erc_ciu_pactoTras el batacazo electoral de CiU, ha sido finalmente ERC la que ha salvado los muebles a Artur Mas, llegando a un acuerdo de gobierno. En la negociación, ERC se ha comprometido a apoyar al nuevo gobierno de Mas y sus presupuestos a cambio de toda una serie de subidas de impuestos y de que en 2014 se celebre la consulta sobre el futuro de Catalunya, “con la excepción de que el contexto socioeconómico y político requiriese una prórroga”, según reza el documento del acuerdo. Sin embargo, la naturaleza profundamente antisocial y antidemocrática del nuevo gobierno de CiU no ha cambiado para nada.

 

Recortes inmediatos y salvajes

La formulación de la consulta del 2014 no es una casualidad. En cualquier circunstancia CiU y ERC podrán aplazar su celebración. De momento, la perspectiva de su convocatoria le viene muy bien a CiU para desviar la atención de su política social y para ERC la concreción de la fecha era muy importante, aunque fuera así de condicional, para poder justificar los presupuestos como unos “presupuestos de transición hacia la independencia”.
A pesar de los nueve nuevos impuestos, se admite que de los 4.000 millones de euros de recortes para 2013 que anunció el Govern justo después de las elecciones, 3.000 millones son “inevitables”. Además, la recaudación de esas nuevas tasas dependerá de la evolución de la economía, que sigue anclada en la depresión, así que es muy probable que tras el recorte de 3.000 millones de euros nuevos ataques se sucedan en la educación, la sanidad públicas, las condiciones laborales de los funcionarios y las empresas públicas .

Pocos cambios en la composición del gobierno

Además, sólo hay que echar un vistazo a la composición del nuevo gobierno para comprobar que el cacareado “giro social” del gobierno que supuestamente ha conseguido ERC se queda en nada: Boi Ruiz e Irene Rigau, responsables de los salvajes recortes que han sufrido la sanidad y la educación pública respectivamente, se mantienen en sus cargos. El nefasto Felip Puig, responsable de la brutalidad policial de los Mossos, continúa en el Govern, aunque en otro departament. Su sustituto en Interior, Ramon Espadaler, es un conocido reaccionario de Unió. Sin olvidar que el cerebro de la política económica del anterior Govern, Andreu Mas-Colell, se mantiene al frente de Economía y aumenta su peso político dentro del nuevo ejecutivo. Las palabras de Artur Mas acerca de un giro social, o la búsqueda del bienestar social es pura demagogia. Los dirigentes de ERC son los responsables de que CiU pueda continuar enmascarándose como la defensora de los intereses de toda Catalunya.

La izquierda ante
el nuevo gobierno

Aunque el PSC ha votado en contra de la investidura de Artur Mas —con los votos de ERC era suficiente—, Pere Navarro ha tendido la mano a un futuro acuerdo con CiU, en aras de la “unidad nacional”. Los puentes entre CiU y el PP tampoco están del todo rotos, aunque pueda parecer lo contrario. De hecho, finalmente ERC no ha exigido a CiU que rompiese sus acuerdos con el PP en la diputación de Barcelona, en Badalona o en otros ayuntamientos.
El gobierno de CiU apoyado por ERC va a estar sacudido por la crisis, los recortes y la respuesta social en la calle, lo que inevitablemente traerá más inestabilidad. Las muletas de CiU, por desgracia, se encuentran en la izquierda. Los sindicatos siguen tendiendo la mano a CiU para alcanzar un acuerdo social. En las cúpulas de los sindicatos existen muchos vínculos con la burguesía que presionan hacia el acuerdo: la consellera de Bienestar Social, dirigente de Convergència es también dirigente de la UGT, hasta 2010 secretaria de Política Institucional del sindicato.
No es casualidad que, mientras en Madrid se ha visto una movilización histórica de la sanidad pública contra la privatización, en Catalunya los sindicatos han evitado dar cualquier respuesta unificada, a pesar de que en varios hospitales (Sant Pau, Parc Taulí, Clinic…) sus trabajadores protagonizaron encierros durante estas Navidades.

Un gobierno débil

Además, los constantes ataques del PP en el terreno nacional son utilizados por CiU para otorgarse una aureola progresista que no tienen. Los ataques del ministro Wert al catalán permitieron a la consellera Rigau presentarse como una férrea defensora del idioma cuando con su gestión en el Departament d´Educació la enseñanza pública ha sufrido el mayor retroceso de todo el Estado. Artur Mas convocó una cumbre de partidos en defensa de la inmersión lingüística y tanto el PSC y ERC como ICV olvidaron la política educativa de CiU para arropar al Govern. Lo mismo está sucediendo con el derecho a decidir. Las CUP, que con un discurso marcadamente de izquierdas han denunciado de forma bastante clara y rotunda la política social de CiU, así como el apoyo dado por ERC a Mas, han defendido sin embargo un frente común con CiU en la cuestión lingüística y han tendido la mano a Mas para conseguir la autoderminación, lo cual nos parece un grave error. CiU es el representante de la dictadura financiera mundial en Catalunya. ¿Qué clase de autodeterminación puede venir de manos de esta gente?
La perspectiva para Catalunya, como para el resto del Estado, es de intensificación de la lucha de clases y el gobierno de Mas seguirá desgastándose, como en la anterior legislatura. De hecho, si todos los partidos cuyos dirigentes se denominan de izquierda negasen cualquier tipo de apoyo a CiU, directo o indirecto, el gobierno de Mas caería inmediatamente, lo cual constituiría un paso muy importante en la lucha contra los recortes sociales en Catalunya y en el resto del Estado.

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