El 19 de enero se conoció el fallo del Tribunal Supremo que, con dos votos particulares en contra y tres a favor, se pronunció sobre el llamado caso Jarrai-Haika-Segi, organizaciones juveniles de la izquierda abertzale que, tras dicha sentencia, son consideradas organizaciones de carácter terrorista. De esta manera se condena a seis años de prisión a los jóvenes de la izquierda abertzale encausados por su militancia en estas organizaciones juveniles.
Los marxistas revolucionarios de El Militante rechazamos tajantemente esta resolución judicial porque supone un ataque a los derechos democráticos de expresión y reunión y una amenaza contra el conjunto de la juventud y el movimiento obrero.
Esta sentencia se justifica por la lucha contra el "terrorismo", de la misma manera que ayer se justificó la Ley de Partidos para combatir a ETA. Pero los hechos, tozudos, están probando que estas leyes sólo sirven para atacar libertades democráticas y que forman parte de una estrategia más amplia
Una vez más ha quedado claro que la justicia no puede ser nunca independiente de la clase dominante. En este caso, el mismo aparato judicial no ha tenido inconveniente en pisotear su propia doctrina si eso contribuye a defender mejor los intereses de la burguesía española y los sectores más reaccionarios del aparato del Estado. En una sentencia anterior se señalaba que Segi no se podía definir como terrorista ya que no usaba armas o explosivos. Pero con la decisión del Tribunal Supremo la posición independentista de estas organizaciones basta para que sean consideradas "igual que ETA", con lo cual se podría condenar hasta con doce años de cárcel a cualquier joven por pertenecer a ellas, tal como ha defendido el Partido Popular.
Hay que recordar que tanto Ibarretxe como el secretario general del Partido Socialista de Euskadi, Patxi López, fueron denunciados por la AVT por reunirse con dirigentes de Batasuna siendo admitidas sus denuncias por la fiscalía. De esta forma, la caza de brujas que pretende el PP contra la izquierda abertzale se extendería a la izquierda en general.
Estas últimas medidas represivas se han aplicado al amparo del último atentado de ETA en Madrid. Pero la escalada represiva contra la izquierda abertzale se ha mantenido desde la declaración del alto el fuego en marzo de 2006. La negativa del gobierno al acercamiento de los presos a Euskal Herria confirmando la política de dispersión, el incumplimiento del propio código penal que mantiene en la cárcel a presos que han cumplido la condena o la negativa a excarcelar presos gravemente enfermos, ¿en qué contribuyen al llamado proceso de paz? La posibilidad de que De Juana Chaos muera en la cárcel después de ochenta días en huelga de hambre, tras la confirmación de una sentencia injusta que le mantiene en prisión por escribir dos artículos en Gara, sólo añadirá más tensión y más argumentos a aquellos sectores que en la izquierda abertzale y ETA siguen defendiendo los métodos del terrorismo individual.

PP y PNV defienden los mismos intereses de clase

La cuestión nacional ha servido a la burguesía española y vasca de cortina de humo para llevar a cabo fuertes recortes sociales. En Euskadi el nivel de dificultad para llegar a fin de mes ha aumentado el último ejercicio en un 2,5% y esta cifra no para de crecer. La patronal vasca, la clase social que representa políticamente el PNV, se niega a firmar convenios colectivos congelando los salarios año tras año (por ejemplo, los del metal de Álava y Vizcaya permanecen sin firmar desde 2003), así en este momento hay 260.000 trabajadores, de 570.000, sin renovar el convenio. El Consejo Económico y Social Vasco ha revelado cómo, a pesar de la "mejora considerable" de las estadísticas de empleo y del aumento de ingresos del sector público, la protección social en Euskadi (19,2) es, junto con la de Irlanda (16,5), la más baja de Europa (28,3 de la UE -15) estando incluso 0,5 puntos por debajo de la media del Estado (19,7).
Paradójicamente, los sucesivos gobiernos en minoría del PNV han contado, en diferentes ocasiones, con el apoyo del PSE-EE, Ezker Batua y la propia Izquierda Abertzale a sus presupuestos, apoyos sin los que Ibarretxe ni siquiera hubiese sido investido lehendakari.
La lucha por conquistar los derechos democráticos nacionales del pueblo vasco jamás podrá contar con el apoyo verdadero de la burguesía vasca y su instrumento político, el PNV. No podemos confiar ni un gramo en sus falsas palabras, pues detrás de esos bondadosos mensajes se oculta una burguesía con intereses idénticos a los de la burguesía española, que son oprimir a la gran mayoría de la clase trabajadora y la juventud de Euskal Herria en su propio beneficio.

