El 25 de septiembre la izquierda abertzale suscribía un documento en Gernika junto con Eusko Alkartasuna (EA), Aralar, Abertzaleen Batasuna y Alternatiba a favor de un alto el fuego de ETA permanente, unilateral y verificable, demandando al gobierno del PSOE la derogación de la Ley de Partidos y el acercamiento de los presos políticos vascos a las cárceles de Euskal Herria. La respuesta del gobierno es ignorar estos pronunciamientos y apostar en exclusiva por la vía represiva y policial. El Gobierno PSOE ha decidido mantener la política de mano dura y represión que le exige el PP. La prohibición de la manifestación de la plataforma Adierazi EH! el 11 de septiembre y las recientes redadas de miembros de Ekin y Askapena así lo avalan. Todo lo que se hace desde Moncloa, desde las declaraciones hasta sus acciones no facilitan para nada una solución dialogada de la cuestión nacional vasca. La desarticulación del enésimo comando Donosita, demuestra que por la vía policial jamás se resolverá un problema político como es la cuestión nacional vasca. Desde el Partido Socialista de Euskadi (PSE) han surgido voces críticas demandando a los gobiernos central y vasco que se hagan gestos para facilitar este proceso de apuesta por las vías exclusivamente políticas de la izquierda abertzale
Un sector del PSOE opina que la resolución del conflicto vasco podría ser su tabla de salvación las próximas citas electorales y demandan avanzar en este terreno buscando otros aliados que no sean el Partido Popular.
Dentro del PSE se han levantado voces como la de Eguiguren reclamando que Patxi López lidere este proceso, pero el lehendakari que cuenta con un débil gobierno sustentado por los apoyos del PP, o en su caso del PNV, ve con preocupación la formación del frente independentista. El PNV no quiere quedarse nuevamente marginado de un posible diálogo y está utilizando la debilidad de Zapatero para poner sus propias condiciones, lo que implica un obstáculo añadido. El PNV está incómodo en la situación actual, pero teme aún más que una izquierda abertzale fortalecida vuelva a la legalidad compitiendo en su propio granero electoral. Esto se pudo ver en la manifestación del 2 de octubre con alrededor de 46.000 personas activada por la plataforma Adierazi EH en la que se abucheó a los líderes del PNV, a pesar de que éste ha lanzado en Gipúzcoa una iniciativa, Batu gaitezen (Unámonos), para intentar atraer a la izquierda abertzale y demás organizaciones independentistas.
Sin embargo, el principal obstáculo para que este círculo vicioso se rompa está en el aparato estatal sin depurar desde la época franquista, que ha logrado importantes recortes en los derechos democráticos e importantes privilegios gracias a la existencia de ETA. Este sector no tiene ningún interés en cambiar la situación actual. Su expresión política es el Partido Popular. No son casualidad las declaraciones de Basagoiti presidente del PP en Euskadi, diciendo "el final de ETA sólo puede ser que entreguen las armas o que acaben como su amigo el Mono Jojoy de las FARC" muerto en la selva en un bombardeo del Ejército colombiano.

Romper el círculo vicioso ‘acción-represión'

Los principales partidos presentes en el parlamento vasco (PNV, PSOE y PP) son los más beneficiados de que se postergue la ilegalización de la izquierda abertzale. El viejo círculo vicioso acción-represión no tiene por este camino vías de solución.
Puestas así las cosas la dirección de la izquierda abertzale no ve otro camino que insistir en dar pasos unilaterales que permitan reconducir la lucha y acumular fuerzas.
La izquierda abertzale rodeada de más de 30 organizaciones sociales, sindicales y políticas está realizando persistentes y reiterados llamamientos a ETA para que se pronuncie a favor de los denominados acuerdos de Bruselas, que implican la decisión unilateral de dejar la lucha armada y aceptar la verificación internacional del desarme. Sin embargo, la organización armada vasca se reserva la última palabra.
Pocas horas después del comunicado de la izquierda abertzale, ETA, en una entrevista concedida al diario Gara (26/09/2010) respondía a la cuestión fundamental que les demanda la izquierda abertzale ("¿Están ustedes dispuestos a decretar el alto el fuego permanente y verificable que se les demanda?") de esta manera: "ETA tiene disposición para dar ese paso y también para ir más lejos, si se crean las condiciones para ello. Pero esos pasos hay que situarlos en la lógica del desarrollo del proceso. Porque lo sustancial no está en qué pasos debe dar ETA, de forma parcial y aislada".
Esta última frase rebela la profunda grieta que se ha abierto entre la organización armada y su expresión política. La izquierda abertzale demanda una decisión unilateral. ETA no está de acuerdo. Ellos tienen las armas y el sector dominante opina que nadie, salvo ellos mismos, tiene en sus manos la decisión de parar. Sin embargo, sin el apoyo político de la izquierda abertzale, ETA no podría sobrevivir mucho tiempo. El apoyo político es no sólo necesario, sino imprescindible para la persistencia de una organización armada.
La experiencia en Irlanda del Norte demuestra que el aparato militar, por sus propias condiciones de clandestinidad y aislamiento tiende a elevarse y colocarse por encima del movimiento político del que surgió, pero ni el aparato militar más potente del mundo puede ganar un conflicto sin apoyos políticos suficientes. Esto también se confirma en el campo de la clase dominante, ahí tenemos el ejemplo del aparato militar norteamericano, el más potente que jamás ha habido en la historia y sin embargo está perdiendo las guerras de Iraq y Afganistán por falta de apoyo político entre las masas. Qué decir de las posibilidades de un pequeño grupo de activistas aislados. Persistir en la lucha armada individual no tiene ningún sentido y mucho menos en la situación actual, cuando, ante la crisis más grande del capitalismo en un siglo, la única alternativa viable es la basada en la fuerza dela lucha de masas. La postura de la izquierda abertzale demandando a ETA pasos unilaterales que permitan acercar, primero, y sacar, después, a los presos de las cárceles es el camino acertado. Quienes desean la persistencia de ETA son precisamente quienes quieren seguir teniendo la excusa para mantener la represión y el recorte de derechos democráticos que van dirigidos contra el conjunto del movimiento obrero y de la juventud.

La lucha por los derechos democrático-nacionale y la lucha por el socialismo son una y la misma lucha

La dirección de la izquierda abertzale debe ofrecer a sus bases una alternativa auténticamente socialista y revolucionaria para transformar la sociedad. Apostar en estos momentos por la política estalinista de las etapas -consistente en primero buscar alianzas estratégicas para lograr la independencia y, una vez conseguida, luchar por el socialismo- es un camino condenado al fracaso.
Las declaraciones de los dirigentes de EA y otros en el sentido de que es posible lograr la independencia en el marco de una Europa capitalista son falsas. Pintan una Europa democrática y respetuosa con las nacionalidades que no existe. La Unión Europea es la del capital depredador y la del recorte y ataque continuo a los derechos democráticos de la clase trabajadora y de los pueblos oprimidos.
Sólo la clase trabajadora unida por encima de fronteras nacionales y luchando por una Federación Socialista de los pueblos de Europa, dará satisfacción a los derechos democráticos de las naciones oprimidas mediante el reconocimiento del libre derecho de autodeterminación y el respeto a la voluntad democráticamente expresada de dichos pueblos.

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