Este sábado 26 de Octubre las calles de Barcelona volvían a verse inundadas por una gigantesca  marea humana, posiblemente más de un millón de personas, en protesta contra la sentencia del Tribunal Supremo, la brutal represión desatada por la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra durante las últimas semanas y a favor del derecho del pueblo de Catalunya a decidir su futuro y hacer realidad la república por la que votó masivamente el 1 de Octubre de 2017.

Ni la manipulación informativa ni las cifras oficiales pueden ocultar el éxito de la movilización y el fracaso del bloque españolista

Desde más de media hora antes de la hora señalada para el inicio de la manifestación, los casi 3 kilómetros de la Calle Marina ya estaban copados, desde la línea del mar hasta más arriba de la Sagrada Familia, por manifestantes gritando consignas como: "Prou repressió" “Llibertat presos polítics” “Fora les forces d'ocupació” o“Som república”. Muchos de ellos portaban carteles y pancartas exigiendo “Amnistía”, denunciando la represión y con lemas como "se'ns ha acabat la paciència volem la independència" o "Quan la llei és injusta el correcte és desobeïr".  Decenas de miles de manifestantes nunca pudieron llegar al recorrido previsto, ocupando calles y avenidas adyacentes como la Meridiana o la Gran Vía.

Tanto la burguesía española como la catalana comprenden perfectamente la fuerza y disposición a continuar la lucha hasta la victoria que refleja esta movilización y el carácter revolucionario de los acontecimientos en Catalunya. Por eso actúan como lo están haciendo: con una represión brutal, un despliegue policial más propio de regímenes dictatoriales que de uno que se proclama democrático y una manipulación informativa de lo que ocurre realmente en las calles de Catalunya tan torticera y escandalosa como la que estamos viendo.

Un ejemplo de este miedo a la movilización de masas, y el intento de ocultarla o minimizarla, ha sido la escandalosa decisión de los responsables de la Guardia Urbana del Ajuntament de Barcelona de mentir descaradamente sobre las cifras de participación en la manifestación. !La Guardia Urbana dio la cifra ridícula de 350.000 manifestantes, cuando en la manifestación celebrada el 11 de Noviembre de 2017 contra el 155, que llenó el mismo recorrido que la de ayer, esa misma Guardia Urbana reconoció 750.000!

Ni cortos ni perezosos, tanto los medios de comunicación al servicio de la burguesía española como los de la catalana se han dedicado a reproducir hasta la saciedad estas cifras falsas. Junto a ello, como ya es habitual, han intentado sustituir las imágenes de la calle Marina inundada de pueblo manifestándose pacífica y masivamente por portadas con contenedores quemados y titulares con todo tipo de exageraciones, distorsiones y mentiras sobre lo que ocurre realmente en Barcelona y en Catalunya.

Pero ni los artículos apocalípticos y las falsificaciones groseras de los medios de comunicación capitalistas, desde El País, ABC o El Mundo a La Vanguardia, ni titulares capciosos como los de El Periódico del domingo 27 (“Movilización estancada”, “De dos millones en la Diada de 2018 a 325.000 de este sábado”) pueden ocultar la realidad. Millones de personas en Catalunya hemos decidido romper con el régimen del 78 y seguimos llenando las calles  exigiendo nuestro derecho a decidir y llevar adelante la república. Así lo hemos hecho cada vez que hemos tenido oportunidad a lo largo de los últimos años y estamos repitiendo esa movilización prácticamente a diario desde el pasado 14 de Octubre, cuando el Supremo hizo pública su sentencia condenando de manera escandalosa a los presos políticos catalanes a penas de entre 9 y 13 años de cárcel por el “delito” de organizar el referéndum democrático del 1 de Octubre.

Esta movilización masiva y continuada contrasta vivamente con el fracaso de la manifestación españolista del domingo 27 de Octubre. Pese a contar con todo el apoyo de los medios de comunicación, que han machacado insistentemente con la misma, realizando constantes conexiones en directo para animar la participación, la movilización por la unidad de España y en apoyo a la sentencia del Supremo no logró agrupar a más de 80.000 personas. Ni el acarreo de militantes de PP y Cs desde diferentes puntos del Estado español ni el apoyo del PSOE-PSC y del propio Gobierno de Pedro Sánchez, con la presencia de varios ministros, ha podido cambiar este hecho.

