuestro propio Gobierno y el Govern de la Generalitat, que permite que continúen estos lucrativos negocios sin importar lo que ocurra con el pueblo palestino.
Para parar este genocidio solo podemos contar con nuestras propias fuerzas, con la solidaridad internacionalista de clase de las y los trabajadores del Estado español, de Europa, de EEUU y de los países árabes. Una solidaridad que estamos viendo en Gran Bretaña y EEUU con el bloqueo de empresas o de puertos que suministran material bélico a Israel, con declaraciones como la de los sindicatos belgas o el sindicato de estibadores de Barcelona negándose a cargar y transportar cualquier material militar con destino a Israel, o las de los trabajadores de Navantia Ferrol, de CAF en Beasain (Guipuzkua), o de los bomberos de Zaragoza denunciando al régimen sionista y a todos sus cómplices. Si ahora Biden, Borrell o Pedro Sánchez piden cínicamente a Israel algo de contención es justamente por esto, porque millones de trabajadores estamos movilizándonos y alzando nuestra voz contra la barbarie desatada en Gaza y Cisjordania.
Por eso mismo, los sindicatos de clase, debemos dar un paso al frente para organizar la resistencia contra el genocidio planteando acciones y asambleas en nuestros centros de trabajo, paros, y la necesidad de impulsar incluso la huelga general como herramienta para ayudar a nuestras hermanas y hermanos palestinos. Una realidad a la que parecen ser ajenos los dirigentes de CCOO y UGT que mantienen silencio, cuando no apoyan abiertamente al régimen genocida de Israel, como hizo el secretario general de UGT Pepe Álvarez en su visita a la embajadora de Israel, negándose a impulsar una campaña seria en las empresas y centros de trabajo contra el genocidio al que estamos asistiendo en vivo y en directo.
Debemos organizarnos y coordinarnos e impulsar nuevas acciones. La ola de solidaridad en todo el mundo con el pueblo palestino demuestra que tenemos fuerza, ¡y mucha!, para frenar a estos fascistas y a sus socios imperialistas. ¡No podemos mirar hacia otro lado! ¡Alto al genocidio! ¡Viva la lucha del pueblo palestino!