Las extraordinarias movilizaciones en Catalunya en defensa del derecho a decidir y contra el encarcelamiento de los presos políticos y la aplicación del 155 por parte del bloque españolista y reaccionario formado por el PP-Ciudadanos y el PSOE son una auténtica inspiración para el pueblo vasco. Como su ejemplo demuestra, solo la movilización de masas puede parar al PP y hacer saltar por los aires los acuerdos entre PNV, PP y PSOE que - también aquí en Euskal Herria - condenan a la mayoría.
En la manifestación celebrada en Bilbao el 4 de noviembre a iniciativa de la mayoría sindical, EH-Bildu, GureEskuDago y otros colectivos sociales incidieron en que no se podía pretender hablar en defensa del pueblo de Catalunya y apoyar y gobernar con los que les reprimen. Como se difundió en el manifiesto leído al final de la manifestación “ante decisiones propias de un Estado antidemocrático resulta inaceptable mantener, también en Euskal Herria, cualquier normalidad institucional y acuerdos políticos de primer orden con cualquiera de esas tres fuerzas políticas (PP, PSOE y Ciudadanos)”. La dirección del PNV se dio por aludida al proclamar a los cuatro vientos que dicha manifestación era anti-PNV cargando contra la plataforma GureEskuDago donde ellos participan, demostrando una vez más que el partido de la burguesía vasca no está en absoluto dispuesto a romper su política de alianzas ni dentro ni fuera de Euskal Herria.
El PNV cómplice de los recortes y la represión franquista del PP
Mientras los dirigentes del PNV visitaban Catalunya y hacían declaraciones a favor del Procés en la prensa e incluso asistiendo, de forma oportunista, a manifestaciones, por otro lado actuaban junto al PSOE como uno de los principales arietes del PP contra el pueblo catalán. Pero si algo no se le puede achacar a la burguesía vasca es que no haya sido solidaria con la burguesía catalana. Y es que Urkullu se encontraba entre los suyos en las reuniones con los empresarios catalanes que veían con terror el levantamiento popular en Catalunya y buscaban la forma de acabar con la movilización. Mucho más cómodo que posicionándose con el pueblo que votó por la república catalana y salió a las calles para que se llevase a la práctica su legítima decisión, desde luego. Urkullu no solo se ha negado a defender consecuentemente el derecho a decidir en Euskal Herria, sino que además fue el primero en cuestionar la validez del referéndum del 1 de octubre y emplearse a fondo para tratar de evitar que se declarase la DUI . Fue también Urkullu el encargado de intentar convencer a Puigdemont para que acatase la legalidad española y convocase elecciones anticipadas. El PNV no ha estado del lado de quienes han defendido con todas las consecuencias el derecho a decidir, sino que ha estado del lado de los más de 2000 banqueros y empresarios que han chantajeado y abandonado al pueblo de Catalunya y que no han dudado en seguir a pies juntillas al Partido Popular.
Diga lo que diga en sus declaraciones públicas el PNV ha optado por acatar el 155 a pesar de que es una grave amenaza y un grillete más para evitar la aplicación de políticas que cuenten con una mayoría en dichas instituciones pero que no sean del agrado del gobierno del PP. La razón de que el PNV esté actuando así estriba en que defiende a ultranza los intereses de la burguesía vasca y su cuota de participación en el mercado español donde vende el 40% de sus productos. Además al PNV le va muy bien utilizar las leyes estatales del PP y del PSOE: las reformas laborales, la ley mordaza, el techo de gasto para garantizar el pago de los intereses de la deuda a los bancos etc como excusa para implementar recortes sociales y aumentar sus beneficios a costa de la clase trabajadora y de la mayoría del pueblo vasco.