Una vez más,  los dirigentes del PSOE y del PSC se han subido al carro del españolismo más reaccionario, marchando por la unidad de España y contra el derecho a decidir en compañía del PP, Cs e incluso Vox. Con esto no conseguirán los réditos electorales que buscan de manera  bochornosa, intentando pescar en los caladeros del electorado más reaccionario. Lo que sí conseguirán es contribuir (!y de qué manera!) a lavarle la cara  a la derecha y la extrema derecha, favoreciendo objetivamente al PP y a Vox de cara a las elecciones del 10N.

Otro aspecto que han vuelto a poner en evidencia tanto la manifestación por la república catalana del sábado como la españolista del domingo es la bancarrota absoluta de los dirigentes de la izquierda reformista estatal y su ausencia de cualquier perspectiva y política de clase. Los dirigentes de Unidas Podemos se han negado a participar en la manifestación del sábado 26 por la libertad de los presos políticos a pesar de que incluso los dirigentes de la UGT de Catalunya se vieron obligados a apoyarla, aunque fuese a última hora y con la boca pequeña, por la presión de sus bases. No sólo eso. En un nuevo despropósito, Pablo Iglesias primero intentó hacer un guiño a parte de su electorado en Catalunya (indignado con su posición de llamar a acatar la sentencia y negarse a apoyar las movilizaciones) defendiendo el tercer grado para los Jordis y ex miembros del Govern. Acto seguido, temiendo la presión de los medios españolistas, generó aún más indignación y perplejidad al comparar a los presos políticos catalanes con un corrupto como Urdangarín y apoyar también el tercer grado para éste

Los dirigentes de CCOO de Catalunya han vuelto a protagonizar otra página vergonzosa en la historia del sindicato, desmarcándose de la convocatoria y criticando en unidad de acción con los empresarios las movilizaciones contra la sentencia del Supremo. Por su parte, Errejón y Más País han dejado más que claro su papel de “bota izquierda” del PSOE. Su planteamiento de que los presos políticos catalanes soliciten el indulto equivale a aceptar que organizar un referéndum o movilizarse pacíficamente por el derecho de autodeterminación es delito. Por si fuera poco, han pedido a Pedro Sánchez que se comprometa a conceder ese indulto si, a cambio, los dirigentes de JxCat y ERC se comprometen a enterrar definitivamente la lucha por la república y dejan de lado cualquier cuestionamiento al régimen del 78. ¿Cabe mayor cinismo y desvergüenza? !El indulto a cambio de traicionar el mandato que el 1-O dio el pueblo! Esa es la alternativa de estos profetas posmodernos de la “nueva izquierda”.

Centenares de miles de manifestantes vuelven a criticar al Govern y exigir la dimisión de Buch

Una diferencia muy llamativa entre la manifestación que desbordó ayer la Calle Marina y la que lo hizo hace dos años es que a las mismas pancartas contra la represión del régimen del 78 se unían en esta ocasión pancartas y consignas contra los Mossos d'Esquadra y el Govern de Quim Torra.

La manifestación, como todas las anteriores, contó con la participación en primera línea de decenas de miles de votantes que dieron su apoyo a ERC en las elecciones generales y municipales porque quieren una república catalana con políticas de izquierdas. Entre esas decenas de miles, e incluso entre muchos militantes de Esquerra, hay un enorme malestar y rechazo a la política de renunciar a la república y aplicar recortes y privatizaciones que están aplicando los dirigentes de ERC desde el Govern en coalición con Junts x Catalunya. Este descontento se ha incrementado aún más con la brutal represión desencadenada por los Mossos, siguiendo las órdenes del Govern. 

En muchos tramos de la manifestación, miles de manifestantes corearon consignas específicamente  contra la represión de los Mossos y contra el Govern, las más seguidas fueron las que exigían la dimisión o cese del Conseller d' Interior Miquel Buch.  Esa misma noche, tras la manifestación, los Mossos  volvieron a protagonizar cargas brutales contra una manifestación convocada por los CDR en Via Lietana precisamente para protestar contra la violencia policial. El resultado de la represión contra esta movilización, en la que participaban varias decenas de miles de personas, fue de 46 heridos y 3 detenidos. La escalada represiva por parte el régimen del 78, utilizando tanto a la Policía Nacional como a los Mossos, ha dejado ya varios centenares de heridos en Catalunya y mantiene encarcelados en estos momentos irregularmente a 28 de los detenidos durante los últimos días.

