Unificar las luchas para responder a la agresión patronal
Este año se cumple el 34º aniversario de los acontecimientos del 3 de Marzo de 1976, cuando cinco obreros fueron asesinados por la policía franquista, entonces se demostró que la unidad y la fuerza de la clase trabajadora podía ofrecer una alternativa de poder obrero frente al sistema capitalista.
También se cumple un año de la histórica asamblea celebrada en la Iglesia de San Francisco, convocada por los sindicatos ELA, LAB, ESK y STEE, ante la necesidad de unir fuerzas y coordinar las empresas de lucha, debido a la avalancha de Expedientes de Regulación de Empleo como consecuencia de la crisis capitalista. Esta asamblea fue el preludio de la manifestación del aniversario del 3 de Marzo del 76, la más multitudinaria desde hacía treinta años. Más de 7.000 personas, entre ellas obreros de Laminaciones Arregui, Recticel y otras empresas en lucha, demostraron la disposición de la clase obrera a luchar, y así se demostró en la huelga general del 21 de mayo que, a pesar de la división sindical, fue una respuesta contundente ante los ataques salvajes por parte de la patronal y de la burguesía.
Ha pasado un año y las cuentas están claras: más de cuatro millones de parados, cierres de fábricas y más EREs, recortes salariales, desahucios, y una patronal que está dispuesta a todo con tal de que la crisis capitalista la paguemos los trabajadores.
Es necesario, pues, retomar otra vez la senda que inició esa asamblea en San Francisco, y darle continuidad, unificando y coordinando las fábricas con EREs, creando comités de apoyo en los barrios y en los centros de estudio. La única forma de enfrentarse a la crisis capitalista es basarse en la unidad y la fuerza de la clase trabajadora, planteando la nacionalización de las fábricas en crisis y su puesta en producción bajo control obrero, por la defensa de los puestos de trabajo.
También se cumple un año de la histórica asamblea celebrada en la Iglesia de San Francisco, convocada por los sindicatos ELA, LAB, ESK y STEE, ante la necesidad de unir fuerzas y coordinar las empresas de lucha, debido a la avalancha de Expedientes de Regulación de Empleo como consecuencia de la crisis capitalista. Esta asamblea fue el preludio de la manifestación del aniversario del 3 de Marzo del 76, la más multitudinaria desde hacía treinta años. Más de 7.000 personas, entre ellas obreros de Laminaciones Arregui, Recticel y otras empresas en lucha, demostraron la disposición de la clase obrera a luchar, y así se demostró en la huelga general del 21 de mayo que, a pesar de la división sindical, fue una respuesta contundente ante los ataques salvajes por parte de la patronal y de la burguesía.
Ha pasado un año y las cuentas están claras: más de cuatro millones de parados, cierres de fábricas y más EREs, recortes salariales, desahucios, y una patronal que está dispuesta a todo con tal de que la crisis capitalista la paguemos los trabajadores.
Es necesario, pues, retomar otra vez la senda que inició esa asamblea en San Francisco, y darle continuidad, unificando y coordinando las fábricas con EREs, creando comités de apoyo en los barrios y en los centros de estudio. La única forma de enfrentarse a la crisis capitalista es basarse en la unidad y la fuerza de la clase trabajadora, planteando la nacionalización de las fábricas en crisis y su puesta en producción bajo control obrero, por la defensa de los puestos de trabajo.