Apagón en Barcelona, colapso en Cercanías de Renfe y en las autopistas... ¡Por la nacionalización y el control obrero de los servicios públicos fundamentales!
El pasado 23 de julio un apagón afectó a una tercera parte de Barcelona, unos 350.000 abonados. Decenas de miles de afectados tardaron más de 60 horas en recuperar la luz. El descontento con las compañías eléctricas (Endesa y REE) y con una Administración demasiado permisiva con éstas se manifestó rápidamente con protestas por las noches. Se reclamaba el restablecimiento inmediato del servicio y se denunciaba la falta de inversión en la red de distribución por parte de las compañías privadas. Todo el discurso con el que vendieron las "ventajas" de la "liberalización", en realidad, privatización de los servicios públicos, hoy no tiene ninguna credibilidad entre la gran mayoría de la población. La gente está harta, porque lo que ve es que las compañías se llevan unos beneficios fabulosos, se suben las tarifas y no se invierte lo más mínimo en mejorar los servicios. Es evidente que servicios como la luz, el agua, el teléfono, los transportes... no tiene ningún sentido que estén en manos privadas, en beneficio de un puñado de parásitos y en detrimento del servicio y de los usuarios. Por eso el gobierno debería expropiar, nacionalizar, estas compañías. Estos servicios públicos deberían estar dirigidos de manera conjunta por la Administración, por los trabajadores del servicio, a través de delegados elegidos democráticamente, y por las organizaciones sindicales. De esta forma se garantizaría un mejor funcionamiento de estos servicios, invirtiendo en nuevas prestaciones y en más seguridad.
Colapso en Cercanías de Renfe...
El viernes 3 de agosto un colapso de toda la red de Cercanías en Barcelona dejó atrapados a 600 pasajeros dentro de un convoy durante más de dos horas, con las puertas cerradas y sin aire acondicionado. Finalmente fueron rescatados por los bomberos, que consiguieron que se abrieran las puertas y salieron a pie a través del túnel hasta la estación. Este fue un incidente más de los muchos que se están produciendo estos últimos meses en la red de Cercanías de Renfe. La gente, indignada, se quejaba, entre otras cosas, de la falta de información. Después de dos horas sin ningún tren, medio millar de usuarios reclamaban información sobre como llegar a su destino. ¿Dónde estaban los autobuses que deberían haber sustituido a los trenes? En ningún lugar. Todos estos hechos han puesto en la picota a la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, que no ha podido esconder su propia responsabilidad en la falta de previsión y en la falta de medios para atender una situación que era previsible por el alcance de las obras del AVE en curso.
Ahora la derecha, CiU y el PP, explotan la prepotencia de la ministra de Fomento para erosionar el gobierno de Zapatero, escondiendo su propia responsabilidad en la falta de inversiones suficientes en la red de cercanías durante los años que gobernaron. En el caso del PP no podemos olvidar el accidente de metro de Valencia, en el que se produjeron 43 muertos. Todo por no haber invertido en un sistema de prevención que hubiera evitado el choque de trenes. Aún así, la actuación del Ministerio de Fomento es completamente inadmisible. Un gobierno de izquierdas no debería poner nunca el AVE por delante del servicio de cercanías, que es lo que se ha hecho. El AVE en un año no tendrá más pasajeros que la red de cercanías de Barcelona en una semana.
...y colapso en la AP-7
El pasado sábado 4 de agosto se formaron colas de 75 kilómetros en la autopista de peaje entre Barcelona y Tarragona. Sólo después de cerca de seis horas de colapso, el gobierno de la Generalitat ordenó a la concesionaria, ACESA, que levantara las barreras. Otra vez la gente explotó indignada. Todo el mundo sabe que esta autopista es un embudo. El tráfico ha aumentado un 16% en cinco años. ACESA tiene la concesión desde hace más de 20 años, pero ha sido incapaz de hacer un tercer carril en el tramo de Vilafranca a Tarragona. Eso sí, los peajes no han parado de incrementarse y ACESA, que pertenece a La Caixa, vacía los bolsillos de los que no tienen otra alternativa que pasar con total impunidad. A menudo se habla desde el gobierno de la Generalitat o desde la oposición del rescate de los peajes. Es decir, de pagar con dinero público (dinero obtenido principalmente de las familias trabajadoras) indemnizaciones a las concesionarias para quitar determinados peajes. Lo que debería hacer el gobierno de Montilla es hacer públicos los datos, mostrar los beneficios fabulosos que está obteniendo ACESA con la concesión de las autopistas... y no haría falta dar ninguna explicación más. ¡Fuera peajes, sin indemnización a las concesionarias! ¡Demasiado que nos han esquilmado ya!
El problema en estas compañías no radica en que tengan la E de España (RENFE, Aena, Endesa...) como ha dicho este verano Carod-Rovira. El mal funcionamiento, la falta de inversión, el afán de exprimir a los usuarios atrapados como rehenes de auténticos monopolios... esto tiene que ver con el capitalismo.