El gobierno de Artur Mas continúa con su afán de ser el primero de la clase en cuanto a los recortes en los dos pilares fundamentales del Estado del Bienestar: sanidad y educación. En el nuevo recorte anunciado el 15 de mayo, el gobierno de CiU pretende recortar 1.500 millones de euros más en el presupuesto catalán de 2012.
Los 1.500 millones salen de ingresos por privatizaciones, se prevé ingresar 800 millones de euros por privatizar empresas públicas como Aigües Ter-Llobregat, encargada de la gestión y depuración de agua, o de establecer nuevas tasas como en la FP de grado superior (360 euros de matrícula por alumno y curso). La Generalitat también pretende recortar la aportación a las escoles bressol (guarderías públicas) y a las escuelas de música y arte. En las escoles bressol el recorte será de 300 euros por plaza más los recortes que muchos ayuntamientos están llevando. En Barcelona, por ejemplo, el ayuntamiento ha presentado un decreto para externalizar las guarderías, aumentar las ratios y reducir las horas de apoyo.
Pero los planes de recortes de CiU no acaban aquí. Hay más: anulación de subvenciones, recortes de plantilla, aumento de horas lectivas del profesorado en la enseñanza (que implica el despido de miles de profesores interinos), supresión de complementos retributivos… Medidas que se contemplan para este año y para los dos próximos, como mínimo. Recortes que llegan hasta los colectivos más necesitados. Un ejemplo es el cierre de dos centros juveniles, que dependen de Justicia: el centro Els Til·lers, de Mollet del Vallès, que acoge a 62 jóvenes, y el de Montilivi, Girona, que acoge a otros treinta.
CiU y pacto fiscal
Mientras lleva a cabo el tercer plan de recortes en el gasto social, el gobierno de CiU pretende distraer la atención culpando a Madrid de los recortes, como si no hubiera una sintonía total entre el PP y CiU en cuanto a la política de hacer pagar los platos rotos de la crisis a la clase trabajadora y a la gran mayoría de la población. Todos hablan de la “necesidad” del pacto fiscal, de la “hacienda propia”, de que es necesario tener la “llave de la caja”. Pero todo esto no es más que una cortina de humo para ocultar que son ellos, principalmente, los responsables de la política de recortes en Catalunya desde que llegaron al gobierno.
CiU ha apoyado sin fisuras los ataques que el PP ha planteado. Y no sólo esto, sino que está a la cabeza y ha sido avanzadilla de determinados ataques, como en el recorte salarial de los empleados públicos (un 5% en 2012, que se mantendrá por dos años más), el copago sanitario (con el euro por receta), o proponiendo el incremento del 66% de las tasas universitarias que el ministro Wert ha asumido.
Ante este ataque brutal a la sanidad, la educación pública, a los servicios públicos más elementales y necesarios, la única fortaleza de CiU es la ausencia de una oposición fuerte y coherente. El Nou PSC de Navarro se opone de boquilla a los recortes, pero luego tiende la mano a CiU para llegar a acuerdos “que alejen a Artur Mas del PP”. ERC, por su parte, también sigue ofreciéndose a CiU como alternativa al PP para un pacto de gobierno “soberanista”. En un momento determinado, a CiU le puede interesar cambiar de socio, sobre todo de cara a representar el papel de “enfrentarse a Madrid”. Pero, ¿va a cambiar sustancialmente su política de recortes sociales por un pacto con ERC o PSC? Ni mucho menos.
Iniciativa per Catalunya, aunque se opone a los recortes, está apoyando a Artur Mas en el pacto fiscal. Más allá de que el dinero obtenido de una mejora de la financiación, en manos de CiU iría a los bolsillos del capital financiero, es inaudito que Iniciativa, ERC o el PSC se planteen siquiera la posibilidad de acuerdos en medio de esta guerra declarada a todas las conquistas sociales por parte de CiU y el PP.
Movilización permanente
La gran mayoría de la sociedad catalana ha demostrado en muchas ocasiones su disposición a luchar en contra de los recortes en sanidad y educación. Desde hace más de un año hay una situación de movilización permanente en Catalunya. Si durante el verano y el otoño pasado era la sanidad el sector que estaba más en la calle, después de navidades ha sido la educación quien ha tomado el relevo: la Marea Groga se ha extendido por colegios e institutos donde profesores, padres y estudiantes participan en asambleas, debates, encierros… Las escoles bressol lanzaron tres días de huelga el 8, 9 y 10 de mayo. La universidad está en ebullición: estudiantes y profesores protagonizaron una huelga muy masiva el pasado 29 de febrero, el 3 de mayo hubo otra importante huelga de estudiantes, sobre todo de las carreras de letras. En la UAB, la facultad de filosofía y letras estuvo más de una semana de huelga a finales de marzo y actualmente el campus de la UB en Mundet está en huelga indefinida contra la subida de tasas, con el apoyo de los profesores.
