En la madrugada del 24 de noviembre, la Policía Nacional y la Guardia Civil por orden del juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande Marlaska, irrumpieron de forma violenta en decenas de domicilios y locales públicos, deteniendo a 34 jóvenes pertenecientes a la organización juvenil Segi. Ha sido una de las mayores redadas que se ha producido en años en Euskal Herria. Al final, 31 de los detenidos han sido enviados a prisión.
En la madrugada del 24 de noviembre, la Policía Nacional y la Guardia Civil por orden del juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande Marlaska, irrumpieron de forma violenta en decenas de domicilios y locales públicos, deteniendo a 34 jóvenes pertenecientes a la organización juvenil Segi. Ha sido una de las mayores redadas que se ha producido en años en Euskal Herria. Al final, 31 de los detenidos han sido enviados a prisión.

A prisión por pertenecer a una organización juvenil

Algunas detenciones fueron practicadas de forma especialmente violenta, como la de Idoia Iragorri, en Sestao, la cual junto a su novio fueron encañonados en el suelo por los policías mientras se registraba el domicilio. La policía entró en bares, gaztetxes, asociaciones de vecinos, etc. en Sestao, en la sociedad Mendieta; en Nafarroa, en las antiguas escuelas de la Carbonilla en Errotxapea, en el gaztetxe de Barañain y en dos sedes de peñas; en Antsoain, en la asociación de vecinos y después en un bar. "Se han llevado discos duros de tres o cuatro ordenadores, algunos carteles, fotos de cuatro presos del barrio, dos ejemplares del reglamento interno de la sociedad y un bote desatascador, diciendo que era ácido sulfúrico" (Gara. 25/11/09).
Y todo esto sin que haya habido ninguna imputación de delito, excepto que todos los detenidos pertenecen a Segi, organización ilegalizada desde 2007. Así de claro era el ministro de Interior, Rubalcaba, respecto al objetivo de las detenciones en declaraciones a la Cadena Ser: "primero impedir que las organizaciones de ETA que han sido declaradas ilegales por el supremo se rehagan, es el caso de Batasuna o de Segi; segundo, impedir que ETA tenga una cantera, que es lo que hemos hecho con esta operación y en tercer lugar, luchar contra la violencia callejera que en la organización de ETA corresponde justamente a Segi". Es decir, que a ninguno de los jóvenes detenidos se les acusa de haber participado en este o aquel acto de kale borroka, sino de que ¡puede ser que lo hagan!, y en todo caso, "todo es ETA".

Incomunicaciones y torturas

Los detenidos han pasado más de 72 horas incomunicados y los familiares han denunciado que en estas horas han sido muchos los casos de torturas, como publica Gara: "Tocamientos, simulación de violaciones, continuos golpes en la cabeza y los genitales, amagos con inyecciones de droga, horas en posturas forzadas, insultos y presiones psicológicas... Las donostiarras Maialen Eldua y Garazi Rodríguez, encarceladas el sábado, relataron haber sufrido tocamientos por parte de los agentes que las custodiaban así como ‘amenazas con ser violadas y asesinadas'. Ambas indicaron que habían sido obligadas a permanecer tan sólo con la parte de abajo de la ropa íntima durante los interrogatorios y que ‘han sufrido tocamientos y han sido besadas de cintura para arriba' por los policías".
Estas prácticas que pretenden acabar con la moral de los detenidos y que son las mismas utilizadas bajo la dictadura  contra todos los luchadores de izquierdas antifranquistas. Es execrable que esto ocurra con un gobierno que se pretende socialista y respetuoso con los derechos democráticos.