Defender los derechos democráticos

El último atentado de ETA en Barajas fue un regalo al Partido Popular y, como era previsible, la política represiva se ha acentuado. Pero los acontecimientos no se han desarrollado exactamente como la derecha esperaba. La manifestación del 13 de enero convocada por UGT, CCOO y la Federación de Asociaciones de Ecuatorianos tuvo un fuerte contenido de clase contra el PP. Más de medio millón de trabajadores y jóvenes clamaron contra la oleada de nacionalismo españolista que se ha enseñoreado de las calles de Madrid en las convocatorias anteriores de la AVT y el PP, reflejando el profundo rechazo que la derecha y su programa suscitan entre los obreros madrileños. Esta manifestación prueba que la clase obrera es la clave para resolver el problema nacional vasco y que la movilización independiente de los trabajadores, sin la derecha, es el camino.
Por tanto es absolutamente necesario defender una alternativa de clase e internacionalista para resolver el problema nacional. Los actos de kale borroka y los ataques a sedes de la UGT y el PSE-EE en el País Vasco, no ayudan a ganar a la clase trabajadora del conjunto de Euskal Herria y del Estado español para la defensa del derecho de autodeterminación sino todo lo contrario. Con estos métodos sólo se fortalece al sector más pro-PP dentro del PSOE, que reclama mano dura y más represión. De la misma manera, nuevos atentados de ETA facilitarán la penetración de las ideas reaccionarias de la derecha españolista entre la población, en un momento en que amplias masas de los trabajadores apoyarían una salida política al problema nacional en Eus-kal Herria.
Igualmente si el gobierno del PSOE no pone fin a la orgía represiva y mantiene su política de concesiones a la derecha cercenando los derechos democráticos, debilitará a la izquierda y fortalecerá a la reacción. Reprimir a los dirigentes del Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) cuando piden que la democracia entre en los cuarteles y ceder vergonzosamente ante los generales sólo beneficia a la derecha.
La tarea ahora es proceder seriamente a una depuración del aparato del Estado que es una tarea pendiente desde la transición. Las demandas de derechos democráticos por parte de la AUGC no sólo deben ser satisfechas sino llevadas mucho más lejos. La Guardia Civil debe ser disuelta y sus miembros integrados dentro de una policía civil depurada de reaccionarios y fascistas. Es urgente reconocer el derecho a la libertad de expresión, sindicalización, manifestación y organización política a todos y cada uno de los miembros de las llamadas fuerzas de seguridad del estado. Es necesario el control de los sindicatos obreros de las academias de policía y el ejército para impedir que los fascistas campen a sus anchas en estos cuerpos con absoluta impunidad. Es necesario defender que los soldados y miembros de esas unidades elijan a sus oficiales eliminando a todos los elementos antidemocráticos.

Sólo una política auténticamente socialista podrá resolver el problema nacional en Euskal Herria

La defensa de los derechos democráticos es una causa fundamental para la clase obrera. Si hoy dejamos que se pisoteen estas conquistas que tanta sangre costó alcanzar, sentaremos un peligroso precedente que mañana será utilizado por los capitalistas para ampliar sus medidas represivas cuando el movimiento obrero ponga en peligro sus privilegios. El problema nacional en Euskal Herria es la consecuencia directa de la existencia del capitalismo y de la política de la burguesía española basada en la represión sistemática de los derechos democráticos de las nacionalidades históricas.
La clase obrera tiene en sus manos la resolución de este problema endémico. Solución que pasa por vincular la defensa de los derechos democráticos de estas nacionalidades, como el derecho de autodeterminación, a la lucha por la transformación socialista de la sociedad. Sólo derrocando el capitalismo, sólo acabando con el poder de la burguesía, sea vasca, española o francesa, será posible resolver el problema nacional y asegurar la fraternidad de todos los pueblos en el marco de una Federación Socialista de Nacionalidades Ibéricas y de la Federación Socialista de Europa.
Este es el programa que defendemos los marxistas revolucionarios de El Militante para transformar la sociedad y por el que llamamos a todos los jóvenes y trabajadores en Euskal Herria y en el Estado español a organizarse.

 

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