Por una sanidad y unas residencias 100% públicas

Durante esta pandemia hemos  comprobado en nuestras propias carnes las trágicas consecuencias de décadas de políticas privatizadoras y recortes por parte del PP en la Comunidad de Madrid. Fruto de las mismas, Madrid se ha convertido en la zona cero de las muertes por Covid 19,una auténtica matanza Más del 10% de los usuarios en las residencias de mayores han muerto y la tasa de mortalidad en la CAM ha sido la más alta del mundo.

Ahora hemos conocido que el Gobierno de Ayuso abandonó a miles de mayores a su suerte condenándoles a una muerte segura, negando su traslado a un hospital.  Eso sí, aquellos que tenían seguros privados no tuvieron problemas, y fueron atendidos al 100%. De nuevo queda claro que la enfermedad si entiende de clases, si entiende de ricos y pobres.

El propio Gobierno de la CAM admite a regañadientes que la sanidad pública colapso. Pero, ¿por qué? ¿Era inevitable esta situación? ¿No existen los recursos para afrontar una pandemia de estas características en pleno siglo XXI?  La Comunidad de Madrid, fruto de los recortes y la privatización, ni estaba preparada, ni esta ahora preparada para la desescalada. Las cifras lo ponen en evidencia: 1.172 camas hospitalarias menos entre 2008 y 2018 en los 5 principales hospitales de la CAM; 2.264 trabajadores sanitarios menos; y 773.878 personas en listas de espera, de las cuales 217.293, el 28%, tienen que esperar por encima de 90 días. Durante años  han recortado en camas, en personal y en medios materiales, al tiempo que convertían la sanidad y sus servicios asociados (limpieza, lavanderías, cocinas, etc.) en un lucrativo negocio para empresarios como Florentino Pérez. Lo mismo ha ocurrido con las residencias de mayores y dependientes o con el SAD (Servicio de atención domiciliaria).

¡La Marea Blanca debe tomar las calles! Fuera el Gobierno de Ayuso

A pesar de todo lo que ya hemos vivido, el PP, Ciudadanos y Vox continúan con estas mismas políticas de cara a garantizar los negocios de la oligarquía a la que representan. Han anunciado nuevas privatizaciones, como el servicio de limpieza del Gregorio Marañón, o los primeros pasos de cara a la futura privatización del Hospital Niño Jesús. Por otro lado, la situación de precariedad crónica de los trabajadores sanitarios se profundiza, obligando a miles de ellos a encadenar contratos temporales para finalmente ser despedidos. ¡Así es como la CAM se prepara para un rebrote! ¡Es una auténtica vergüenza!

Fruto de esta situación, los médicos residentes están planteando comenzar una huelga a partir del 13 de julio contra la precariedad laboral y los despidos. Ese es el camino a seguir, como ya ocurrió con la Marea Blanca, cuando cientos de médicos de la CAM se organizaron contra el intento de privatización de 6 grandes hospitales públicos, fueron a la huelga durante días, y convocaron manifestaciones multitudinarias en defensa de la sanidad pública. El resultado de esta acción decidida fue la paralización de esas privatizaciones y la dimisión del Consejero de Sanidad responsable de las mismas.

Hoy tenemos más razones y más fuerza para levantar una nueva Marea Blanca más masiva y contundente. Los sindicatos de clase, CCOO, CGT y UGT, así como Unidas Podemos y Más Madrid, deben estar a la altura de las circunstancias y e impulsar un calendario ascendente de movilizaciones, y una huelga general en toda la CAM en defensa de una sanidad pública y de calidad, por la reversión de los recortes y las privatizaciones,  contra la precariedad laboral crónica que padecen tanto los sanitarios como todo el personal que trabaja en servicios asociados al sistema de salud, y por la dimisión inmediata de Ayuso y su Gobierno. ¡No hay excusa para no hacerlo!

Necesitamos echar al Gobierno de Díaz Ayuso y sus políticas de recortes y privatizaciones. Es necesario que las fuerzas de izquierdas en la Asamblea de Madrid, y especialmente Unidas Podemos y Más Madrid, exijan ya la dimisión de Díaz Ayuso y su Gobierno. No basta con pedir en la asamblea de Madrid una comisión de investigación sobre lo que ya resulta evidente. Por otro lado, el Gobierno central debe tomar cartas en el asunto e intervenir el sistema sanitario y de residencias de la CAM, lo que debería haberse hecho durante la pandemia, e impulsar la querella criminal contra Ayuso y sus Consejeros por esos miles de mayores abandonados a su suerte. 

Es necesario blindar una sanidad y unas residencias 100% públicas y de calidad. Algo que tiene en su mano el Gobierno PSOE-UP derogando la Ley 15/1997, que abrió la sanidad pública al sector privado, y tomando medidas claras y que vayan al fondo del problema:

1. En defensa de la sanidad pública ¡medios materiales y humanos ya! Contratación inmediata de 20.000 profesionales sanitarios. Refuerzo inmediato de los hospitales y de los centros de atención primaria. Nacionalización de la sanidad privada y los centros de mayores, de sus recursos humanos y técnicos, hospitales y clínicas.

2. ¡Nacionalización del sector farmacéutico, gratuidad de todas las medicinas necesarias para enfrentar el coronavirus y el resto de las enfermedades! Fuera todos los recortes y el copago.

3. Por una desescalada en beneficio de las familias trabajadoras. El Gobierno deben proporcionar gratuitamente todos los medios de protección sanitaria necesarios (test masivos, guantes, mascarillas, equipos…). Garantizar por ley que todas las trabajadoras y trabajadores puedan estar en casa con permisos retribuidos para asegurar la conciliación familiar, que todos sus empleos y salarios sean respetados y que no se pierde ningún derecho laboral.

Tenemos fuerza para mejorar radicalmente la situación de la sanidad pública, pero esa fuerza está en las calles tal y como estamos viendo ahora en EE.UU. La organización de los trabajadores sanitarios y la población en protestas en torno a los centros de salud y hospitales está poniendo encima de la mesa la enorme rabia que existe y la disposición de miles a luchar sin descanso por la sanidad pública. Hay que actuar con la misma determinación que en el 15M,  las Marchas de la Dignidad o  las Mareas Verde y Blanca: ¡Si se puede!. No hay tiempo que perder.

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