Los derechos se conquistan en las calles
Frente al Procés, el PNV ha levantado la bandera de “la vía vasca” que se concreta en la recién creada ponencia sobre autogobierno impulsada por el PNV en el parlamento vasco con el apoyo de Elkarrekin-Podemos que defienden un derecho a decidir acordado con el Estado y que está condenada de antemano al fracaso como ha quedado demostrado en Catalunya. Dicha comisión no tiene otro objetivo para el PNV que ganar tiempo y alejar a Euskal Herria de que pueda darse algo parecido al levantamiento del pueblo catalán, garantizando de esta forma la estabilidad del gobierno del PP en el gobierno central. Dicha ponencia tiene el mismo peso político que la mesa para la reforma constitucional pactada entre el PP y Pedro Sánchez, es decir ninguno. Las maniobras parlamentarias son incapaces de frenar la vuelta al centralismo, la represión y las imposiciones franquistas. Esa es la gran lección de los acontecimientos en Catalunya. No se logra ningún avance serio en las instituciones que no se haya ganado previamente en la calle.
“Todos estáis avisados” declaró el portavoz popular Rafael Hernando, “habrá otros 155 contra el independentismo en cualquier momento, en Catalunya u otros territorios”. Dijo amenazante: “Ya hemos desarrollado el artículo y sabemos cómo aplicarlo y ya se conocen sus consecuencias”. Para ilustrarlo Hacienda ha intervenido las cuentas del Ayuntamiento de Madrid controlando la caja y cortando a cualquier posibilidad de que el gobierno de Manuela Carmena pueda llevar a cabo cualquier pequeño avance que vaya en la línea de políticas de carácter más social.
Ha habido amenazas también de aplicación del 155 por parte de Alfonso Alonso que advirtió de que en Euskadi hay los “mismos ingredientes “ para llegar a la “misma situación” que en Catalunya , La presidenta del PP Navarro, Ana Beltrán, aseguró que “hay pruebas más que evidentes para pensar que el Gobierno Foral” - con la presidenta Barkos a la cabeza - “quiere que Navarra desaparezca y se convierta en una provincia más del País Vasco”, afirmando que la actuación del Govern en Cataluña se puede extrapolar a Navarra: “ambos gobiernos pretenden que una minoría aplaste a una mayoría no nacionalista”. Incluso Castilla - La Mancha ha sido amenazada con el 155. José Julián Gregorio, del PP, amenazó al presidente de la comunidad, el Delegado del Gobierno, Emiliano García-Page del PSOE con activar el 155 para poner “en vereda” el gobierno de coalición con Podemos. Y eso por defender la jornada de 35 horas a los funcionarios y negarse a retirar la tarjeta sanitaria a los inmigrantes.
Si bien la política represiva del PP ha dado un salto de gigante en los últimos meses en Catalunya, lo cierto es que esto no es una gran novedad en Euskal Herria. Los jóvenes de Altsasu - Oihan Arnanz, Jokin Unamuno y Adur Ramirez de Aldaque - llevan ya un año en la cárcel acusados de terrorismo por una trifulca en una noche en las fiestas de la localidad navarra. A los muchos de estos casos y a la saña contra los presos gravemente enfermos como Ibon Iparragirre, cuya vida corre un gran peligro en la cárcel, se les unen ahora los presos políticos catalanes, los jóvenes y sindicalistas presos en aplicación de la Ley Mordaza mientras que los corruptos del PP siguen como si nada.
Todas estas causas son parte del mismo origen: un aparato del Estado heredado del franquismo y sus defensores, la clase dominante española, vasca y catalana que han hecho un frente común. Sólo la unidad en la lucha del conjunto de la clase trabajadora uniendo la defensa de los derechos sociales con la lucha por los derechos democráticos de las nacionalidades oprimidas del Estado como se hizo durante la transición logrará revertir esta situación.
¡Ningún acuerdo con el PNV! ¡Por un frente de izquierdas que defienda los derechos democráticos y los intereses de la mayoría!
