El 25 de noviembre se celebrarán elecciones anticipadas en Catalunya. Con la utilización cínica y demagógica de los sentimientos democrático nacionales de millones de catalanes, CiU pretende el 25-N renovar y fortalecer su gobierno, y afrontar en mejores condiciones un más que previsible incremento de la contestación social.
Jordi Évole.— ¿En ese nuevo Estado, quitarán ustedes los peajes de las autopistas?
Artur Mas.— No. (…)
JE.— ¿Los jubilados en ese nuevo Estado, volverán a tener los medicamentos gratis?
AM.— No. Tampoco. (…)
JE.— ¿Derogarán ustedes la reforma laboral y los despedidos volverán a cobrar 45 días por año trabajado?
AM.— No por los 45 días, pero haríamos una norma laboral bastante distinta de la que se ha hecho en el conjunto de España y bastante más moderna.
JE.— ¿Los catalanes nos volveremos a jubilar a los 65 años?
AM.— Creo que tampoco sería así (…)
JE.— Pues no me interesa mucho este nuevo Estado…
(Entrevista de Jordi Évole a Artur Mas, 21/10/12)
El 25 de noviembre se celebrarán elecciones anticipadas en Catalunya. Con la utilización cínica y demagógica de los sentimientos democrático nacionales de millones de catalanes, CiU pretende el 25-N renovar y fortalecer su gobierno, y afrontar en mejores condiciones un más que previsible incremento de la contestación social.
En una maniobra audaz, Artur Mas ha escenificado un giro hacia el “independentismo” con el fin de polarizar la campaña electoral en torno a la cuestión nacional y desviar la atención de toda la política antiobrera realizada por CiU durante estos dos años, en activa y abierta colaboración con el PP. La derecha catalana ha estado en la vanguardia de todo el Estado en materia de recortes de los gastos sociales y de la represión. Como consecuencia de ello, la movilización en la calle ha sido constante en Catalunya y el gobierno de CiU se encontraba ya bastante desgastado políticamente. Además, como fiel representante de los intereses de los banqueros y de los empresarios, el gobierno de Mas quiere abordar nuevos y más profundos recortes.
CiU, abanderada del expolio social
Toda la demagogia de CiU (que ha tenido a la dirección de ERC como comparsa) ha girado en torno a la consecución primero de un “pacto fiscal” y luego a hablar de un “Estado propio”, que termine con el “déficit” o “expolio fiscal”1 causa, según ellos, de la profundidad de la crisis económica y de los recortes en Catalunya. CiU pretende esconder su papel activo y autónomo en el proceso de demolición de las conquistas sociales de la clase obrera y eximir a los burgueses catalanes de su responsabilidad en la catastrófica crisis del sistema capitalista.
Si la burguesía catalana, en su disputa con el gobierno central, consiguiera más dinero, estos ingresos adicionales no repercutirán en absoluto en el bienestar de los trabajadores, estudiantes o pensionistas catalanes. Todo lo contrario: irían directamente a los bolsillos de los empresarios catalanes. ¿No es acaso lo que lleva haciendo CiU desde siempre?
Recientemente, la revista Cafè amb Llet destapaba el fraude existente en la red sanitaria privada-concertada de Catalunya (XHUP). Según la publicación, en plenos recortes, la XHUP recibe cada año de la Generalitat 1.900 millones de euros. En cada hospital, una parte nada despreciable de ese dinero se destina fraudulentamente al enriquecimiento de los dueños y gestores de estos hospitales sostenidos con dinero público2. No es ninguna casualidad que el conseller de Sanitat en funciones, Boi Ruiz, fuera el presidente de la patronal sanitaria. En el ámbito educativo sucede otro tanto.
En Catalunya no ha habido gobierno más empeñado en destruir las condiciones de vida de las masas catalanas que el presidido por Artur Mas. Detrás de la “defensa de Catalunya” con la que se llena la boca CiU, ésta lleva a la práctica un brutal expolio social.