Manifestación masiva en Bilbo

Ante esta brutal represión la mañana siguiente a las detenciones hubo movilizaciones en diferentes centros educativos de Euskal Herria: en la Universidad Pública de Navarra, en la HUHEZI de Eskoriatza -donde estudia una de las detenidas- hubo paro y una manifestación de 150 personas, en la que la Ertzaintza identificó a cinco participantes; en el campus de Gasteiz donde se concentraron 400 personas o en el instituto de Amurrio con 60. Por la tarde hubo decenas de manifestaciones en barrios y pueblos.
Pero la movilización más impresionante, y que demuestra las fuertes raíces y la enorme base que tiene la izquierda abertzale (IA), fue la convocada el pasado sábado 28 de noviembre en Bilbo, con más de 20.000 personas. Esto es una demostración de que la represión, las torturas, las detenciones masivas y violentas, no pueden evitar que un movimiento que lucha por la defensa de unos derechos democráticos legítimos siga teniendo fuerza.

La Izquierda Abertzale ratifica el documento de Altsasu

Días después de las detenciones de Otegi, de Rafa Díez Usabiaga (ex secretario general de LAB) y de otros dirigentes de la Izquierda Abertzale, 110 de sus representantes presentaron públicamente una declaración de tres folios en la que detallan cuál es su voluntad actual. Para comprobar la importancia de dichas afirmaciones sólo hay que ver algunos de los párrafos de la declaración:
"Nos reafirmamos en nuestra posición sin reservas con un proceso político pacífico y democrático, para lograr una democracia inclusiva donde el pueblo vasco, libre y sin intimidación de ningún tipo, determine libremente su futuro"; "la voluntad popular expresada por vías pacíficas y democráticas se constituye en la única referencia del proceso democrático de solución, tanto para confiar en su puesta en marcha y su óptimo desarrollo como para alcanzar los acuerdos que deberá refrendar la propia ciudadanía. La izquierda abertzale, como debieran hacer el resto de agentes, se compromete solemnemente a respetar en cada fase del proceso las decisiones que, libre, pacífica y democráticamente, vayan adoptando los ciudadanos y ciudadanas vascas"; "el proceso democrático tiene que desarrollarse en ausencia total de violencia y sin injerencias". Hablan también de negociación ETA - Estado sobre desmilitarización del país, liberación de presos políticos, retorno de exiliados y "tratamiento justo y equitativo al conjunto de víctimas del conflicto".
Estas importantes declaraciones, en las que es evidente el intento de un amplio sector dentro de la IA por dejar atrás los métodos armados de ETA, fueron despreciadas por la dirección del PSOE y del gobierno de Zapatero y  Patxi López, diciendo que eran más de lo mismo, lo cual fue celebrado por los reaccionarios del PP. El hecho más claro de este menosprecio ha sido esta impresionante redada de jóvenes.
En cambio, a pesar de esta nueva ofensiva represiva, la IA ha vuelto a declarar que "pese a los ataques, ratifica su compromiso con los contenidos del documento presentado en Altsasu. Ningún ataque represivo nos sacará de este camino. Aunque ladren, no nos desviarán de nuestra decisión de iniciar y desarrollar un proceso democrático. La izquierda abertzale está preparada para la confrontación política con el Estado, y tiene la mano tendida a los agentes políticos, sociales y sindicales para ello".
Mientras, muchos militantes del PSOE y una buena parte de su base social han dejado claro en el pasado, en diferentes movilizaciones (como en la manifestación de Barcelona contra el atentado a Ernest Lluch, en noviembre de 2000), que es necesario encontrar una solución política a un problema político y que la vía del PP de la mano dura y ninguna negociación, defendida también con tanta vehemencia por Rubalcaba y los dirigentes del PSOE-PSE, no ha solucionado nada en más de 30 años, ni lo va a hacer en el futuro.  
De la misma forma ha quedado claro que los métodos de ETA lejos de ayudar a conseguir apoyos en la lucha por los derechos democráticos nacionales son un obstáculo y, por tanto, sólo los métodos basados en la movilización de las masas, uniendo las reivindicaciones democrático nacionales a la lucha contra el sistema que las niega, el capitalismo, pueden ser los correctos. Y en ese camino la unidad es fundamental, pero no la de todos los vascos en general, pues ya hemos visto el papel represor y opresor de la burguesía vasca en muchas ocasiones a lo largo de la historia (y de sus organizaciones PNV y EA), sino la unidad de la clase obrera y la juventud vasca con la clase obrera y la juventud del resto del Estado.

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