El último trimestre de este año está siendo particularmente duro para la clase trabajadora vasca. El aumento de la inflación golpea al conjunto de las familias trabajadoras, los EREs de rescisión en la CAV aumentaron la primera mitad del año un 124%, más del doble que el año anterior. Muebles Xey, La Naval de Sestao, Edesa Industrial, Fagor Electrodomésticos, Arcelor Mittal…. siendo abandonados por la administración vasca a su suerte. La Educación pública vasca sigue llevando a cabo movilizaciones contra las políticas de recorte del PNV como rebela la huelga general convocada para el 12 de diciembre. La sanidad pública está igualmente en pie de guerra contra el PNV. Los trabajadores y trabajadoras de la Administración General y sus Organismos Autónomos (Eustat, Lanbide, Osalan, Emakunde...), se encuentran en una situación muy grave, como consecuencia de la falta de voluntad de negociación que muestra el Gobierno Vasco y el descontento se extiende cada día más. Incluso la Orquesta Sinfónica de Euskadi va a salir a la huelga en noviembre.
El PNV ha firmado en Madrid con el PP el techo de gasto para 2018 argumentando que, a cambio, la CAV se verá beneficiada con un mayor margen de déficit. Pero lo cierto es que los acuerdos con entre PP y PNV nunca han traído ventajas para los trabajadores y la juventud, ni dentro ni fuera de Euskal Herria. Esa ha sido la realidad tras el apoyo del PNV a los presupuestos del PP de 2017, al techo de gasto para 2018 y lo será para el más que previsible apoyo a los presupuestos de 2018. La realidad es muy gráfica a este respecto: recortes sociales, en sanidad, educación y en la función pública vasca que sigue lastrada por una gran precariedad; ayudas a la vivienda que vuelven a ser recortadas en el nuevo proyecto de presupuestos; y por supuesto, continuar la persecución demagógica contra las familias más pobres que sufren los recortes de la RGI. Las negociaciones entre el PNV, PSE y el PP en materia fiscal para los nuevos presupuestos de la CAV son más que elocuentes al respecto: rebajar al 24% el impuesto de sociedades, por debajo de la media en el resto del Estado, y remodelar la fiscalidad y la recaudación para ofrecer todo tipo de privilegios a los capitalistas vascos y empobrecer y preparar nuevos recortes para la gran mayoría del pueblo vasco trabajador.
Sobra decir, que el problema con el PP no es sólo una cuestión económica. ¿Cómo es posible que tras la aplicación del 155 en Catalunya, tras haber apaleado a miles de personas que defendían el derecho a decidir, tras la represión nunca vista desde la caída de la dictadura y la persecución y encarcelamiento de miembros del Govern se pueda decir que “las relaciones con el PP se mantienen absolutamente” - tal y como explicaba Aitor Esteban hace apenas unos días -?
En este contexto, resulta incomprensible la “total disposición” mostrada por la dirección de EH Bildu “a un acuerdo integral” con el PNV, que recogía en sus páginas el diario Gara el pasado 9 de noviembre. Igual de incomprensible que la dirección de Elkarrekin Podemos se plantee en buena “sintonía” con el PNV. La actitud de equidistancia entre el 155 y la DUI, que han mantenido la dirección de Podemos tanto a nivel estatal como en Euskal Herria, es un completo error que da oxígeno a alimentar los prejuicios españolistas que pretende esparcir el bloque reaccionario para aumentar la escalada represiva a todos los niveles. Los llamamientos al diálogo y al referéndum pactado, significa abandonar en la práctica posicionarse con las masas en las calles de Catalunya y hacer el juego a la estrategia demagógica del PNV.
Desde Ezquer Iraultzailea entendemos que tanto EHBildu como Elkarrekin-Podemos tienen que apoyarse en la fuerte mayoría sindical vasca y desarrollar una movilización generalizada, continuada y contundente en las calles, unificando las empresas y sectores en lucha, el público y el privado. Lo que necesitamos de estas organizaciones no son pactos con la derecha sino que planteen un frente unitario de la izquierda que nos permita derrotar al gobierno del PNV, al bloque españolista reaccionario y al régimen del 78. Ese es el camino para hacer realidad la única alternativa que puede liberar a los trabajadores y los jóvenes del paro, la precariedad, los desahucios, las privatizaciones, también de cualquier tipo de opresión de género, de raza, nacional: una república socialista catalana y una Euskal Herria Sozialista.