CiU vincula su perspectiva de una Catalanya independiente y próspera con una imagen idealizada del capitalista catalán, como si se tratara de un emprendedor altruista interesado en el bienestar general de la población y desvinculado de las prácticas especulativas. Por supuesto que esta realidad es completamente falsa. De entrada, los sectores de la burguesía más ligados a la industria exportadora, que en Catalunya tienen un peso relativo mayor que en el resto del Estado, son los más empeñados en atacar los salarios y las condiciones laborales de los trabajadores catalanes.
Un ejemplo muy significativo de la verdadera cara del capitalismo catalán es el “Barcelona World”, un pelotazo urbanístico en el que La Caixa logra deshacerse de unos terrenos invendibles de la mano de un famoso especulador, Enrique Bañuelos. El burgués catalán industrial no dejó de especular en la burbuja inmobiliaria al igual que el empresario madrileño o murciano. De hecho, hay una fusión entre el industrial, el banquero y el especulador como nunca antes en la historia. ¿Acaso no ha tenido que ser intervenida Catalunya Caixa absolutamente podrida por sus negocios inmobiliarios? En Catalunya gobierna una verdadera oligarquía financiera que se enriquece a costa de las arcas públicas y sobreexplotando a los trabajadores. Podemos hacernos una idea de qué clase de Catalunya independiente tendríamos bajo su dominación.
El ‘Estado propio’ de CiU
En el propio programa de CiU, debajo de toda su envoltura patriótica, enseguida se ve su naturaleza clasista y antiobrera, con las tradicionales exigencias de la burguesía catalana para aumentar sus privilegios: un marco catalán de relaciones laborales, la gestión de las pensiones, cotizaciones e impuestos, la gestión de las aguas, de las infraestructuras, puertos, aeropuertos, ferrocarriles, el dominio sobre la universidad, su financiación, acceso y gobernanza… La pela és la pela.
Apostar por los convenios de empresa, vincular el paro a la asistencia de cursos o a realizar “trabajo social”, “profesionalizar” a los funcionarios, déficit cero, mano dura en la calle, contratos de prácticas para jóvenes que sean gratuitos para las empresas, más privatizaciones, endurecimiento del acceso a la universidad, apostar por la sanidad privada… Este es el verdadero programa de CiU. Un programa que nada tiene que envidiar al del PP.
Y en lo que respecta al “Estado propio” al que dice aspirar CiU, no sólo no representa ningún avance en el terreno social, como queda en evidencia, sino que refleja la total sumisión de la burguesía catalana al capital financiero y al imperialismo, y al propio ejército español. En la anteriormente citada entrevista con Évole, Mas explica que Catalunya no tendrá ejército propio, que lo que hará será “entenderse con alguien que tenga un ejército, sea España, sea Europa, sea la OTAN o quien sea y pagar lo que nos corresponde para nuestra protección y defensa”. A la pregunta “¿Quiere decir que por mucho que Catalunya acabe teniendo un Estado propio, o sea independiente, seguiremos dependiendo de Alemania?”, Mas responde escueta y claramente: “Evidentemente”.
La izquierda y las perspectivas electorales
La izquierda podría derrotar los planes electorales de CiU. Por un lado, la mayoría de la sociedad está en contra de los recortes, por otro, el sentimiento de rechazo de la población catalana a la sistemática ofensiva reaccionaria de la burguesía española y del PP contra sus derechos democrático nacionales no tendría por qué beneficiar a CiU si hubiese una alternativa de izquierdas consecuente también en el terreno de la cuestión nacional. El principal obstáculo de la izquierda, que en Catalunya ha tenido históricamente un peso electoral muy destacado, está en su propia dirección. CiU se beneficia de la crisis histórica de la socialdemocracia, de su descrédito, de su incapacidad para ofrecer ninguna alternativa a la crisis capitalista. También del hecho de que en el terreno sindical la respuesta de los dirigentes de CCOO y UGT a los ataques haya sido muy tibia. Son esos factores los que hacen que, por ahora, la maniobra de CiU esté teniendo éxito y que previsiblemente vuelva a ganar las elecciones.
