Hay dos líneas generales que definen la situación política en Catalunya y que van de la mano: un aumento palpable de las consecuencias sociales de la crisis económica y un incremento del divorcio a todos los niveles entre la política oficial y el sentir general de la población. La falta de una política que beneficie a los trabajadores por parte de los partidos de izquierda y las respuestas tímidas de los sindicatos a los ataques de la patronal hacen que todo este descontento no se canalice. En esta situación factores accidentales ponen en evidencia el malestar latente. Este ha sido el caso de las consecuencias desastrosas de la nevada de marzo y la muerte de cinco bomberos en julio del año pasado en Horta de Sant Joan en un incendio y las conclusiones de la comisión de investigación sobre los hechos.
Hay dos líneas generales que definen la situación política en Catalunya y que van de la mano: un aumento palpable de las consecuencias sociales de la crisis económica y un incremento del divorcio a todos los niveles entre la política oficial y el sentir general de la población. La falta de una política que beneficie a los trabajadores por parte de los partidos de izquierda y las respuestas tímidas de los sindicatos a los ataques de la patronal hacen que todo este descontento no se canalice. En esta situación factores accidentales ponen en evidencia el malestar latente. Este ha sido el caso de las consecuencias desastrosas de la nevada de marzo y la muerte de cinco bomberos en julio del año pasado en Horta de Sant Joan en un incendio y las conclusiones de la comisión de investigación sobre los hechos.
La importante nevada que cayó entre los días 8 y 9 de marzo colapsó totalmente Barcelona y dejó a oscuras una buena cantidad de municipiosde la provincia de Girona. Podría ser comprensible que un fenómeno meteorológico de esta magnitud causara ciertos problemas de tráfico o algún incidente en las comunicaciones. Pero esa no es la cuestión. El hecho es que la nevada dejó sin electricidad durante una semana diversas zonas de Girona. La nieve acumulada destrozó docenas de torres de electricidad que no soportaron el peso. La causa última es la falta crónica de inversión de las empresas eléctricas (antes públicas y ahora privadas) como Fecsa-Endesa, REE, etc. Esta situación recuerda el apagón que se produjo en Barcelona en el año 2007 y que dejó la ciudad alimentada con generadores durante meses.
Las privatizaciones, auténtica causa del desastre
Una vez más queda a las claras la mentira de que la privatización y la supuesta competencia entre empresas de un mismo sector supone una mejora de las prestaciones y un descenso de los precios. En realidad, ni una cosa ni otra. Como en muchos otros sectores la privatización ha supuesto una desidia escandalosa en el mantenimiento de las infraestructuras básicas y un incremento constante del precio de los servicios, superior al IPC.
Por supuesto, los beneficios de estas empresas privadas no han recaído en los trabajadores de éstas que, como en todos lados, han visto decrecer su poder adquisitivo, empeorar sus condiciones laborales al mismo tiempo que se iniciaba el absurdo de las subcontratas que crean un organigrama de empresas que nadie sabe al final quién es el responsable. Es sencillo comprobarlo simplemente llamando a información de cualquier empresa de telefonía.
Las impresionantes ganancias han hinchado los bolsillos de los empresarios que ven la reinversión de sus beneficios en mejoras en la infraestructura como un sinsentido cuando pueden meter ese dinero en cualquier burbuja especulativa. Sobre todo cuando el Estado, a través de su organismo responsable, la Comisión Nacional de la Energía, se limita a abrir un expediente informativo cada vez que unas condiciones adversas hacen que la red eléctrica se derrumbe. Las leyes, comisiones de control y sanciones son fácilmente burladas o simplemente se cuantifican entre los gastos como uno más, una especie de tarifa plana que las empresas se acostumbran a pagar. Luego, ¿para qué preocuparse?
Indignación de la población
El apagón ha provocado la ira de los vecinos y muchos municipios hanempezado a rebelarse. Algunos alcaldes han cambiando de compañía, otros no han pagando la factura hasta que se compensen las pérdidas y algunos incluso han pedido la nacionalización de la red eléctrica.