Continuar la lucha con una nueva huelga general y un plan de movilización unificado hasta conseguir la victoria

Ni la represión ni la criminalización han podido lograr su objetivo, que era atemorizar a miles de personas para que abandonasen la lucha en las calles y establecer una cuña que dividiese al movimiento de liberación nacional de Catalunya, intentando aislar y atacar a los sectores más críticos con la acción el Govern y decididos a luchar por una república del pueblo, los trabajadores y la juventud que acabe con los recortes, la precariedad y la explotación, uniendo la lucha por la liberación nacional a la lucha contra el capitalismo.

Esta campaña de criminalización va dirigida  de forma muy clara contra la juventud estudiantil. Los estudiantes están jugando un papel de punta de lanza en la lucha por la república y han respondido maravillosamente a este intento de criminalizarles protagonizando manifestaciones masivas y pacíficas como las organizadas por el Sindicat d'Estudiants (SE) el 17 y 18 de Octubre, con más de 200.000 jóvenes tomando las calles cada uno de esos días. La juventud volverá a movilizarse los próximos 30 y 31 en una nueva huelga estudiantil convocada por el SE, paralizando nuevamente las clases y saliendo masivamente a la calle. Las muestras de apoyo a la huelga general estudiantil convocada por el SE por parte de muchos de los manifestantes que ocupaban este sábado la calle Marina son un ejemplo más de la voluntad de seguir la lucha que existe entre las masas. 

El pueblo de Catalunya sigue decidido a romper con el régimen del 78, su monarquía, aparato estatal y sistema judicial heredados directamente del franquismo y llevar hasta el final la lucha por la república, y no renunciará a este objetivo. Tras el éxito de la huelga general y manifestaciones del 18-O y esta nueva manifestación masiva del 26, los dirigentes de ANC, Omnium, CSC-Intersindical, IAC, la CUP y los CDR deben dar continuidad a la lucha convocando una nueva huelga general de 48 horas, tal como ha planteado el Sindicat d'Estudiants, como parte de un plan de movilización unificado y continuado hasta alcanzar la victoria.

Es absurdo llamar al mismo Govern que envía los Mossos a reprimir las manifestaciones, que mantiene a Buch en su puesto, que habla de república mientras entierra el mandato del 1-O y negocia diferentes formas de frenar la lucha, a liderar la movilización contra la represión y por la liberación nacional de Catalunya.

El camino para conseguir la libertad de los presos políticos, derrotar la represión y hacer realidad la república hoy más que nunca está en las calles y debe ir unido a un programa socialista, anticapitalista, que plantee unir la lucha por la república catalana a la lucha contra los recortes y las privatizaciones, por salarios , empleo y pensiones dignas, por la educación y sanidad públicas, contra el racismo, el machismo y la justicia patriarcal, por la defensa del medio ambiente frente a los efectos del cambio climático. Un programa que para hacer realidad todas estas reivindicaciones debe plantear la nacionalización de los bancos y las principales empresas bajo control democrático de los trabajadores, la juventud y el pueblo.

La lucha por una república catalana socialista no sólo llenaría de más entusiasmo y decisión a los que ya estamos luchando en las calles sino que serviría para unir a muchos más jóvenes y trabajadores que rechazan la represión, corrupción y miseria del régimen del 78 pero desconfían del procés por de las políticas privatizadoras aplicadas desde el Govern por los dirigentes de PDECAT y ERC. Este también sería el mejor modo de paralizar la represión del estado y que la simpatía que la lucha del pueblo de Catalunya ya despierta entre decenas de miles de jóvenes y trabajadores en el resto del estado, como demuestran las movilizaciones de las últimas semanas en Madrid, Donosti, Bilbo, Andalucía, Palma, y otras muchas ciudades, pueda convertirse en un movimiento de masas en apoyo a la república y contra el régimen del 78.

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