El PSC no ha tocado fondo y todas las encuestas le auguran otro importante batacazo. Además, en la cuestión nacional el PSC está dividido y con posibilidades de escisión. En la dirección estatal del PSOE predominan posiciones cercanas a las del PP como las de Bono, Felipe González o el propio Rubalcaba. En el PSC, los “catalanistas” amenazan con romper el partido y la propuesta de su candidato, Pere Navarro, de un Estado federal no cuenta con ninguna credibilidad ya que ha sido vista como una respuesta electoralista ante las maniobras de CiU.
Iniciativa (coaligada con Esquerra Unida), aunque rechazan los recortes sociales y probablemente aumenten su apoyo electoral, ha seguido a CiU en su política nacionalista, renunciando a un punto de vista de clase e internacionalista: primero apoyaron el pacto fiscal a rebufo de CiU, haciéndose eco de las mentiras de la burguesía sobre un falso contenido social del mismo; luego, han votado en el Parlament la resolución que respalda la maniobra de la burguesía catalana sobre el derecho a decidir, que CiU sólo plantea como señuelo y no porque esté dispuesta a defender consecuentemente el derecho de autodeterminación. Son errores muy graves porque, en la práctica, han situado a Iniciativa dentro de un bloque “nacional” con CiU y ERC actuando como “muleta de izquierdas”.
En estas elecciones se presentan por primera vez las Candidaturas de Unidad Popular (CUP), que en las elecciones municipales consiguieron más de 60.000 votos. Para poder hacerlo juntaron cerca de 30.000 avales. Las CUP es la candidatura de la izquierda independentista, han rechazado públicamente los recortes y son críticos con CiU y sus maniobras. En estas elecciones pueden agrupar un importante número de votantes, sobre todo de jóvenes luchadores y activistas que ven en las CUP a una organización que no está implicada en la política burguesa. Sin embargo, su programa independentista les aleja de una parte importantísima de la clase obrera catalana que, al mismo tiempo que rechaza la demagogia españolista del PP, sí se siente profundamente vinculada con la clase obrera del resto del Estado, un vínculo forjado en décadas de combates sociales, antes, durante y después de la dictadura franquista.
La lucha sigue en la calle
Las maniobras de CiU no han evitado y no evitarán la lucha de clases. Lo confirma el amplísimo seguimiento de la huelga estudiantil convocada por el Sindicato de Estudiantes del 16, 17 y 18 de octubre, hombro a hombro con la juventud del resto del Estado. La huelga general del 14 de noviembre será una nueva prueba de la tremenda fuerza de la clase obrera. Además, el que la huelga general se convoque, por primera vez en la historia, de manera simultánea en varios países de Europa tiene una tremenda importancia. Los recortes y ataques son los mismos en Catalunya, el resto del estado, Portugal, Italia, Grecia, etcétera. Los trabajadores demandan la unidad en la lucha contra los ataques de los capitalistas, esa unidad que CiU y el nacionalismo burgués y pequeñoburgués tratan de romper.
Los marxistas defendemos el derecho a la autodeterminación, pero no formulamos ese derecho en abstracto, ni pensamos que defenderlo tenga que significar ir de la mano de CiU. El derecho a la autodeterminación para Catalunya tiene que estar necesariamente vinculado a la lucha contra los capitalistas, empezando por los capitalistas catalanes, que como está haciendo ahora CiU, tratan de engañar y dividir a la clase obrera. En estas elecciones hay que votar a la izqueirda para cerrar el paso a CiU, pero está claro que votar es completamente insuficiente. Hay que luchar y organizarse para defender un programa para la transformación socialista de la sociedad, una sociedad liberada del peso muerto del capitalismo y la única alternativa real a la opresión nacional y de clase.
1. Diferencia entre los impuestos que se recaudan en Catalunya y lo que la Generalitat recibe del Estado central para afrontar sus gastos.
2. www.cafeambllet.com/press.