Creemos que esta demanda es correcta. No puede ser que empresas que tienen en su propiedad y bajo su responsabilidad el mantenimiento de estructuras estratégicas sigan en manos privadas. Esta es la situación de las redes eléctricas pero no es muy diferente a otras empresas que antes eran estatales y ahora son privadas: Telefónica, Argentaria, Seat... Los sindicatos y los partidos de izquierda deben exigir por tanto la renacionalización de estas empresas bajo control obrero para que den un buen servicio, tengan una buena infraestructura acorde a las necesidades sociales, y los trabajadores, bajo una empresa matriz única, tengan condiciones dignas. Además, todos los beneficios se pueden destinar a bajar precios y a reinvertir en otros sectores de interés social, por ejemplo, el cuerpo de bomberos.
El incendio de Horta de Sant Joan
El pasado mes de julio un incendio en la localidad de Horta de Sant Joan (Tarragona) acabó con la vida de cinco bomberos de la Generalitat. La causa fue la falta de medios y la descoordinación que, en última instancia, es la misma razón pues para todo esto hace falta presupuesto. Hace pocos días se cerró la comisión que la Generalitat abrió para investigar lo sucedido y depurar responsabilidades. No se han depurado y el tripartit, responsable político de esta situación por su continuismo con el periodo de CIU, se ha "absuelto" de ésta. Esta comisión ha servido esencialmente para que la oposición (CIU, PP y Ciutadans) acosaran al tripartit utilizando a los bomberos que participaron en la extinción del incendio y los documentos sonoros de las víctimas para generar un intenso ambiente emocional. Los bomberos, por su parte, ya se han quejado de la politización de la comisión, léase del uso de sus emociones para que los partidos saquen tajada electoral.
La comisión obviamente no ha depurado ninguna responsabilidad política y ha concluido con unas 60 propuestas entre las que incluyen dotar de cámaras a los helicópteros, de GPS a cada bombero, entrenamientos conjuntos de diferentes cuerpos, más coordinación, etc. Los jefes de bomberos no han tardado en decir que todo esto está muy bien excepto que no hay presupuesto para llevarlo a termino y que no han contado con ellos que son los que saben del tema a la hora de proponer cambios y mejoras.
¿No hay dinero? Sí, sí hay. Está en los bancos, en la Bolsa, en los paraísos fiscales donde van a llevar sus ganancias los especuladores (y los ladrones como Roldán) y en las cuentas de las multinacionales. Pero no para comprar GPS o cámaras (un GPS comprado al minorista vale menos de 100 euros).
A cada paso se hace más patente la incompatibilidad entre los intereses privados de los empresarios y banqueros y la necesidad de que los recursos de la sociedad sean gestionados democrática y racionalmente por la mayoría. La crisis económica acentúa el desbarajuste habitual del capitalismo y cada vez habrá más accidentes que expresen el absurdo de la lógica del "libre mercado".
La importante nevada que cayó entre los días 8 y 9 de marzo colapsó totalmente Barcelona y dejó a oscuras una buena cantidad de municipiosde la provincia de Girona. Podría ser comprensible que un fenómeno meteorológico de esta magnitud causara ciertos problemas de tráfico o algún incidente en las comunicaciones. Pero esa no es la cuestión. El hecho es que la nevada dejó sin electricidad durante una semana diversas zonas de Girona. La nieve acumulada destrozó docenas de torres de electricidad que no soportaron el peso. La causa última es la falta crónica de inversión de las empresas eléctricas (antes públicas y ahora privadas) como Fecsa-Endesa, REE, etc. Esta situación recuerda el apagón que se produjo en Barcelona en el año 2007 y que dejó la ciudad alimentada con generadores durante meses.
Las privatizaciones, auténtica causa del desastre
Una vez más queda a las claras la mentira de que la privatización y la supuesta competencia entre empresas de un mismo sector supone una mejora de las prestaciones y un descenso de los precios. En realidad, ni una cosa ni otra. Como en muchos otros sectores la privatización ha supuesto una desidia escandalosa en el mantenimiento de las infraestructuras básicas y un incremento constante del precio de los servicios, superior al IPC.
