El pasado 29 de octubre se consumó el golpe contra las familias trabajadoras diseñado por la gran banca y los grandes empresarios capitaneados por Felipe González. A pesar de la abrumadora oposición de la militancia y los electores socialistas, la mayoría del grupo parlamentario del PSOE dio el gobierno a Rajoy. Los barones, la gestora y todos los diputados que se abstuvieron han permitido que el Partido Popular siga al frente del Parlamento para seguir atacando los derechos de la mayoría.

Por primera vez en su historia, el PSOE ha dado de forma directa el gobierno central a la derecha. Estos dirigentes, que se han comportado como los mayordomos que llevan a cabo los deseos del gran capital, han llevado al Partido al borde del abismo. La clase trabajadora puede darnos definitivamente la espalda, tirando por la borda 137 años de historia.

La implicación del Partido en los recortes, recordemos la reforma del artículo 135 de la Constitución, ya había tenido un elevado precio: la pérdida de casi el 50% de su base electoral tradicional. Lo ocurrido el último sábado de octubre es un salto de cantidad en calidad. El conocido como ‘voto útil al PSOE’ para frenar a la derecha, uno de los elementos que han permitido mantener cinco millones de votos a pesar de todas las decepciones y golpes sufridos por nuestros votantes, ya es historia.

Lucha de clases dentro del PSOE

Sin embargo, el ala pro-burguesa del Partido no puede cantar victoria todavía. A pesar de defenestrar al secretario general elegido por la base, de ganar dos Comités Federales y garantizar la abstención mayoritaria del grupo parlamentario, no han conseguido desmoralizar y mandar a casa a la militancia. El mismo 29 de octubre, Pedro Sánchez declaró que presentará batalla, anunciando además que recorrerá todas las agrupaciones para movilizar a los afiliados.

La organización está fracturada. Por un lado, están todos aquellos que hace tiempo que se alejaron de la defensa de los intereses de nuestra clase, y que, sin pudor alguno, defienden las ideas y el programa de los poderosos. Por otro, está la militancia que se revuelve y quiere que la palabra socialista y obrero no sean dos letras olvidadas de nuestras siglas, sino que se conviertan en la guía política de nuestro partido. Pedro Sánchez se está convirtiendo en la figura que puede liderar al sector obrero y auténticamente socialista de la organización en esta lucha ideológica.

La entrevista que realizó con Jordi Évole el domingo 30 de octubre en el programa “Salvados”, fue muy importante. Reconoció errores respecto a la actitud que mantuvo con Podemos. Anunció su determinación a presentarse de nuevo a las primarias para la secretaría general, retando además a Susana Díaz a dar un paso adelante si quiere dirigir el Partido. Puso nombre y apellidos a los autores intelectuales del golpe que lo expulsó de la dirección, señalando a los grandes poderes económicos y sus medios de comunicación, destacando entre ellos el pernicioso papel jugado por El País. Reconoció también que “España es una nación de naciones, que Cataluña es una nación dentro de otra que es España, como lo es el País Vasco y lo tenemos que hablar y reconocer”. Ese es el camino. Recuperar un lenguaje de clase, llamar a las cosas por su nombre y no dejarse amedrentar por las presiones ideológicas de la reacción.

Buena prueba de la trascendencia de estas declaraciones son los ataques rabiosos que se han sucedido por parte de los barones. Ataques que rápidamente han sido reproducidos y difundidos por los grandes medios de comunicación. La conclusión no puede ser otra que la de ‘ladran luego cabalgamos’.

Hay que participar en primera línea de esta batalla decisiva.

Desde Izquierda Socialista saludamos fraternalmente las posiciones defendidas por Pedro Sánchez, comprendemos la trascendencia histórica de sus declaraciones y lo animamos a llegar hasta el final, convirtiendo sus palabras en hechos. Ha llenado de esperanza a miles de afiliados que, con un programa y un plan correctos, estarán dispuestos a participar con entusiasmo en la batalla por recuperar al PSOE para las ideas del genuino socialismo.

Sabemos también, y así lo hemos explicado durante años, que ha sido la deriva ideológica hacia la derecha lo que ha asfaltado el camino para que la dirección del partido llegara tan lejos en su abandono de la más elemental posición de clase. La lista de claudicaciones es insoportablemente larga: la OTAN, las reconversiones industriales, las contrarreformas en empleo, educación y sanidad, la negación del derecho a decidir de las nacionalidades históricas y la implicación en el terrorismo de Estado… Cada vez más lejos de las familias trabajadoras, cada vez más cerca de los consejos de administración de las grandes empresas.

Cambiar el rumbo del Partido implica un rearme ideológico y programático. Apartar de la dirección a los elementos pro-burgueses y dotarnos de un programa socialista solo será posible dando el protagonismo a la base. Demostrar a la clase obrera que somos una herramienta útil pasa por sumergirnos en todas las luchas sociales engrosando las filas de la izquierda que lucha.

Por ello, Izquierda Socialista responde a la llamada hecha por Pedro Sánchez a “refundar el PSOE alejado del PP” y “devolver la voz a la militancia”. Una de nuestras aportaciones es la necesidad de un programa que entre sus puntos básicos reivindique:

1º.- Ninguna abstención más en el Parlamento. NO al PP y No a la austeridad.

2º.- Celebración inmediata del Congreso con todas las garantías democráticas y elección de la secretaría general mediante primarias. Un afiliado un voto.

3º.- Frente común de todas las izquierdas que luchan contra los recortes. Abrir el diálogo con Unidos Podemos, las Mareas y los movimientos sociales.

4º.- Defensa de un plan social que alivie el enorme sufrimiento de cientos de miles de familias:

·         Renta básica de supervivencia garantizada por el Estado igual al 80 % del Salario mínimo que debe aumentar hasta los 1.000 euros mensuales.

·         Avanzar hacia la jornada laboral de 35 horas semanales para distribuir mejor el trabajo, con jubilación a los 60 años introduciendo el contrato de relevo para dar entrada a la juventud.

·         Derogación de la Reforma Laboral del PP, del Art. 135 de la Constitución, de la LOMCE, de la Ley MORDAZA, del Art. 315.3 del Código Penal y demás legislación reaccionaria.

·         No a la discriminación de la mujer trabajadora con igualdad salarial para trabajo igual.

·        Nueva Ley y campaña pública contra la violencia machista.

·         Defensa de lo Público: Sanidad, Educación, Dependencia y Pensiones garantizadas.

·         No a las privatizaciones.

·         No a los desahucios y derecho efectivo a techo. Bolsa Pública de alquiler de viviendas sociales que no supere el 20 % del salario base.

·         Reforma fiscal profunda y justa, lucha implacable contra la corrupción. Por una Banca Pública que permita planificar democráticamente la economía en beneficio de la mayoría de la sociedad.                              

Estas reivindicaciones fueron aprobadas en la Asamblea de Izquierda Socialista de Andalucía celebrada en Huelva el 12 de marzo de 2016. (*)

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