No es casualidad el tremendo éxito de la huelga general de todos los sectores educativos del 22 de mayo, con un seguimiento muy importante en el profesorado, secundada masivamente por los estudiantes de todas las etapas y con manifestaciones tremendas como la de Barcelona que tuvieron su réplica en numerosas manifestaciones y concentraciones locales esa misma tarde.
Pero también otros sectores están en la calle. Por ejemplo, a raíz del 15-M, trabajadores jubilados que no participaban en movilizaciones desde hacía 30 años han vuelto a la lucha. Son los yayoflautas, muchos de ellos antiguos militantes del PSUC, que se han fusionado en los barrios obreros con los activistas del 15-M y que, incluso, se han convertido en un motor fundamental de las movilizaciones en defensa de los equipamientos sociales que se están eliminando. Otro ejemplo ilustrativo es la cacerolada que se celebra todos los días desde el 15 de mayo en la sede central de La Caixa en Barcelona (Occupy Mordor, se llama). El impacto ha sido tan grande que La Caixa ha retirado su publicidad de los medios de comunicación que sacan noticias sobre la cacerolada y ha tapado con una lona su logo en el edificio para que no salga en las fotos y vídeos que circulan por Internet. También ha sido significativo el seguimiento que ha tenido el movimiento contra el pago de peajes en las autopistas. El 21 de mayo, el Servei Català de Trànsit había recibido ya 24.173 denuncias de las empresas concesionarias de autopistas contra los usuarios que no han pagado peajes.
La represión desplegada por la Generalitat (encarcelando estudiantes universitarios y a la responsable de organización de la CGT durante varias semanas, compra de material antidisturbios, página web con fotos para delatar a “violentos”, etcétera) es una demostración de que la clase dominante está muy preocupada y que también se prepara para un auge de la lucha de clases. Lejos de amedrentar, la actuación de los Mossos d’Esquadra aumenta la indignación de la clase obrera y la juventud.
Crisis en los sindicatos
Y con este ambiente tan electrizante, ¿qué están haciendo los sindicatos? Muchos profesores se quejaron de que la huelga del 22 la tenían que haber convocado mucho antes. Al menos convocaron, porque con respecto a la reforma laboral, después de la huelga general del 29 de marzo lo más importante que CCOO y UGT han convocado ha sido ¡una manifestación nocturna con antorchas!
Es muy sintomática la reciente dimisión del secretario general de CCOO de la comarca del Barcelonès, que incluye Barcelona, L’Hospitalet, Badalona, Santa Coloma y Sant Adrià. En la carta que envió a los afiliados, Ángel Crespo, entre otras cosas, plantea: “se necesita una corrección estratégica en coherencia con el lema que convocó la Huelga General ‘Quieren acabar con todo’, siendo imprescindible planificar y continuar con el proceso de movilización iniciado” y “Se centralizan y concentran las decisiones en manos de unos pocos. (...) y se produce una deriva autoritaria con gestoras, expulsiones y sanciones, a base de interpretar torticeramente los estatutos, ante cualquier conflicto o discrepancia, sin valorar los costos sindicales que se pueden derivar” (subrayados señalados por él).
Esta dimisión revela las luchas internas que existen dentro del aparato de los sindicatos. Las tareas del momento chocan estrepitosamente con una estructura burocrática llena de elementos ajenos a la clase obrera. Estos elementos llegan incluso a boicotear huelgas convocadas por los mismos sindicatos con argumentos propios de los sectores más atrasados de la clase obrera. Ese ambiente en el aparato cada vez choca más con las necesidades de los delegados, afiliados y del movimiento obrero en general. CCOO y UGT tienen la obligación de unificar todos los sectores en lucha y dotar al movimiento de una estrategia. Fuerza hay (recordemos que para la huelga general del 29M CCOO reconoció que sólo en Catalunya habían participado más de 20.000 piquetes), lo que falta es una estrategia de lucha: un plan en ascenso, que unifique, que extienda aún más la movilización, que fomente la participación democrática. Debemos construir una corriente de izquierdas en el seno de los sindicatos que agrupe a todos los delegados y afiliados que apuestan por un sindicalismo de clase y combativo, imprescindible para hacer frente a los ataques que estamos sufriendo.