Por supuesto, los beneficios de estas empresas privadas no han recaído en los trabajadores de éstas que, como en todos lados, han visto decrecer su poder adquisitivo, empeorar sus condiciones laborales al mismo tiempo que se iniciaba el absurdo de las subcontratas que crean un organigrama de empresas que nadie sabe al final quién es el responsable. Es sencillo comprobarlo simplemente llamando a información de cualquier empresa de telefonía.
Las impresionantes ganancias han hinchado los bolsillos de los empresarios que ven la reinversión de sus beneficios en mejoras en la infraestructura como un sinsentido cuando pueden meter ese dinero en cualquier burbuja especulativa. Sobre todo cuando el Estado, a través de su organismo responsable, la Comisión Nacional de la Energía, se limita a abrir un expediente informativo cada vez que unas condiciones adversas hacen que la red eléctrica se derrumbe. Las leyes, comisiones de control y sanciones son fácilmente burladas o simplemente se cuantifican entre los gastos como uno más, una especie de tarifa plana que las empresas se acostumbran a pagar. Luego, ¿para qué preocuparse?
Indignación de la población
El apagón ha provocado la ira de los vecinos y muchos municipios hanempezado a rebelarse. Algunos alcaldes han cambiando de compañía, otros no han pagando la factura hasta que se compensen las pérdidas y algunos incluso han pedido la nacionalización de la red eléctrica.
Creemos que esta demanda es correcta. No puede ser que empresas que tienen en su propiedad y bajo su responsabilidad el mantenimiento de estructuras estratégicas sigan en manos privadas. Esta es la situación de las redes eléctricas pero no es muy diferente a otras empresas que antes eran estatales y ahora son privadas: Telefónica, Argentaria, Seat... Los sindicatos y los partidos de izquierda deben exigir por tanto la renacionalización de estas empresas bajo control obrero para que den un buen servicio, tengan una buena infraestructura acorde a las necesidades sociales, y los trabajadores, bajo una empresa matriz única, tengan condiciones dignas. Además, todos los beneficios se pueden destinar a bajar precios y a reinvertir en otros sectores de interés social, por ejemplo, el cuerpo de bomberos.
El incendio de Horta de Sant Joan
El pasado mes de julio un incendio en la localidad de Horta de Sant Joan (Tarragona) acabó con la vida de cinco bomberos de la Generalitat. La causa fue la falta de medios y la descoordinación que, en última instancia, es la misma razón pues para todo esto hace falta presupuesto. Hace pocos días se cerró la comisión que la Generalitat abrió para investigar lo sucedido y depurar responsabilidades. No se han depurado y el tripartit, responsable político de esta situación por su continuismo con el periodo de CIU, se ha "absuelto" de ésta. Esta comisión ha servido esencialmente para que la oposición (CIU, PP y Ciutadans) acosaran al tripartit utilizando a los bomberos que participaron en la extinción del incendio y los documentos sonoros de las víctimas para generar un intenso ambiente emocional. Los bomberos, por su parte, ya se han quejado de la politización de la comisión, léase del uso de sus emociones para que los partidos saquen tajada electoral.
La comisión obviamente no ha depurado ninguna responsabilidad política y ha concluido con unas 60 propuestas entre las que incluyen dotar de cámaras a los helicópteros, de GPS a cada bombero, entrenamientos conjuntos de diferentes cuerpos, más coordinación, etc. Los jefes de bomberos no han tardado en decir que todo esto está muy bien excepto que no hay presupuesto para llevarlo a termino y que no han contado con ellos que son los que saben del tema a la hora de proponer cambios y mejoras.
¿No hay dinero? Sí, sí hay. Está en los bancos, en la Bolsa, en los paraísos fiscales donde van a llevar sus ganancias los especuladores (y los ladrones como Roldán) y en las cuentas de las multinacionales. Pero no para comprar GPS o cámaras (un GPS comprado al minorista vale menos de 100 euros).
A cada paso se hace más patente la incompatibilidad entre los intereses privados de los empresarios y banqueros y la necesidad de que los recursos de la sociedad sean gestionados democrática y racionalmente por la mayoría. La crisis económica acentúa el desbarajuste habitual del capitalismo y cada vez habrá más accidentes que expresen el absurdo de la lógica del "libre mercado".